MADRID (EP). El Banco de España ha lamentado que el nuevo Plan Fiscal y Estructural de Medio Plazo elaborado por el Gobierno para cumplir con las reglas fiscales europeas "desaprovecha la oportunidad" para llevar a cabo una planificación rigurosa de las cuentas públicas a medio plazo que se beneficie del patrón de crecimiento robusto que la economía española presenta en la actualidad.
"En un contexto geopolítico cada vez más complejo y en el que Estados Unidos parece querer limitar su papel como principal garante de la seguridad, defensa y orden mundial, se plantean, igualmente, nuevos retos para las cuentas públicas asociados a la necesidad de incrementar el gasto en defensa de forma relativamente persistente", ha advertido el organismo que dirige José Luis Escrivá en su 'Informe Anual', correspondiente al año 2024.
En este sentido, el Banco de España ha apostado por llevar a cabo un ajuste fiscal más intenso que el contemplado en los primeros años del plan, en los que se prevé un considerable dinamismo de la actividad económica, reduciría la incertidumbre asociada al riesgo de tener que implementar eventualmente un ajuste fiscal de carácter procíclico más adelante.
En todo caso, y coincidiendo con la opinión de la Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal (AIReF), el Banco de España considera que el plan del Gobierno no incluye un detalle suficiente de las medidas presupuestarias que se han de adoptar para conseguir los objetivos establecidos, ni es posible deducir del mismo una previsión granular de ingresos y gastos con un horizonte de medio plazo.
"Estas carencias en el diseño reducen su utilidad como instrumento de planificación fiscal a medio plazo", ha alertado la institución en el informe.
Desde la publicación del plan, se han producido, en las últimas semanas, algunas actuaciones relevantes en el ámbito fiscal en respuesta a un escenario geopolítico extraordinariamente complejo y cambiante, con los planes antiaranceles y de impulso a la industria de la defensa.
Teniendo en cuenta esto, el pasado 30 de abril, el Gobierno publicó el Informe de Progreso Anual 2025 del Plan Fiscal, del que cabe reseñar la mayor flexibilidad de gasto obtenida en 2024 de cara a los próximos ejercicios.
Cumplir el plan en 2025 no requeriría activar la cláusula de escape
Para 2025, el Informe de Progreso Anual anticipa una desviación al alza en el crecimiento del gasto neto de en torno a cuatro décimas en relación con el objetivo establecido en el Plan (3,7%), una desviación que el informe justifica por el esfuerzo que se prevé realizar para elevar el gasto en defensa.
En todo caso, el Banco de España considera que, por cuanto esta desviación se encuentra dentro de los límites establecidos por la cuenta de control, el cumplimiento del Plan en 2025 no requeriría necesariamente la activación de la cláusula de escape ofrecida por la Comisión Europea para hacer frente al incremento del gasto en defensa.
En este sentido, y a diferencia de otros países que ya han solicitado formalmente la activación de dicha cláusula -por ejemplo, Alemania, Bélgica, Portugal y Grecia-, el Gobierno español aún no ha adoptado una decisión al respecto.
Aumento de los impuestos directos y las cotizaciones sociales
Como balance de la situación de las finanzas públicas españolas, el Banco de España ha explicado que la mejora de la actividad económica favoreció la reducción del déficit de las Administraciones Públicas (AAPP) en 2024 y de la ratio de deuda pública sobre PIB -aunque esta sigue siendo alta en comparación con el conjunto de la UEM-.
El organismo ha apreciado que, desde la pandemia, la estructura de las finanzas públicas en España ha cambiado sensiblemente, con un aumento de los ingresos por impuestos directos y cotizaciones sociales y un incremento notable de los gastos, especialmente en prestaciones sociales.
Entre 2019 y 2024, los ingresos públicos en España --excluyendo aquellos vinculados al Mecanismo de Recuperación y Resiliencia-- han aumentado su peso en el PIB en 2,5 puntos porcentuales, hasta un 41,5%. En cambio, en el promedio de la UEM, el peso de los ingresos públicos en el PIB se ha mantenido prácticamente constante en el 46,5%. Por tanto, la brecha negativa en términos de ingresos públicos que España mantenía con el promedio de la UEM se ha cerrado en 2,5 puntos desde el estallido de la pandemia.
Según el organismo, el fuerte incremento de los ingresos públicos en España halla su principal explicación en el crecimiento de los impuestos corrientes sobre la renta y el patrimonio, que han elevado su peso en el PIB en algo más de 2 puntos desde 2019.
El 77% del incremento del IRPF entre 2019 y 2024 se debe al IPC
En particular, el incremento de los impuestos corrientes sobre la renta se ha concentrado en el IRPF, que ha aumentado su peso en el PIB en 1,3 puntos entre 2019 y 2024.
De este incremento, se estima que aproximadamente un 23% se debe a un crecimiento del empleo y de los salarios por encima del PIB, mientras que el restante 77% se debería al aumento de los tipos medios efectivos como consecuencia de la no actualización plena de los parámetros de dicho impuesto, un efecto conocido como progresividad en frío. "Este efecto ha sido especialmente pronunciado en España en comparación con otros países del área del euro", ha señalado el organismo.
Un impacto de al menos 3 décimas en el PIB
Por otro lado, el Banco de España ha calculado que el conflicto arancelario supondría un impacto de al menos tres décimas para el Producto Interior Bruto (PIB) español en el escenario comercial más adverso, que se vería amplificado por un deterioro de las condiciones financieras globales y de los niveles de incertidumbre. En todo caso, las estimaciones preliminares del organismos apuntan a que la afectación estaría por debajo del punto del PIB.
En el 'Informe Anual', correspondiente al ejercicio 2024, el organismo que dirige José Luis Escrivá ha evaluado el potencial impacto que distintos escenarios comerciales hipotéticos podrían tener sobre el PIB y la inflación de Estados Unidos, el área del euro, España y China.
El impacto negativo sobre la actividad del conflicto comercial es significativamente mayor en Estados Unidos que en el resto de las economías consideradas, excepto en el caso de una guerra comercial entre Estados Unidos y China, en el que China también experimentaría una sensible contracción del PIB.
En cambio, el impacto sobre el PIB de la economía española sería relativamente acotado, de menos de dos décimas durante los tres años posteriores al aumento de aranceles, en los cuatro escenarios planteados que se dividen en: '10% universal', 'aranceles recíprocos', 'represalias como respuesta' y 'guerra comercial EEUU-China'.