En los últimos años, España ha sido testigo de un proceso de degradación económica y social auspiciado por unas políticas intervencionistas, fiscalmente asfixiantes y profundamente sectarias que han conseguido que los españoles seamos cada vez más pobres.
Y ¿por qué somos cada vez más pobres?
Existe una correlación casi total entre la caída de la producción industrial de España y el compromiso con el pacto Verde Europeo. La producción industrial en España empieza a caer justo dos años después de la primera ley para la reducción de emisiones de CO2. Y lo que la mayoría de la población no sabe es que si España desapareciera no habría ningún impacto en términos de emisiones globales. España solo emite el 0,57% del CO2 mundial.
Por otra parte, Sánchez ha subido más de 97 veces los impuestos a los españoles alcanzando el récord histórico en recaudación. Pero este récord en recaudación no crean que ha servido para mejorar los servicios públicos como educación, sanidad y servicios sociales. Este récord en recaudación, este saqueo al bolsillo de los ciudadanos, ha servido para aumentar el gasto total en subvenciones, apagar las duplicidades de un estado autonómico insostenible y, por qué no decirlo, para pagarle la juerga al bipartidismo.
Desde VOX, creemos que ha llegado el momento de devolver el poder a los ciudadanos, proteger a las familias españolas y recuperar el sentido común en la gestión económica. En la actual coyuntura económica con una deuda pública desbocada, una inflación persistente y una presión fiscal asfixiante, el mensaje de VOX en su campaña bajo el lema, “la motosierra de VOX”, es profundamente necesario. El Estado se ha convertido en una maquinaria ineficiente, sobredimensionada y clientelar donde el gasto público se utiliza muchas veces como herramienta de propaganda ideológica y no al servicio del ciudadano.
VOX no plantea simplemente recortar por recortar, como algunos medios quieren hacer ver. Plantea una reestructuración profunda del gasto público orientada a eliminar lo superfluo, lo ideológico y lo corrupto. Frente a un modelo que premia el despilfarro político y las subvenciones a asociaciones con fines partidistas e ideológicos, VOX defiende una gestión austera, responsable y orientada al interés general.
Por eso, cuando se habla de “motosierra”, no se habla de hospitales, pensiones o educación. Se habla de estructuras paralelas innecesarias, chiringuitos ideológicos, duplicidades autonómicas, y de una administración hipertrofiada donde sobran altos cargos y falta atención al ciudadano.

- El líder de Vox, Santiago Abascal, y la portavoz de Vox en el Congreso, Pepa Millán. -
- Foto: ANANDA MANJÓN/EP
El bipartidismo ha aceptado como normal un estado que se endeuda para mantener estructuras inútiles o para comprar voluntades políticas a través de transferencias y privilegios autonómicos. Y los partidos satélites del bipartidismo cuyo único objetivo es desangrar a la nación para terminar con ella cuando ya no puedan exprimirla más, apoyan todas esas políticas. VOX rompe con esa lógica. Se plantea un modelo de Estado fuerte en lo esencial -defensa, justicia, seguridad, sanidad, educación- pero austero en lo ornamental y clientelar.
El actual modelo económico promovido por la izquierda no solo castiga el esfuerzo, sino que penaliza la creación de riqueza y el emprendimiento. Desde VOX proponemos una reforma fiscal profunda que reduzca la presión tributaria sobre las familias, los autónomos y las pequeñas y medianas empresas, verdadero motor de la economía nacional. No es justo que los españoles trabajen media vida para sostener una administración ineficiente y sobredimensionada.
Abogamos por una simplificación del sistema fiscal, la eliminación de impuestos confiscatorios como el de Sucesiones y Donaciones, y una drástica reducción del gasto político improductivo. ¿Por qué mantener estructuras innecesarias como las duplicidades autonómicas mientras nuestras familias no llegan a fin de mes?
Nuestra propuesta es clara: menos impuestos, menos burocracia, más libertad económica. Solo así se podrá reindustrializar España, atraer inversiones, fortalecer el tejido empresarial y generar empleo estable y de calidad.
Las decisiones económicas y sociales no pueden estar al dictado de Bruselas ni de organismos internacionales que no rinden cuentas ante los españoles. VOX defenderá siempre una soberanía económica plena que priorice el bienestar de nuestros ciudadanos por encima de agendas globalistas o intereses ideológicos.
En resumen, el programa económico de VOX parte de una premisa simple pero poderosa: devolver la libertad y la dignidad a los españoles. Frente a quienes pretenden uniformar y controlar, nosotros ofrecemos seguridad, prosperidad y futuro.
La “motosierra de VOX” no es una amenaza para el bienestar. Es una herramienta para rescatar el sentido común, la eficacia y la responsabilidad fiscal. Es la única forma de garantizar que las futuras generaciones no vivan ni hipotecadas por el despilfarro presente.
Es hora de reconstruir España sobre los pilares del esfuerzo, la propiedad, la libertad y el orden. Y en esa tarea, VOX no fallará.