
VALENCIA. VALENCIA. El mayor complejo de ocio de la Comunitat Valenciana y el referente turístico más reconocible de Valencia sale a subasta. Y lo hace para encomendar su gestión a una empresa privada. La Ciudad de las Artes y las Ciencias (Cacsa) parará a manos privadas el próximo verano al memos por 15 años. El pleno del Consell aprobó este viernes las líneas básicas del pliego de condiciones que saldrá en las próximas semanas y del que queda una incógnita por desvelarse: el precio que tendrán que pagar los interesados por hacerse con la gestión.
Según explicó el conseller de Hacienda, de quien depende orgánicamente el complejo, la adjudicataria deberá pagar un canon inicial, uno fijo por cada año de explotación y otro variable vinculado a distintos criterios, como las ventas y los beneficios. La Generalitat, que seguirá siendo propietaria de los edificios y responsable de pagar lo mucho que aún queda de la construcción, no pondrá nada para su explotación.
Esta es la principal diferencia, a falta de conocer al detalle el pliego, respecto al contrato que ha unido desde la última década a Parques Reunidos (en realidad su filial Parques Reunidos Valencia) con L'Oceanogràfic, la única de las instalaciones del complejo que se gestiona de forma externa desde su apertura. En este complejo contrato no hay un canon único que paga la concesionaria. La Generalitat está obligada a hacerse cargo de buena parte de los gastos ordinarios, mientras que el operador abona distintos pagos fijos y variables por distintos conceptos.
En nuevo pliego no será así. La intención de la Generailtat es que quien se lo quede asuma todo el riesgo y pague un canon de uso de las instalaciones. Incluso el mantenimiento ordinario de las instalaciones -no el arquitectónico- dependerá de la empresa. Cacsa, como empresa pública, solo se quedará con un pequeño grupo de empleados para supervisar el cumplimiento del acuerdo.
UN CONCURSO CON ATRACTIVOS Y DUDAS
La privatización de la gestión de Cacsa se presenta compleja. El pliego ha costado mucho más de lo esperado de hacer. Asesorado por Deloitte, que ha hecho prospecciones de mercado para tratar de lanzar una oferta interesante para los operadores y garantizarse concurrencia- el Consell quiere colocar la totalidad del complejo a un solo operador. Solo queda fuera el Palau de Les Arts.
El principal atractivo del recinto es sin duda sus edificios. La imponente -y criticada- arquitectura de Santiago Calatrava, es un reclamo en si mismo para millones de turistas al año. El problema es que la oferta interior, con la excepción de L'Oceanogràfic, no consigue despertar el interés de los visitantes. Eso por no hablar del dudoso uso de L'Àgora, que también entra en el lote.
Pero una gestión conjunta por un solo operador, según aseguró Buch, permitirá una visión de conjunto que permita sacar un mayor rendimiento económico a una empresa especializada del que se sacaba el Consell.
INTERESADOS

Según las fuentes consultadas por este periódico, hay al menos cuatro empresas internacionales que se han acercado a Cacsa interesadas en privatización. Pero el auténtico enemigo a batir en este megaconcurso de privatización es Parque Reunidos. Con la experiencia acumulada y la visión de conjunto que ha acumulado en once años, la sociedad que preside Richard Golding es el principal candidato a quedarse con el pastel.
Sin embargo, y dependiendo de las condiciones finales, no será el único. Y de hecho, no sería extraño que la propia Parques Reunidos acudiera con algún socio. Y es que el carácter multicisciplinar del recinto -un cine hemisférico, un museo de las ciencias y un acuario, fundamentalmente, son espacios tan distintos entres sí que abren la puerta a que se alcancen previamente acuerdos entre operadoras especializadas en aspectos concretos para poder participar.
Conocedores de la complejidad que supondrá elaborar una oferta, el pliego marcará cuatro meses como plazo para presentar la oferta, un periodo que excede a lo normal. Las empresas podrán visitar las tripas del complejo para conocer de cerca la peculiaridades del recinto. No se espera que hasta julio de 2014 Ciudad de las Artes y las Ciencias empiece a funcionar con una gestión privada.
El conseller insistió en que este contrato no se va a dar "al mejor postor", ya que no se tendrá en cuenta solo la oferta económica, sino que una de las partes más importantes del pliego de condiciones es la presentación de un plan director muy detallado sobre lo que se va a hacer con el complejo. Pero para los operadores interesados lo esencial será presentar una programación ajustada a una oferta económica que les pueda dar beneficios.
El objetivo de esta externalización es aumentar los ingresos de la Generalitat, de forma que pueda cubrir la totalidad de gastos que no supongan la amortización e intereses de los edificios, y generar un turismo que aumente un 20 % los visitantes de CACSA en 2016, y hasta el 40 % en 2019.