ALICANTE. Las elecciones municipales del 26 de mayo han dejado un mapa político que va camino de converger, de nuevo, en el bipartidismo. El PSPV-PSOE ha ganado las elecciones, con apenas 19.000 votos de diferencia sobre el Partido Popular, que mantiene un 29% del voto y menos concejales que en 2015. El PSPV no ganaba unas elecciones locales desde 1991, como ocurriera con las generales y autonómicas del pasado 28A: han tenido que pasar 28 años para que sucediera. Los socialistas vuelven a dominar sus históricos feudos, como Elche, Elda y Alcoy, y experimentan una subida notable en Alicante ciudad, pero que no les da para gobernar. El Partido Popular, por su parte, retiene el gobierno de la capital, y el de la Diputación de Alicante, y también afianza feudos como Benidorm, Ibi y Torrevieja, además de Orihuela, que está pendientes de pactos.
En la Diputación de Alicante, a falta de datos oficiales, el PP repetirá los 15 diputados provinciales que tiene actualmente; el PSOE sube dos, y pasa de 11 a 13; Ciudadanos tendrá dos, uno más que en 2015, y Compromís pierde dos: tendrá uno frente a los tres del pasado mandato.
En el global de la provincia, los socialistas ganan seis puntos al pasar del 25% de los sufragios en 2015 al 31,9% que han logrado ahora. Y lo hacen a costa de Podemos, Esquerra Unida y, en menor medida, de Compromís. El PSOE tendrá 565 concejales, unos 55 más que en 2015 y gobernará en muchas municipios de forma holgada.
Compromís, por su parte, se deja 17.000 votos, sobre todo, en las grandes ciudades, que es donde más han crecido las candidaturas socialistas, pero tiene más regidores. Esquerra Unida-Podemos pierde la mitad de su representación municipal: le quedan las alcaldías de Aspe y Monforte del Cid, renovadas cuatro años después, y sólo mantiene los dos representantes de Alicante, más el de Elda y los dos de Alcoy. En el resto de municipios su presencia es insignificante. Esa mayoría socialista no le da para alcanzar la Diputación de Alicante, que seguiría en manos del PP.