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¿Por qué beber vinos naturales?

Laurisilva

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El rocío al revés, pasear entre las nubes y nadar entre los bosques. Frío y escalofrío. Aromas más claros, a la lluvia de antes. Al sol de mañana. Niebla que subía del mar, raíces penetrantes en la tierra visible. Había ruidos externos, aves solitarias, caminos escarpados por la naturaleza creados. Agua que emanaba y empapaba. Tormentas ligeras, dedos mojados, llamadas, silbidos, escuchas. Agarrarse a un extremo y caer al vacío por el otro.

Parque de Garajonay. El contraste del calor al frío penetrante, la humedad.

Sabia naturaleza, poder del pasado, ancestro sobrenatural. La limpieza y su propia pulcritud. Las variedades de las plantas endémicas en una orografía extrema, regada en todo momento, suavemente, sin parar de salpicar. Marcianas formas de rocas y sábilas, figuras extrañas. Bocanadas de aire fresco, un soplido de pureza, el respirar de la naturaleza. Expirar los malos pensamientos, la venganza, expulsar el egoísmo y la soberbia; impulsar la educación y la nobleza.

Vientos alisios. Fluctuaciones marítimas. Luminosidad de leve niebla. Bosques nubosos, nimbosilva torpemente dañada para dar paso a cultivos desdeñosos. Biota de especies. Limpieza, variedad de plantas, reflejos de luz, verde brillante, clorofílico, formaciones vegetales, tropicales. Hojas de caída suave, tacto de terciopelo.

Bosques de Laurisilva. Corrientes oceánicas, flores de laurel, bejuco frondoso. Es esponjoso, húmedo, delicado. Un lugar inhóspito, inaccesible, casi inhabitado.

Habitado solo por ti.

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