VALÈNCIA. Desde que el Hospital de Manises pasó a ser gestionado directamente por la Conselleria de Sanidad, reversión que se produjo el pasado mes de mayo, "ha habido un descenso significativo en la calidad asistencial a los pacientes". Este pensamiento, que comparten tanto trabajadores como vecinos de los 14 municipios a los que da cobertura el centro, ha propiciado una cascada de denuncias en los últimos meses. La crítica más habitual ha girado en torno a la sobresaturación del Servicio de Urgencias en este Departamento de Salud; una situación que se deriva de la falta de personal y del poco espacio físico disponible.
Este área, según ha explicado a Valencia Plaza la presidenta del Comité de Empresa del hospital, Ana Izquierdo, está dimensionada en 38 vacantes y, en la actualidad, "se ha quedado con 12 facultativos". Hasta el momento, se han contabilizado cinco bajas laborales, entre las que figura la de la responsable de este servicio, que, según Izquierdo, ha renunciado a su cargo porque "no ha contado con el respaldo suficiente por parte de la gerencia del hospital". La solución que se aplica para tratar de paliar este déficit es recurrir a internistas de guardia que, además de atender a los pacientes hospitalizados bajo su supervisión, deben gestionar las Urgencias.
Por si fuera poco, los sindicatos también hablan de "discriminación laboral". Actualmente, en el Hospital de Manises coexisten dos tipos de profesionales sanitarios: por una parte, el estatutario, contratado por la Conselleria de Sanidad los últimos meses; y, por otro lado, el laboral, el más veterano y subrogado durante el proceso de reversión. Sin embargo, la principal diferencia entre ambos perfiles sanitarios radica en las condiciones laborales: la delegada de Comisiones Obreras (CCOO-PV) en este Departamento de Salud, Ángeles Herrero, apunta a que el personal laboral percibe unas "retribuciones más bajas, hace más horas y no tiene complementos de nocturnidad o festividad, entre otros".