La llegada de los Borbones, vino aparejada de la decadencia económica, política y moral del Imperio Español. Ese que tras la Guerra de Sucesión palmó el territorio italiano en el Tratado de Utrecth (1713). Felipe V, “el rey de la infamia” que aún luce boca abajo en Xátiva, trató de recuperar el dominio cinco años después, pero la derrota de los españoles ante el resto de potencias europeas le hizo volver con el rabo entre las piernas. Luego lo del XVIII: juegos diplomáticos, bodas, anexiones, etc. Finalmente Nápoles y Sicilia abandonaron cualquier tipo de influencia borbónica tras el “Risorgimiento” impulsado por Garibaldi y la proclamación del Reino de Italia en 1861.
Todo esto nos sirve para entender una zona (el sur de Italia) y un arco (el Mediterráneo) que confluyen y convergen en lo cultural, lo social y lo histórico desde hace cientos, miles, de años. Una zona que abraza y estrecha desde el lánguido y decadente Sur una esencia festiva, barroca y repleta de excesos. Donde las calles son bullicio y jolgorio y las mesas casi tan sagradas como la Santa Madonna o el “Dios” Maradona. He viajado a Nápoles dos veces y en ambas he sentido lo mismo: Nápoles es València en Fallas todo el año. Sí, Nápoles es un tumulto, un caos, una algarabía. Es indolente y apabullante. Precisamente ese carácter es el que le confiere una personalidad única.
NÁPOLES ES VALÈNCIA EN FALLAS TODO EL AÑO
Una personalidad que en lo gastronómico se fundamenta en la pizza. No en vano Nápoles es la cuna de la “vera pizza italiana”. Y precisamente las propuestas aquí son variadísimas. Desde las clásicas Margheritta y Marinara que encontramos en la celebérrima Pizzeria Da Michele pasando por la deliciosa Sapori e Profumi di Amalfi en la Pizzeria Port’Alba o la San Marzano en Concettina ai tre santi, hasta llegar a las particulares Pizza Fritta (pizzas con la masa frita en aceite de oliva que supone el culmen del exceso) donde las pizzerías más recomendadas son las de Gino Sorbillo, tanto en el Lungomare como en centro, La Masardona (que también posee dos, una en lungomare y otra cerca de la estación central de trenes) o Pizza Fritta 1947 justo enfrente de Da Michele.