VALENCIA. ¿Cuánto vale de verdad la electricidad que consumimos en nuestros hogares? A tenor de las declaraciones que se cruzaron este lunes el presidente de Iberdrola, Ignacio Sánchez Galán, y las empresas que generan energía con fuentes alternativas -desde la eólica a la solar- los consumidores estamos pagando un sobreprecio que oscila entre el 10% y el 20%.
Ambas cifras se las arrojaron a la cabeza los responsables Sánchez Galán y Miguel Ángel Martínez-Aroca, presidente este último de la patronal de Asociación Nacional de Productores de Energía Fotovoltaica (Anpier). El primero, en el acto de inauguración de la nueva central hidroeléctrica de Cortes de Pallás aseguró que si no se pagasen las primas de las renovables el recibo de la luz bajaría un 10%. El segundo contestó que si no se abonase un sobreprecio a la producción hidroeléctrica y nuclear, el recibo sería un 20% más barato.
Aunque desde hace ya un tiempo el recibo de la luz desglosa el coste, incluyendo los gastos de producción, lo cierto es que saber cuánto cuesta realmente cada kilovatio desde que se genera hasta que llega al enchufe de los hogares se ha convertido en una tarea complicada. De hecho, en teoría (y en la práctica real, pues así se refleja en el recibo), la electricidad es más cara de producir de lo que pagamos los usuarios.
De ahí surge el complejo déficit de tarifa, la parte que el Estado paga a las eléctricas como compensación por el coste real de la generación y lo máximo que pueden repercutir en los clientes, puesto que la electricidad tiene un precio regulado. El déficit de tarifa se ha convertido, de hecho, en un problema para la caja del Gobierno, que lo coloca en el mercado para financiarlo, pagando un interés a los inversores. La última subasta se colocó al 5,9%, frente al 3,7% que pagó el Tesoro por sus bonos.
Así, financiar el déficit de tarifa es más caro que financiar el dinero que precisa el Gobierno. Y las primas de las renovables encarecen el recibo según unos y las tradicionales aún más, según otros. Y a pesar de que el Estado financia esta producción y que el negocio de la generación eléctrica tendría tan poco sentido si no fuera por las subvenciones -o quizá por ellas- las eléctricas siguen con ingentes beneficios cada año.
¿Pagamos de más o de menos electricidad que consumimos? ¿Cuánto vale en realidad la luz? Una respuesta que tiene a importantes lobbys trabajando para que quede sin respuesta.
