Opinión

LA OPINIÓN PUBLICADA

Comunidad Valenciana: dar sin pensar en recibir

Suscríbe al canal de whatsapp

Suscríbete al canal de Whatsapp

Siempre al día de las últimas noticias

Suscríbe nuestro newsletter

Suscríbete nuestro newsletter

Siempre al día de las últimas noticias

VALENCIA. Esta semana el Ministerio de Hacienda se dignó por fin, cinco años después de la última actualización, a publicar su cálculo de las balanzas fiscales por comunidades autónomas. Un cálculo que ha suscitado desde entonces todo tipo de valoraciones, críticas y análisis alternativos, pero del que, en cualquier caso, se aparecen dos verdades irrefutables: la primera, que el actual sistema es una locura, una pulsión de agravios y desequilibrios de todo tipo, muchos de ellos difícilmente justificables. La segunda, que la Comunidad Valenciana es, con muchísima diferencia, la más perjudicada por el actual sistema.

La distribución de recursos por comunidades autónomas vuelve a mostrar, por enésima vez, la imposible convivencia entre dos regímenes (el foral y el común), que provoca que dos de las comunidades autónomas más ricas de España (Navarra y El País Vasco) cuenten con unos recursos incomparablemente mayores. Pero, además, también puede observarse que los desequilibrios entre unas comunidades autónomas y otras superan cualquier mecanismo de solidaridad o de compensación razonable.

No se trata de cargar las tintas, como se ha hecho, sobre las comunidades autónomas con menor renta per cápita, sino de preguntarse cómo es posible que las diferencias sean tan grandes, y lleven a pulverizar, incluso, cualquier criterio de ordinalidad (es decir, que algunas comunidades autónomas ricas no acaben recibiendo menos fondos per cápita que algunas de las que están financiando). Se trata, sencillamente, de arbitrar un sistema que tenga algún sentido, que contribuya a la cohesión territorial y no constituya, en cambio, una máquina generadora de agravios y separación entre ciudadanos.

Comunidad franciscana

Alberto Fabra junto a Ignacio González

San Francisco renunció a todas sus riquezas y las repartió entre los pobres. Robin Hood robaba a los ricos para darles su dinero a los pobres. La Comunidad Valenciana ha ido más allá de ambos: se empobrece para enriquecer a otros más ricos que ella. Es la única comunidad autónoma que está por debajo de la media española... pero paga como si estuviera por encima. Los valencianos damos sin pensar en recibir. Porque no recibimos nada (recibimos significativamente menos de lo que damos), pero sobre todo porque, a la vista de la impotencia y la falta de seriedad mostradas, por enésima vez, por parte de los poderes públicos valencianos, sólo cabe esperar que "Madrid" se apiade, o medio maquille las cuentas, para ofrecer un tratamiento un poco más presentable.

El "método Rajoy": no hacer nada

A regañadientes, con "agostidad" y alevosía, el Gobierno ha presentado públicamente, por fin, un cálculo actualizado de las balanzas fiscales. Por desgracia, llega varios años tarde. Durante todo este tiempo, la cuestión de las balanzas fiscales ha envenenado el debate público en España como ningún otro asunto; no es sólo el auge del independentismo catalán, o la escandalosa discriminación valenciana, o las pretensiones madrileñas de ser los más agraviados de todos (ignorando, al parecer, las enormes ventajas que comporta la capitalidad en un país como España, con una estructura mucho más centralizada de lo que cabría sospechar en un principio), o los exabruptos con que periódicamente nos regala los oídos el presidente de la Junta de Extremadura. Es la combinación de todos estos factores, y muchos más.

Jose Antonio Monágo, presidente de Extremadura

Es más que un tópico hablar de la querencia de Rajoy por no tomar decisiones, por dejar que los problemas se pudran y, con suerte, acaben solucionándose por sí solos. A veces ha querido verse en esta característica del presidente del Gobierno una cualidad positiva, ligando la inacción con la sensatez y el sosiego. Por desgracia, si la inacción no es selectiva (con problemas que sólo pueden empeorar si se interviene prematuramente en ellos), sino sistemática, ya no hablamos de tranquilidad y reflexión, sino de inoperancia e indolencia.

Hemos esperado años a que Rajoy hiciera algo con diversos problemas para constatar al final que, en efecto, su plan, de haberlo, consistía en no hacer nada, o hacerlo cuando no hubiera más remedio. Por desgracia, mientras tanto los problemas no se han solucionado; se han enquistado. El único consuelo que podríamos tener es uno al que nos acogemos demasiado a menudo en España: es malo, pero "podría ser peor". Es decir: podría ser Aznar. Podría ser un presidente que echase constantemente gasolina al fuego.

El ministro Cristóbal Montoro

El problema es que, aunque no sea Aznar, es Rajoy. Y eso significa que tenemos un Estado incapaz de asumir la existencia de problemas y, con mejor o peor fortuna, acometerlos para intentar encontrar soluciones. En lugar de ello, tenemos un Gobierno demasiado aficionado a ponerse de perfil ante los auténticos problemas, mientras se afana a crear otros por razones a menudo insondables (piénsese, por ejemplo, en la reforma del aborto).

#prayfor... Pujol ens roba

Este viernes, el ex President de la Generalitat de Cataluña a lo largo de más de veinte años, Jordi Pujol, reconoció que su mujer y sus hijos han mantenido oculta en el extranjero, sin declarar a Hacienda, una fortuna millonaria. Las explicaciones de Pujol, singularmente incompletas (no se especifica la cantidad de dinero que se ocultó, ni cuánto corresponde a cada hijo y a su mujer, ni quién se encargó de gestionarlo, entre otros significativos olvidos), hacen saltar por los aires buena parte del prestigio, y desde luego la honorabilidad, de otro de los mitos de la Transición española, que había estado años clamando por la persecución política a la que el Gobierno español, Hacienda, el CNI y los medios españolistas le estaban sometiendo.

Jordi Pujol

Hoy queda claro que, con independencia de que los ataques tuvieran también esta causa, la motivación económica era real, y muy importante. Casi parece que Pujol se haya coordinado con el ministro Montoro: Espanya ens roba y Jordi Pujol... también.

Recibe toda la actualidad
Valencia Plaza

Recibe toda la actualidad de Valencia Plaza en tu correo

Se necesitan hechos y no gestos para construir el futuro de Europa, por Mariam Camarero
"Con-fianza": in king we trust