Si algo define a Vox es el sentido común.
¿No es de sentido común que las instituciones estén al servicio de los ciudadanos en vez de que los ciudadanos estén al servicio de los políticos?
La desafección de los ciudadanos hacia los políticos es evidente y, hasta cierto punto, lógica. Han sido años y años en los que las palabras eran unas y los hechos otros. Años y años en los que el estado de bienestar de los ciudadanos iba empeorando y el estado de bienestar de los políticos iba mejorando.
Pero ahora, por fin, alguien pasa de las palabras a los hechos y por extraño que pueda parecer, las palabras sí coinciden con los hechos. Y esta afirmación es perfectamente comprobable si vamos al acuerdo de Vox y PP para la Ley de Medidas Fiscales, de Gestión Administrativa y Financiera y de Organización de la Generalidad de 2025.
Cómo decía antes, de las palabras a los hechos.
Las palabras de Vox son aplicar la perspectiva de familia a las políticas públicas, tener en mente sus necesidades y problemas y orientarlas a apoyar la institución familiar.
Y los hechos: duplicar, y hasta triplicar en algunos casos, las deducciones fiscales en el tramo autonómico del IRPF por nacimientos, adopciones y acogimiento. Agilizar el procedimiento de emisión y renovación del título de familia numerosa. Bonificar el impuesto de sucesiones para familiares hasta tercer grado. Poner fin a la asfixia fiscal que supone la adquisición de una vivienda rebajando el Impuesto de Trasmisiones Patrimoniales y el de AJD.
Mientras a unos se les llena la boca de su hueca defensa del pueblo y a otros de economía y más economía, Vox actúa de forma real y realista.
De las palabras a los hechos.

- Imagen de archivo -
- Foto: KIKE TABERNER
Las palabras: la protección de la propiedad privada es imprescindible, y, por lo tanto, es prioritario solucionar el problema de la ocupación ilegal de viviendas.
Los hechos: creación de una oficina anti ocupación, sin coste económico adicional, para asesorar y acompañar a las víctimas de ocupación.
Mientras unos fomentan con sus políticas la okupación, con K, de viviendas y otros no actuaron cuando pudieron hacerlo, VOX vuelve a actuar.
De las palabras a los hechos.
Las palabras: las políticas de fronteras abiertas y multiculturalismo han sido nefastas y han fracasado en Occidente. En Francia, Bélgica y Reino Unido, de forma estrepitosa, hasta el punto de existir lugares donde rige la sharía o haberse hecho habitual la presencia en las calles de mujeres veladas, invisibilizadas. Pese a ello las élites de Bruselas, populares y socialistas, continúan fomentando la llegada de miles de inmigrantes ilegales.
Los hechos: Vox establece la obligación de realizar pruebas exhaustivas para determinar la edad de los menas y la repatriación a sus países de origen, a la vez que se termina con la gratuidad de los amarres de barcos de ONG que colaboran con las mafias de tráfico ilegal de personas.
Mientras unos fomentan abiertamente la inmigración irregular, masiva y descontrolada, y otros no osan abordar de forma contundente el problema, Vox nunca promocionará ni amparará en tráfico ilegal de personas, Vox vuelve a actuar.

- -
- Foto: GARETH FULLER/PA WIRE/DPA
De las palabras a los hechos.
Las palabras: hay que terminar con las políticas de la Agenda 2030 y con las nefastas consecuencias del Pacto Verde Europeo que destruyen el sector primario y la industria.
Los hechos: Vox elimina las políticas de la Agenda 2030 de la Ley de Cooperación al Desarrollo. Se priorizará la producción nacional y el comercio local. Se compatibilizará el cuidado del medio ambiente con la actividad económica, derogando el PATIVEL, que impide o restringe la actividad en nuestras playas y se dejará de perseguir a los ciclistas de montaña. La naturaleza está al servicio del hombre y no al revés.
Mientras unos son unos ecologistas de salón y pandereta, Vox permite que los verdaderos amantes de la naturaleza colaboren en su cuidado.
De las palabras a los hechos.
Ven, no es tan complicado, sólo hace falta tener claro que se está al servicio de los ciudadanos. Ser coherente y mantener firmes los principios. No se trata de intercambiar sillones, se trata de cambiar políticas.