Llegamos al día de la Comunitat Valenciana con el mismo president mentiroso y manipulador, que cuenta con un gobierno y partido a su imagen y semejanza, cuyo objetivo desesperado para este día es provocarnos a aquellos que respetamos nuestra cultura y lengua con un cartel institucional que luce el lema “vixca, vixca, vixca”, a ver si hay suerte y hablamos más del uso de un vocablo no normativo que del hecho de que aún no haya dimitido con todo lo que ya sabemos gracias a la investigación judicial.
Así que la respuesta al cartel institucional que se ha extendido por las redes, rehaciéndolo en forma de “Mazón Dimixio” me parece de lo más acertado. A ver si de una vez comprende que no hay mayor urgencia política en esta Comunitat que su dimisión, para que este pueblo pueda avanzar. Tanta mentira y ocultación de información, tantos intentos de engañar a la gente frente a las imágenes que vemos y su contundencia (todo ello pruebas negadas a la oposición que ven la luz por investigación periodística y judicial) no hacen más que causar dolor a un pueblo que clama por la asunción de responsabilidades políticas al máximo responsable. Hablamos de higiene democrática. Y no, ningún cartel buscando la provocación nos va a desviar del único lema que nos representa: “Mazón dimisión.”
Pensando en el fatídico 29 de octubre y con la información con la que hoy contamos, sabiendo que ya a las 12.34 circulaba la información sobre el desbordamiento de barrancos, de la rambla del Poyo y de cómo la lluvia se iba a convertir en avenidas de agua, es muy difícil entender la inacción, por parte del Gobierno valenciano, que reinó durante toda la jornada, hasta llegar a ese mensaje tardío a las 20:11. Son muchas horas de ir recibiendo más información sobre el agravamiento de la situación, pues las lluvias no cesaban, y entre tanto retirar a los bomberos forestales del control del barranco del Poyo y comparecer (el President) sólo para negar la alerta hidrológica a las 13h y no ser contradicho por nadie en todas las horas posteriores. Todo ello a pesar de convocar el CECOPI, al que se conectó la Vicepresidenta Camarero, para no hacer nada e irse a una entrega de premios. Todo ello me conduce a la gran pregunta de por qué motivo absolutamente ningún miembro del gobierno valenciano estaba preocupado por la situación y no reaccionó alertando a todos los municipios y servicios propios (colegios, residencias, personas dependientes, centros de salud, metro…) de lo que ya estaba ocurriendo.

- Foto: ORIETTA SCARDINO
Y en las antípodas de este modo de gestionar abandonando a la gente a su suerte, están las personas que se embarcaron en una Flotilla para intentar llegar a Gaza con ayuda humanitaria, romper el bloqueo y abrir un corredor humanitario. El mayor objetivo era denunciar el genocidio que sucede ante los ojos del mundo sin que reaccione quién realmente tiene capacidad para ponerle freno. Del PP de nuestra querida Comunitat solo han recibido burlas e incluso han llegado a pretender crear sospechas de vínculos de nuestro compañero diputado, miembro de la Global Sumud Flotilla, Juan Bordera, con Hamas, en un intento desesperado de vender aquí las mentiras del gobierno sionista de Israel. En una infame prisión israelí destinada a presos palestinos sigue secuestrada Reyes Rigo junto a seis personas más, todos parte de la Flotilla, bajo acusaciones falsas propias de la propaganda genocida, que PP y Vox hacen suyas sin ningún pudor ni rigor.
Cuesta entender con qué facilidad estos partidos dan la espalda a las víctimas. Quizás la empatía y sensibilidad ante el dolor ajeno debería ser un requisito humano para estar en política representando a los ciudadanos; puede que así nos iría mejor a todos.
Hoy 9 de octubre no es mala fecha para seguir denunciando el genocidio que se está produciendo en Gaza, pero también es buen día para que esa persona que no se digna a dimitir nos cuente qué le ocupaba tanto el pasado 29 de octubre para no estar donde debía estar y porqué todo su gobierno ignoró la emergencia. Sería todo un regalo para el pueblo valenciano, saber la verdad.