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PSOE, Karma y cuestiones de fe

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* Francisco Sánchez López es profesor titular de Ciencia Política y de la Administración de la Facultad de Derecho de la Universidad de Valencia
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VALENCIA. Recientemente se celebraron unas sugestivas jornadas sobre los "Retos de la Socialdemocracia" en el Departamento de Derecho Constitucional y Ciencia Política y de la Administración de la Universidad de Valencia, en las que participaron el eurodiputado Andrés Perelló y los profesores Joan Romero, Joaquín Azagra y Joaquín Martín. Al igual que en otros foros, se recalcó que el reto de la socialdemocracia, y del PSOE como partido de esa tendencia, pasa fundamentalmente por la construcción de un nuevo metarrelato más ajustado a la sociedad actual y a sus problemas, que a la vez no se aleje de sus propios valores políticos: solidaridad, igualdad, justicia social... Para un buen resumen de los contenidos que podría tener ese nuevo metarrelato, les recomiendo el libro "Desde la margen izquierda" escrito por los profesores Azagra y Romero.

Mientras escuchaba las intervenciones, me preguntaba por qué, si las cosas parecen estar tan claras, se insiste tanto en el tema del cambio de caras. Divagando, recordé los argumentos de Felipe González en una entrevista a El País que aquí copio: No puede ser líder quien no tiene capacidad, y/o sensibilidad, para hacerse cargo del estado de ánimo de los otros (...), no hay liderazgo si no cambias el estado de ánimo de los demás, de negativo a positivo o de positivo a más positivo, lo que comporta creer de verdad en el proyecto que ofreces (...) Pero tiene que ser un proyecto que le permita a la gente pensar que, aunque le pidas esfuerzos, ese esfuerzo tiene sentido, y le convence quien se lo pide porque ve que se lo cree. Y se lo cree de manera no mercenaria".

El liderazgo no es sólo un tema de personas sino también de proyectos, y es ahí donde -a mi manera de ver- está fallando todo el asunto de la renovación del PSOE, enfrentamiento que se ha convertido en un segundo round del Congreso de Sevilla. Hasta las elecciones autonómicas teníamos un combate en el que uno de los púgiles estaba en medio del ring, haciendo boxeo de sombra, mientras la oponente no se movía de la esquina ni quitaba la capucha, aunque sabíamos quien era y que su estrategia era clara, simple y, posiblemente, efectiva: esperar cansancio y golpear.

No cabe duda de que quienes le hablan detrás de las cuerdas -los encargados del linimento y la "imagen"- han atisbado cansancio en los resultados de las Autonómicas y han ordenado golpear. Es así que por el día de las brujas nos hemos encontrado con una exclusiva en El Mundo (como las bodas del ¡Hola!) que dedica a la oponente portada, página y media de entrevista y media columna editorial que loa sus virtudes. Cuando lo leía sólo tenía una imagen en la cabeza: Felipe González, mirando por los cristales de su despacho de Plaça del Gas 1, con gesto de satisfacción al constatar que los que tanto le maltrataron hacen enmienda reconociendo las virtudes de su niña.

El publirreportaje muestra una vez más que el mejor golpe de la oponente y su gente no es el jab de izquierda sino el storytelling (así llaman los publicistas al cuento, a la narración, al camelo) y de eso sí que saben. El cuento que nos cuentan de la retadora es resultón: abuelos de Olula del Río y Burgos, pasado proletario y republicano, meritocracia y éxitos políticos; joven, mujer y catalana; la niña de Felipe, la encarnación de la España plural, la democratizadora de la democracia, "estudios" de doctorado, estancia en Canadá, la rebelde que cuando le dicen que vaya con vestido se pone pantalón, lLa socialista Carme Chacón con su familiaa garante de la unidad de España, la federalista, la que ha puesto en sus sitio a los nacionalistas catalanes, la mujer que gestando pasó revista y ordenó cuadrarse al Ejercito de España, de las fuerzas de ocupación como diría la eurodiputada de su partido. En el fondo, lo que ha hecho la iglesia toda la vida: crear santos y buscar devotos.

