La venta que se está fraguando implicaría una operación acordeón con ampliación de capital a la que los actuales socios deberían acudir si no quieren ver reducida su participación
VALENCIA. La venta del Valencia CF a un fondo de inversión, operación que está siendo analizada estos días por Bankia, la Generalitat Valenciana y la Fundación Valencia CF, propietaria formal esta última del 70% del capital del club, tendrá consecuencias directas sobre los accionistas minoritarios de la entidad valencianista.
Según fuentes empresariales conocedoras de la operación que se está gestando, la entrada de un fondo de inversión en el capital del club no solo se traducirá en la venta de las acciones que actualmente tiene en su poder la Fundación Valencia CF. El acuerdo con Bankia, principal acreedor del club supondría una reordenación del balance del club.
Actualmente la Fundación Valencia CF debe casi 90 millones de euros a Bankia. Esta sería la cantidad que, en un principio, debería asumir el comprador para tomar el control del club. Sin embargo, las fuentes consultadas señalan que además también será necesario reestructurar los 220 millones que le debe la sociedad anónima deportiva.
Esta última cantidad está venciada desde hace más de un año y el banco no ha ejecutado las garantías -el actual estadio de Mestalla- porque ha ido prorrogando el pago de la deuda de seis meses en seis meses. Esta situación, sin embargo, no se volverá a producir. El banco quiere que el comprador asuma también la responsabilidad de una refinanciación.
Esto implicaría con casi toda seguridad que el nuevo propietario del club hiciese una aportación de capital a la SAD en forma de ampliación. Para ello, previamente, el Valencia CF reduciría su capital social para enjugar las pérdidas acumuladas. Es lo que se conoce como una operación acordeón.
De seguir esta hoja de ruta, a la ampliación de capital tendrían derecho de suscripción preferente los actuales accionistas de cara a no diluir su participación. Difícilmente esto ocurriría. En la historia reciente del club está precisamente la ampliación que ha dado origen a la actual situación y que le dio a la fundación el 70% del capital. Solo un pequeño porcentaje de los accionistas de la entidad acudió a aquella operación.

De hecho, de los que fueron grandes accionistas -Juan Bautista Soler, Manuel Llorente o Vicente Andreu, que llegaron a tener elevados porcentajes del capital- no acudieron a la ampliación para mantener su participación. Eso implicó que la participación se redujo, lo que ocurrió también con los pequeños accionsitas.
Dependiendo de cómo se diseñe la operación, la participación de los minoritarios en el capital del Valencia CF podría verse reducido a la mínima expresión.
UNA VENTA INMINENTE
El proceso de venta del Valencia CF está en un momento decisivo. Según todas las partes implicadas, la operación podría cerrarse en cuestión de días. Sin embargo, las aristas de la operación se prolongarán durante meses.
Hay varios elementos que apuntan a la urgencia de Bankia por encontrar un comprador y cerrar un acuerdo antes del 31 de diciembre. Por una parte está la propia necesidad de la entidad financiera de quitarse de su balance la deuda de la fundación, considerada ya imposible de cobrar y que, por tanto, tendría que provisionar.
Por otra, en esa fecha vence la última renovación del préstamo de 220 millones al Valencia CF SAD, y Bankia espera contar con las garantías suficientes del nuevo propietario para proceder, tras una negociación exprés a fijar un nuevo plazo de pago.