Opinión

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LA ENCRUCIJADA

Preguntas que responder a una Comunitat que no se resigna

Publicado: 04/11/2025 ·06:00
Actualizado: 04/11/2025 · 06:00
  • El presidente de la Generalitat valenciana, Carlos Mazón.
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El pasado 29 de octubre la memoria, las emociones y la razón nos condujeron, de nuevo, a aquel otro 29 O en el que las fuerzas de la naturaleza devastaron comarcas y arrancaron vidas que merecían ser vividas. Poco a poco sabemos qué pasó, cómo pasó y cómo no reaccionaron, ante las previsiones, quienes tenían la responsabilidad de proteger del cataclismo al pueblo valenciano.

Lo sucedido aquel día acumuló tanto horror, tanto sufrimiento, tanta negligencia, como para que merezca ser un punto de inflexión para quienes habitamos y amamos a la Comunitat Valenciana. Seamos sinceros con nosotros mismos. Borremos los estereotipos. Abandonemos esa zona de confort que bien merece ser llamada la Comodidad Valenciana. Una conducta colectiva que nos permite criticar a todo dios, desde el más alto al más bajo, pero sin que haya persistencia, organización, acción y consecuencias posteriores. Son charlas de café y bar, de mesa camilla, de reuniones lúdicas. Son convocatorias de personas con responsabilidad política, económica, social, académica o de cualquier otro tipo, que abundan en la simplificación y el prejuicio.

5,4 millones de valencianos y valencianas merecemos más, mucho más que el humo de las palabras efímeras. Nuestras aspiraciones precisan salir del mar de mediocridad que, demasiadas veces, se aplica a la toma de decisiones que nos afectan. No debemos seguir ignorando lo que nos perjudica ni las alternativas que existen y funcionan en otros lugares. Hay muchas preguntas que responder en un activo ejercicio de discusión pública. Por ese motivo, este artículo no contiene respuestas, sino algunas preguntas, con la esperanza de que, algún día, dispongamos de contestaciones nacidas de un amplio debate, reflexivo y alimentado por el mejor conocimiento existente.    

  • El presidente de la Generalitat valenciana, Carlos Mazón. 

1. ¿Por qué los valencianos hemos acumulado tantos cargos públicos, incluidos presidentes de la Generalitat, que han demostrado ser incapaces, indignos o corruptos en el desempeño de sus funciones?

2. ¿Por qué, en cada caso, los responsables de su designación no han hecho el trabajo necesario que hubiera permitido escoger personas cualificadas y con un historial impecable de integridad y sensibilidad social?

3. ¿Por qué hemos pasado a estar más cerca de la renta per cápita de Extremadura que de la de Madrid o Navarra? 

4. ¿Por qué el capital humano y la formación de empresarios y trabajadores, la innovación y la I+D soportan aquí vidas pedigüeñas y maltratadas cuando son motores económicos de mundos que se encuentran a apenas dos horas de vuelo? ¿Por qué, mientras, se confían tantas cosas a los recursos naturales y tan poco a la inteligencia acumulada? ¿Por qué ese afán en defensa de intereses conectados a la economía especulativa y a las concesiones públicas y ese tono discreto, sin la misma fuerza, que se advierte en la reivindicación de la economía productiva, abierta al exterior y sometido a la disciplina de la competencia internacional?

5. ¿Por qué se ha consentido que se perdieren las principales instituciones económicas de la Comunitat Valenciana, entre ellas las cajas de ahorro, sin que las organizaciones y personas con presencia en las mismas pusieren freno a ocurrencias, desmanes y deshonestidad que se desplegaban al ritmo de la codicia rápida y la sensación de impunidad?

6. ¿Por qué buena parte de la burguesía valenciana, -a diferencia de otros lugares-, parece sumisa y conformista, reaccionando ante objetivos como el Corredor Mediterráneo o la financiación autonómica, pero sin mostrar un interés y empuje persistente por la presencia e influencia de la Comunitat Valenciana en los centros de decisión españoles?  ¿Por qué no tener las agallas de decir, con argumentos fundamentados, lo que mejoraría el funcionamiento de España desde la visión valenciana, superando los complejos y miedos heredados del pasado?

7. ¿Por qué el paternalismo o el miedo a los sindicatos sigue atenazando la reforma real de las administraciones públicas, cuando de su trabajo, conocimiento y eficiencia dependen el bienestar y la equidad social, en particular de las clases media y trabajadora?

8 ¿Por qué hay todavía tantos, en una tierra como la nuestra, que admiran y consideran “listos” a quienes engañan a Hacienda, mantienen economía y trabajadores sumergidos o compran tierras ocultando a sus dueños que se van a recalificar como suelo urbanizable? ¿Por qué no temen la condena del reproche y el aislamiento social quienes conspiran contra la libre competencia empresarial, suministran falsa información a sus clientes o defraudan a los proveedores?

9. ¿Por qué todavía son muchos los conciudadanos que se afanan en negar o ignorar el cambio climático, sin que les parezca importar el alto precio en seguridad y calidad de vida que pagarán mañana sus hijos y nietos? 

10. ¿Por qué existen intelectuales y creadores más animados por la crítica a los de su gremio que a la calidad y reconocimiento de su propio trabajo, tanto dentro como fuera de la Comunitat Valenciana?  ¿No les preocupa que su prestigio quede comprimido por el mísero espacio de sus capillitas?

11. ¿Por qué hay gente que todavía trabaja para debilitar la Comunitat Valenciana creyendo que, de ese modo, se elevará la presencia y potencia de las provincias que la integran? ¿Acaso piensan que el declive de la comunidad autónoma no contaminará gravemente el de sus diputaciones y ayuntamientos?  Y, en general, ¿por qué no ejercer una férrea oposición frente a quienes desean que seamos enemigos entre nosotros, en lugar de buscar puentes que nos unan tanto geográfica como culturalmente?

12. ¿Por qué miramos tanto a Madrid y Cataluña, mansamente expectantes o sin saber muy bien lo que esperamos, cuando allí ni nos miran ni nos esperan más allá de algún interés ocasional ajeno a una relación fluida y amplia?  Quizás ya sea tiempo de relacionarnos teniendo en cuenta no sólo lo que nos une sobre el papel, sino el futuro de lo que más nos interesa como valencianos. Con más pragmatismo y menos romanticismo. Conduciendo la relación, sin seguidismos, a partir de nuestros propios objetivos.  

La respuesta a las anteriores preguntas influirá sobre nuestra mayoría de edad, como Comunitat. Una mayoría de edad que, en último término, descansará sobre los cuatro siguientes pilares:

  • La unidad interna en la ciudadanía valenciana y la superación de los frenos que limitan el despliegue de sus capacidades ciudadanas, institucionales y de gobernanza territorial.

  • Un enfoque relacional equilibrado con Madrid, Cataluña y otras CCAA.

  • El desarrollo de un trabajo sólido para crear marcos y programas que, conteniendo objetivos deseables para la Comunitat Valenciana, puedan conseguir complicidades en otros territorios y acabar siendo parte de las políticas españolas. 

  • La disposición activa a reflexiona sobre una visión propia de la autonomía estratégica de la Unión Europea y a colaborar intensamente en su plasmación.

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