El proyecto de Alfafar Park, que aspira a albergar el codiciado Ikea en Valencia, carece de los accesos necesarios para no colapsar el parque comercial, según el estudio de ingeniería Idom
VALENCIA. "Con Ikea llegará el caos". En pocas palabras, esta es la conclusión que arroja el informe del estudio de ingeniería Idom sobre el impacto que tendrá en el parque comercial compartido entre Alfafar, Massanassa y Sedaví la aprobación y puesta en marcha del proyecto Alfafar Parc.
La última esperanza para detener esta iniciativa es que el Ministerio de Fomento considere insuficientes los accesos proyectados. Según las alegaciones presentadas por el Grupo Martí (propietario del centro comercial MN4) y a las que ha tenido acceso Valenciaplaza.com, el proyecto está hecho "como si el Ikea fuera a estar sólo en el mundo" y únicamente contempla para los cálculos de tráfico y tiempos de espera los propios de una instalación única de 66.692 metros cuadrados.
El Grupo Martí denuncia que se deben sumar a estos metros los 110.000 que están actualmente ocupados por otras empresas como el propio MN4 (41.000 metros cuadrados), Lidl, Max Muebles, Parc Albufera, Decathlon, Kiabi o Leroy Merlín, sin olvidar el cercano Carrefour Alfafar (22.000 metros cuadrados más).
Tampoco se contempla la posibilidad de que otros 150.000 metros cuadrados que están disponibles puedan desarrollarse por el "efecto llamada" que genere Ikea, si es que la multinacional sueca decide abrir allí.
UN PROYECTO CON RESPALDO POLÍTICO
Alfafar Parc está promovido por una Agrupación de Interés Urbanístico (AIU) que cuenta con el apoyo del Ayuntamiento de Alfafa y ha hecho 'causa belli' de la defensa de este proyecto, tanto bajo gobierno municipal socialista como del PP, que ganó las elecciones el 22 de mayo de 2011, por el empleo que puede generar en la zona.
Fuentes de las empresas afectadas destacan cómo la exposición pública del proyecto la realizó el ayuntamiento "con alevosía" al hacerse en vísperas de las fiestas de Navidad. Además, comparten la idea de que está hecho a la medida de los promotores, obviando la situación actual, como demostraría el estudio encargado a Idom.
El promotor prevé el tráfico de 4.000 vehículos en hora punta, cuando el estudio en el que se basan las alegaciones al proyecto denuncian que esta cantidad crecerá hasta los 5.200. Los viales actuales y las escasas modificaciones que se plantean duplicarán el tiempo de espera para acceder al recinto.
LOS LÍMITES DE LA PACIENCIA
Actualmente, está estimado en poco más de 7 minutos el tiempo requerido para entra por la pista de Silla y alcanzar los aparcamientos en hora punta, pero la falta de accesos adecuados elevaría el tiempo de espera a más de 15. Según el estudio de Idom, el atasco podría alcanzar dimensiones colosales, bloqueando las rotondas y los propios accesos por la pista de Silla, que también se vería afectada.
De este modo, defienden que Parc Alfafar vulnera la nueva Ley del Comercio de la Comunitat Valenciana que quiere evitar que zonas ya saturadas sigan creciendo y exige unos niveles mínimos de accesibilidad (viaria y de transporte público) muy alejados de los recogido por el proyecto.
Esta afluencia de público, lejos de beneficiar al resto de establecimientos, desincentivaría las compras. Según los estudios de mercado, el comprador del Ikea, dispuesto a "cargar", esperaría a acceder a este centro, haría sus comprar y se volvería a su casa. "Es implanteable que alguien con el coche cargado lo deje en otro aparcamiento y vaya al cine o comprar una camisa o una raqueta de tenis", aseguran los comerciantes.
Sin embargo, quien no quiera ir a Ikea y sea habitual de los actuales centros de ocio o deportivos es factible que busque alternativas en otras zonas del entorno metropolitano de Valencia después de quedar atrapado durante tanto tiempo en los accesos del parque. Una y no más.