Un plato singular, sabroso y contundente que prácticamente solo se conoce en su lugar de origen -Xixona- y en los pueblos de la provincia que lo hicieron suyo después (Petrer, Elda, Novelda, Ibi, Pinoso…).
Hace veinte años, Amelia, Ema y Eva tomaron los mandos de este restaurante que es en sí mismo un museo de curiosidades, con sus paredes azul índigo convertidas en un Wall of Fame de folclóricas, muñecas antiguas, retratos de familia y paisajes costumbristas. Es un lugar muy divertido regentado por tres hermanas a las que les gusta experimentar en invierno con el producto estrella de la ciudad -el turrón-, y al mismo tiempo cocinan el giraboix de la forma más ortodoxa posible. ¿Por qué no?