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La fusión de las cajas rurales, junto con las de ahorro, transforman el sistema financiero valenciano

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VALENCIA (L. MASERES). El mapa financiero valenciano ha dado un giro de 180 grados en cuestión de un mes. Un huracán pasó por el territorio poniendo y quitando entidades financieras aquí y allá según los vaivenes y necesidades del mercado. De las 36 cajas rurales que había en la Comunitat, quedan 17. El resto han optado por fusionarse, cada una con un grupo diferente, con el objetivo de mejorar sus horizontes. De las tres cajas de ahorro, sólo permanece puramente valenciana la más pequeña mientras que las dos grandes, Bancaja y la CAM, han decidido cambiar de aires uniendo sus destinos a  importantes grupos nacionales de cajas de ahorro.

De la treintena larga de cajas rurales existentes hasta hace apenas unas semanas, 14 se han fusionado como fundadoras del Grupo Cooperativo Cajas Rurales de Mediterráneo (CRM), con Ruralcaja como cabecera. El pasado lunes todas ellas firmaron el contrato de constitución del Sistema Institucional de Protección (SIP), con Juan Antonio Gisbert, director general de Ruralcaja, a la cabeza de la nueva entidad.

El grupo está formado por las rurales de Torrent, Crèdit Valencia, Altea, Burriana, Callosa d'En Sarrià, Nules, Alqueries, Cheste, Alginet, Vilavella, Almenara, Xilxes, Vilafamés y Ruralcaja. Catorce entidades con unos activos medios al cierre del primer trimestre de 2010 de 11.741 millones de euros, 618 oficinas y 2.538 trabajadores.

Además de esta unión, otras cinco cajas valencianas dejaron atrás su independencia para formar parte del primer grupo consolidable de crédito cooperativo y primer SIP autorizado en este país por el Banco de España, el Grupo Cooperativo Cajamar. Las que optaron por esta opción fueron Caja Campo, Caja Rural de Casinos y Caixa Albalat, Caixapetrer y Caixa Turis.

¿Qué pasará con el resto? "Todo el sector financiero está viviendo su particular reestructuración y todo hace pensar que en los próximos meses se irán configurando otras opciones", afirma a Valenciaplaza.com Eduardo Chiner, secretario general de la Federación de Cajas Rurales Valencianas. A no ser que el Banco de España las obligue a fusionarse con otras, por problemas económicos, nada impide que sigan su camino en solitario. Como afirmó Gisbert el pasado lunes, refiriéndose a las cajas que bailan sin pareja, "esto no ha hecho más que empezar".

La incógnita es el modelo de asociación a elegir, si el del Grupo Cajas Rurales del Mediterraneo, por su carácter valenciano, o con el grupo Cajamar, con tirón 'nacional'. Según los expertos consultados por este digital, es demasiado pronto para hacer quinielas.

Para Chiner, ya no sólo cuenta la solvencia, la liquidez o lo alejadas que se encuentren del riesgo inmobiliario. La dimensión de las cajas es también una variante a tener en cuenta, de ahí que espere más integraciones entre rurales para supuestamente aumentar su eficiencia.

Las unión de un grupo importante de cajas rurales con la almeriense Cajamar, junto con las últimas operaciones de la Caja del Mediterráneo (CAM) y Bancaja con Cajastur y Caja Madrid respectivamente, han provocado una deslocalización de hecho de las entidades valencianas. A pesar de ello, Rafael Carrau, director general de Crèdit Valencia, asegura que estos movimientos no perjudican a la Comunitat en contra de la opinión de otros expertos.

"Valencia sigue siendo un nudo fundamental para la economía española, y por tanto, aquí va a seguir creciendo la actividad económica. Es posible que las cooperativas de crédito valencianas veamos reforzado nuestro papel al constituirnos como las entidades genuinamente valencianas", afirma Carrau.

EL NEGOCIO ESTÁ "ESTANCADO"

Pero tal vez sea demasiado pronto para hacer una valoración sobre cómo están yendo los números. De momento, para este directivo de Crèdit Valencia, el negocio está "estancado".

Aunque la Federación de Cajas no dispone todavía de los datos agregados del último ejercicio -se conocerán durante este mes-, fuentes de la institución prevén que sean similares a los de los años anteriores. Moderar los beneficios y optar por la prudencia es lo que se está haciendo desde el punto de vista de Chiner. Por su parte, Carrau ve el panorama más negro al asegurar que todavía se puede haber recaídas más fuertes. "Estamos en la parte plana de la U, una U muy alargada".

Una de las cuestiones que preocupa a ésts como al resto de las entidades financieras, es el acceso a los mercados financieros internacionales tras el recorte del rating a la Comunitat, ya que las condiciones se han endurecido. Chiner ve el acceso "complicado" y Carrau afirma que es un "movimiento natural".

 

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