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El mayor portacontenedores del mundo, el MSC Pamela

Reivindicar como sindicalistas lo que no se defendió como directivos

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VALENCIA. La chispa la ha encendido el sindicato de empresa Sicam, correa de la dirección de la CAM, mediante una arrebatada denuncia contra la norma reguladora de los SIP. La estrategia, parece clara, es enviar por delante el sindicato para abrir camino y reforzar la resistencia que la dirección de la caja alicantina está planteando a las previsibles ambiciones de los asturianos de hacerse con la mayor cuota posible del poder en el futuro grupo.

Salvando los detalles de la reivindicación sindical, la maniobra más bien parece una estrategia tardía de los directivos de la caja para rebobinar unos acuerdos precipitados en los que se entregó las llaves de la entidad a una entidad si bien mejor gestionada, también de menor envergadura. Puede que les salga la jugada, o no, pero resultan al menos sorprendentes este tipo de movimientos, seguramente tardíos, en un proceso que tal vez debió plantearse con más sangre fría desde el principio.

Rememorando la rendición del rey Boabdil ante los Reyes Católicos, más bien parece que los actuales directivos de la CAM están reivindicando ahora con moviientos sindicales lo que no supieron, o no pudieron, defender inicialmente como responsables de una entidad financiera que merecía un destino más brillante que formar parte de la expansión de un ambicioso grupo foráneo. Falta por saber si lo que se defiende ahora son los intereses generales de la entidad o la supervivencia de una casta directiva.

Un proceso paralelo se está viviendo estos días en Valencia con las negociaciones para fijar los detalles del protocolo de integración entre Bancaja y Caja Madrid. Superados los primeros momentos de abrazos y congratulaciónes varias, se comienza a percibir por Pintor Sorolla cierta inquietud por determinados modos y maneras de una negociación de la que apenas están trascendiendo detalles.

No se entiendan estas observaciones como reflejo de una oposición, inexistente y seguramente inútil, a la fusión, sino más bien como simples acotaciones a unos acuerdos que han de marcar el ser y estar en el futuro gran grupo finaniero que deba surgir.

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