El seguro de vida cerró el ejercicio con un aumento del ahorro gestionado del 1,88%, con una cuantía de 146.500 millones de euros, según la patronal, que maneja datos elaborados por la consultora ICEA.
El seguro del automóvil cerró el año con un retroceso ligeramente inferior al 1%, mientras que los otros dos grandes ramos de seguros generales, salud y multirriesgos, terminaron 2010 con crecimientos del 4,3% y del 3,1%, respectivamente.
De Frutos explicó que la fortaleza que el sector ha ido ganando en el ámbito financiero hace que para el seguro de vida las primas ya no sean tan significativas, mientras que ha cobrado importancia analizar el ahorro gestionado.
El crecimiento del ahorro gestionado por el seguro de vida a favor de sus clientes se elevó al 1,9%, "tasa meritoria" en el marco de una crisis especialmente dura con el ahorro a largo plazo y finalista, uno de los perdedores del cambio de actitud de los hogares a causa de las dificultades de sus rentas y la incertidumbre respecto al futuro, indicó.
COMPETENCIA DE LOS DEPÓSITOS
La presidenta de la patronal explicó que la tendencia del seguro de vida no se explica sólo por la crisis y por la "eclosión de la competencia de los depósitos", sino por tendencias que se observan desde antes, como la presión moderadora que provocan los cambios fiscales.
Para el ejercicio 2011, De Frutos aventuró que el sector asegurador describirá una senda "bastante equivalente" a la del pasado año, con crecimientos superiores a la evolución de la economía en el ramo de no vida.
El seguro del automóvil proseguirá el camino de aumentar las primas, mientras que el ramo de salud llegará a ser "tributario" a medio plazo de las medidas que se tomarán en la sanidad pública, pronosticó la presidenta de la patronal.
De Frutos aprovechó la presentación de los resultados anuales para reclamar un diseño definitivo del modelo de ahorro para la economía española e incidió en que la crisis no puede servir de eximente para no hacerlo.
En este sentido, subrayó que en la mayoría de las ocasiones el ciudadano ha ahorrado a través de la compra de vivienda y ha sufrido el descenso de los precios inmobiliarios y el contar con un activo muy ilíquido. "Nuestro modelo de ahorro ha fallado, necesitamos otro", concluyó De Frutos.