Pero cuidado, la fe provoca visiones de profetas y apariciones de vírgenes. No olvidemos que había gente que hablaba de ella como si de la oposición al zapaterismo se tratara, a pasar de ser su más acabado producto. La anunciaban como democratizadora del partido, cuando siendo ministra daba ruedas de prensa sin preguntas. O, lo que más me sorprende, ya nadie se acuerda de que es la ministra de vivienda de la época de la burbuja inmobiliaria.

Alguno dirá que en la entrevista plantea temas de fondo; pero no confundamos titulares con ideas y soy rotunda y radicalmente contraria a la independencia de Cataluña es un titular, ¿o acaso no podía haberlo dicho en su reaparición el 5-10-2012 en Antena 3? En esa ocasión se limitó a decir no quiero que me pidan ser de papá o de mamá ¿Tengo que decidir por mi hijo de cuatro años, si es catalán o español? Se supone que su idea estrella es la del federalismo que, en sus palabras, es sanidad para todos, educación para todos, pensiones dignas para todos y libertad para que cada cual se organice como quiera, respetando los intereses comunes. El federalismo es garantía de derechos de cada ciudadano viva donde viva y respeto de la diferencia, que no es desigualdad. Pues no sé yo si el federalismo es eso y, de serlo, entonces EE. UU. no es un país federal. O será que Obama habla de los problemas de otro país cuando se refiere a los problemas del sistema sanitario.

En el capítulo de las soluciones señala que "hace falta claridad en las competencias. Hace falta evitar duplicidades y derroches, hace falta colaboración y cooperación y un Senado auténticamente territorial". Me pregunto, en caso de que ella llegue a Secretaría General, ¿anularía la disciplina de partido en esa cámara para que los senadores voten por la defensa de sus territorios? No sé por qué, pero sus argumentos me suenan como lo del sentido común de Mariano Rajoy.

Los políticos son responsables como autores, cómplices o encubridores del vaciamiento de la política en pro de lo que algunos llaman "comunicación", a la que han convertido en un fin cuando no es más que un medio. La comunicación es necesaria: los metarrelatos que no se comunican no existen, pero cuidado con poner la carreta delante de los caballos. El problema de la política y de los políticos sin contenidos, ideas propias y adicción a la imagen radica en que tienen pánico a los ciudadanos que les piden mirar a la realidad, buscar soluciones, ilusiones, inteligencia, virtudes, proyectos integrales, valentía, futuro... porque ellos sólo pueden dar imágenes, sonrisas de anuncio de Young & Rubicam o discursos prefabricados.

En el asunto PSOE se entretejen cuestiones que afectan a la salud democrática de España y por eso hay que tomárselo en serio; además, como partido, se juega representar el papel -clave y necesario en el momento actual- de una oposición sólida, de una alternativa de izquierda, de un partido integrador territorial, de la renovación del sistema de partidos, de la calidad de los liderazgos... Si se diera el caso de que esta crisis del PSOE fuera terminal, una gran número de votantes pasaría muchos años en barbecho hasta que se lograse construir una nueva organización grande y consolidada que agregara sus intereses.

Que no se vuelva a renovar el partido desde una cancha de baloncesto, con el concepto ZP -como diría Blanco- o con planteamientos tan potentes como que el futuro de la política está en las mujeres y menores de cuarenta; sesudo argumento que no se respaldaba en que las mujeres son el grupo de mayor ingreso a la universidad, sino en que tienen mejor imagen y "comunican" mejor. Y claro, si la renovación iba de tener mejor entrada en los votantes por imágenes proyectadas en los medios de comunicación, lo ideal era montar un grupo mediático propio, eso sí, cumpliendo rigurosamente la ley de incompatibilidades (excusatio non petita...), tal y como señala de forma insistente uno de los principales autores intelectuales de tal desastre, que es a la vez más que álter ego de la candidata. Me falta comentar lo del progresismo global, otro de los pilares de la renovación, pero de eso no puedo decir nada porque hasta ahora no sé qué es. ¡Lo siento!

Quien quiera liderar el PSOE debe hacer propuestas de renovación integral del partido y de la política democrática, pero superando al líder anterior y a su equipo. No nos olvidemos del asunto del Karma o de la tan citada frase de Marx sobre las historias repetidas, que de tragedia ya hemos tenido bastante y las cosas no están para farsas. 

 

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