En la Historia, generalmente, no existen puntos finales, aunque nuestro titular podría parecer la conclusión de lo ocurrido durante los dos últimos años, después de aquel terrorífico ataque del 7 de octubre contra Israel, y el mundo entero porque murieron y fueron secuestrados personas de unas 42 nacionalidades diferentes.
Desde aquel 7 de octubre en el Oriente medio se liberaron los cuatro jinetes del apocalipsis, y se generaron una serie sinergias de conflicto a todos los niveles, tanto global, región y local, focalizados em aquella región. Uno de los polos de atracción, o mejor dicho de repulsión, de esos conflictos uno de los centros, de uno de los bandos es el Teocrático e islamista estado del Irán de los Ayatolás; primero a nivel global como aliado de la China de Xi Jinping y la Rusia de Vladimir Putin, siendo una de las palancas que usan ese bloque de autócratas y regímenes, centrales-continentales contra lo que es el bloque económico-capitalista y Occidental, que representa el Tío Sam y su socio, aunque sea a veces a regañadientes que es la Unión Europea de Ursula von der Leyen.
Por otra parte, también a nivel regional existe el enfrentamiento, además de entre Sunníes y Chiíes las dos ramas del Islam, entre el mundo islámico y el mundo judío. Que comenzó en el mismo momento de la Resolución 181 de 1947 de las Naciones Unidas, en la cual se decidió la creación del Estado judío, y la creación del Estado palestino, esta decisión de la ONU fue aceptada por la parte hebrea pero rechazada por los musulmanes. Desde aquel momento todos o una gran mayoría de los países musulmanes, adoptaron la posición de una “Palestina libre desde el río hasta el mar”, es decir, la expulsión al mar de los hebreos, ¿será eso una voluntad genocida? A partir de entonces ha sido una sucesión de guerras y conflictos continuos, en los cuales Israel ha ido saliendo victoriosa, ampliando su espacio de soberanía y de seguridad a costa de los que la querían destruir, así como ha ido incrementando sus aliados en la zona, o al menos ha aumentado la neutralidad de diversos países islámicos.
Antes de aquel 7-O, gracias a la política exterior desarrollada en el primer mandato de Donald Trump, con su yerno Jared Kushner, se estaba llegando a la neutralidad, al menos, si no alianza de algunos países musulmanes respecto a Israel, a través de los acuerdos Abraham. Había conseguido el reconocimiento de varios países de África y el Golfo Pérsico, después del reconocimiento de Jordania en 1994 y Egipto en 1979, y estaba a punto de conseguir el reconocimiento de Arabia Saudí, cosa a la que su enemigo Irán no podía soportar, pues es el país que acoge los sagrados lugares del Islam, la Meca y la Medina.
Entonces se desencadenó el infierno, el 7-O, con ese ataque criminal, el mayor que ha sufrido Israel en número de bajas en un día, del que se acaban de conmemorar los dos años, y que causó violaciones, asesinatos, torturas, secuestros por parte de esa organización terrorista, apoyada por Irán, llamada Hamas, y a partir de esa fecha, Israel sufre el ataque desde numerosos frentes, además de Gaza. En su frontera norte por parte del Hezbolá desde el Líbano, también desde el interior en Cisjordania, que para Israel o la Biblia es Judea y Samaria, se produjo un elevado grado de subversión y revueltas, también se lanzaron ataques con drones y cohetes desde Irak con sus milicias chiíes; desde Siria donde también operaba Hezbolá también se atacó a Israel; por supuesto no nos olvidamos de los ataques por parte de los grupos de Hutíes del Yemen contra Israel e interrumpiendo la navegación marítima en el estrecho Bab al-Mandab, y por último el ataque masivo con misiles y drones desde Irán; esos son los llamados siete frentes a los que se ha enfrentado Israel en estos últimos 2 años.
A cada uno de esos ataques, Israel fue contraponiendo una estrategia de disuasión proporcional, es decir, si la disuasión se basa en que desanimo a mi posible enemigo de atacarme porque le puedo hacer el mismo daño que me puede hacer a mí, cuando el enemigo es 100 veces más grande o más numeroso que yo, tengo que devolverle el ataque 100 veces más fuerte, para mantener el principio de la proporcionalidad de la legitima defensa. Es así como fue acabando con cada uno de esos enemigos, con Hezbolá, un proxi (sucursal) de Irán, se eliminó la cúpula con ataques quirúrgicos aéreos y se elimino la estructura de mando con la famosa operación de explosiones de beepers y walkie-talkies, además de atacar sus depósitos de armas y estructura financiera, esto afectó a Siria, donde también se asentaba este grupo chií, y que repercutió y ayudo a la caída de Bashar al-Asad. Las milicias iraquíes cesaron sus ataques disuadidos, tras la respuesta sufrida por Irán, en la que este país fue humillado, por la contraofensiva aérea y estratégica israelí, en la que sus infraestructuras y su programa nuclear (así como sus lideres) fueron objeto de un elevado nivel de destrucción, rematadas por el ataque norteamericano. Respecto a los Hutíes, los ataques y contra ataques con los yemeníes se mantienen en ocasiones, aunque con un nivel muy bajo de intensidad (han retrocedido en sus intentos de destruir Israel), los disturbios en Cisjordania-Judea-Samaria, también están más o menos controlados y la paz en Gaza intenta mantenerse
Por lo que, como pueden ver, todos esos grupos aliados de Irán, incluido el país persa, que ejercían una gran iniciativa operativa (y de terror) en todo el Teatro de Operaciones del Medio Oriente, y que conformaban el llamado eje de resistencia, han sido neutralizados…por el momento; por lo que habrá que seguir ocupándose de la región, pues existen otros desafíos, colaborando con los aliados para que no vuelva a ser una preocupación para nuestros intereses, como los hidrocarburos, un recurso básico para nuestra forma de vida, a pesar de la Agenda 2030, así como las rutas marítimas que pasan por aquella región, por donde fluye nuestro comercio ergo riqueza.