VALÈNCIA. Los próximos 22, 23 y 24 de marzo se celebrará en Benicàssim el congreso extraordinario del PSPV-PSOE. Un cónclave que servirá para despedir el liderazgo de Ximo Puig y bendecir el relevo de la nueva secretaria general, Diana Morant, única candidata a las primarias tras el acuerdo alcanzado con los otros aspirantes, Alejandro Soler y Carlos Fernández Bielsa.
El pasado domingo se cerró otra de las fases necesarias en todo congreso socialista: la elección de los 448 delegados para la cita. Antes, este paso resultaba fundamental puesto que estos representantes eran los encargados de decidir con su voto quién sería el líder del partido. Una función que años atrás se trasladó a la militancia mediante la celebración de primarias. No obstante, tal y como informó este diario, el papel de los delegados sigue manteniendo cierta relevancia y, además, posee un papel simbólico dentro de las diferentes familias políticas del partido, dado que se considera una especie de termómetro respecto a cuánta tropa ostentan los distintos referentes del PSPV.
Así, este proceso de elección de delegados se abrió el 4 de marzo y concluyó el domingo 11. Como se preveía, los consensos y acuerdos han dominado esta fase, donde el balance resultante ha mostrado un apoyo general a la nueva líder, Diana Morant, dado que según los cálculos de sus afines, tiene mayoría de representantes en casi todas las comarcas.
No obstante, también se han registrado algunos conflictos aislados donde el pulso entre distintas corrientes ha obligado a llegar a la votación entre dos listas. Esto ocurre cuando no hay acuerdo respecto a los militantes que deben acudir al congreso como delegados, por lo que se presentan dos candidaturas diferentes donde la ganadora se lleva la mayor parte de los representantes, siempre en función del porcentaje alcanzado. La lista perdedora también obtiene delegados siempre y cuando supere el 20% de los votos, siendo su representación igual al porcentaje conseguido.