VALENCIA (VP). La decisión del presidente ruso, Vladimir Putin, de prolongar al menos otro año más la prohibición de importar alimentos procedentes de EEUU o la Unión Europea puede tener graves consecuencias sobre la filial en Rusia de la cooperativa valenciana Anecoop.

La sociedad que la cooperativa valenciana posee en Rusia, denominada Agrikoop, mantiene una mínima actividad desde que arrancó el veto hace casi 11 meses, concretamente, el 8 de agosto de 2014. La razón de ser de este centro, con 300 metros cuadrados de almacén, es facilitar el suministro de caquis, cítricos y otras frutas españolas al mercado eslavo, algo que no ha podido hacer desde que se decretó el cierre de este mercado. Pese a la falta de actividad, los responsables de Anecoop optaron por esperar a que se cumpliera el plazo inicialmente dado para el veto, de un año, antes de tomar decisiones drásticas. Ese momento ha llegado y la postura inicial de Rusia pasa por mantener otro año las restricciones vigentes.

Según manifestó el pasado mes de marzo el director general de la cooperativa, Joan Mir, el futuro de la filial rusa, inaugurada en 2010, dependería de lo que pasase tras el primer año de embargo a los productos hortofrutícolas. Transcurrido ese tiempo, la empresa se plantearía la vibilidad de su filial en un mercado que no ofrece salida a sus productos.

Las ventas de Anecoop a Rusia en la campaña terminada el 31 de agosto de 2014 alcanzaron las 19.000 toneladas, que habrían sido 21.500 de no haberse producido el veto. No obstante, el impacto de cierre del mercado se está notando en esta campaña, con el efecto añadido de que el desvío de la fruta a otros mercados provoca exceso de oferta y caídas de precios. "Estábamos satisfechos con la evolución de la empresa, pero ha sucedido algo que es ajeno a nosotros", afirmó Mir en marzo.