Foto de familia de la Redacción, colaboradores y resto de empleados de Valencia Plaza, realizada por Eva Máñez el pasado mes de diciembre.
VALENCIA. Nadie daba dos ochavos, en la primavera del año 2010, por la supervivencia de aquella desconocida ‘cosa' digital que se hacía llamar Valenciaplaza.com y se asomaba tímidamente al por entonces poblado panorama informativo valenciano.
Solo la total confianza y hambre de hacer cosas de los dos fundadores del diario -su presidente y primer accionista, Enrique Lucas, y yo mismo, segundo accionista y director de la ‘orquesta' de lo que muy pronto empezó a ser conocido por Valencia Plaza-, consiguieron asegurar y empujar aquella aventura periodística y empresarial surgida en mitad de una crisis social y económica que ni siquiera había alcanzado su ecuador. Junto a nosotros dos, el periodista Luis Torralba, quien también participó de aquella prehistoria, representó un apoyo impagable.
Desde entonces han salido a la 'calle digital' bajo el logo del diario más de 1.600 portadas, una por cada día de su corta pero intensa historia, sin faltar a la cita ni una sola vez: decenas de miles de noticias (más de 100.000), que han traido consigo las mismas decenas de miles de titulares, entradillas, fotografías... y decenas de miles de posicionamientos en Google y en las redes sociales. La semana pasada, Valencia Plaza obtuvo su seguidor número 30.000 en Twitter. Y en Facebook ya supera los 15.000 amigos. Han sido millones y millones las páginas vistas desde entonces y millones los usuarios únicos que han navegado entre sus secciones.
Cinco años continuados de enérgica entrega por parte de jóvenes pero muy profesionales periodistas, en nómina muchos de ellos y otros por fuera. Si el esfuerzo financiero llevado a cabo por los no menos enérgicos accionistas ha sido vital para el fortalecimiento del 'tinglado', la contrapartida ofrecida por ese puñado de profesionales de la información ha estado sobradamente a la altura e incluso algunos metros por encima de lo esperado.
Lo mejor es que ha valido la pena (y lo sigue siendo). Para los que aún creemos en el servicio de la información y en el periodismo, sea cual sea su soporte y formato, no deja de ser un privilegio poder fabricar un periódico de noticias cada día que afectan al corazón mismo del sistema y a sus cimientos, con sus argumentos, sus exclusivas, opiniones, análisis... Sus grandes éxitos y también sus pequeños fracasos cotidianos. Las alegrías y las amarguras. Es nuestra profesión y la ejercemos con absoluta plenitud.
Son los tiempos que son y cualquiera sabes que sostener un buen medio informativo requiere de recursos humanos y de otro tipo no siempre asequibles desde el punto de vista económico y empresarial. No vale darse de cabezazos contra la cruda realidad. Lo tomas o lo dejas. Así o nada. Y fue así, lo tomamos.
Reducidas pero muy cohesionadas han sido las diferentes redacciones -y muy especialmente la característica de la actual- que han dado vida a VP en estos cinco primeros años de existencia. Sus componentes son (somos, si se me permite) currantes, dinámicos, apasionados de la información. Cotillas y bravucones de boquilla. Amigos y colegas como dios manda.
Así da gusto trabajar a tope, aunque sepamos que el esfuerzo resultará insostenible si no se refuerzan las costuras reventonas. Pocos oficios existen tan abrasantes como el de periodista (con el respeto debido a los que representan riesgo físico). Así que en esta segunda etapa que ahora estrenamos y que muy pronto podrá visualizarse con importantes novedades, humanas y tecnológicas, nos proponemos dar respuesta y continuidad de una forma más certera a la idea que desde hace cinco años nos ha llevado en volandas hasta hoy y aquí mismo. Lo bueno está por llegar, amigos lectores.