Opinión

Rita Barberá: ¿Quién le pone el cascabel al gato?

  • La alcaldesa y José Salinas
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VALENCIA. La firme determinación de la alcaldesa de Valencia de llevar a cabo la ampliación del Palacio de Congresos de la ciudad está consiguiendo inquietar e incluso irritar a importantes sectores empresariales y políticos de dentro mismo del Partido Popular.

Todavía no ha conseguido nadie explicarse "la cabezonería" de la alcaldesa Rita Barberá por pretender sacar adelante un nuevo proyecto de construcción calificado por los empresarios de innecesario y contrario a los intereses generales de la ciudad y de los ciudadanos como sería la ampliación del Palacio de Congresos. Tanto en el seno de las organizaciones empresariales valenianas como en determinados departamentos de la Administración autonómica gestionados por altos cargos procedentes del PP se observa con desconfianza la iniciativa municipal.

En efecto. No parece oportuno en estos difíciles momentos de austeridad y control del gasto público realizar una inversión millonaria -presupuestada inicialmente en 24 millones de euros -sobrecostes aparte- y financiada por el Ayuntamiento de Valencia mediante el recurso al endeudamiento- cuando en la misma ciudad y muy cercano al Palacio de Congresos existe otro espacio público que cumpliría fielmente la función de la ampliación proyectada: el Centro de Eventos de Feria Valencia.

Se trataría de una inexplicable duplicación de infraestructuras a mayor gloria de la alcaldesa justo en unos momentos en los que desde las administraciones públicas se están aplicando severos recortes tanto a los servicios públicos que reciben los ciudadanos, como a las condiciones laborales de los servidores de la Administración, funcionarios y empleados de empresas públicas.

La ampliación del Palacio de Congresos, encomendada al arquitecto-estrella Norman Foster, condenaría al ostracismo sin paliativos al excelente y no menos práctico espacio de Feria Valencia, situado a una distancia cercana y unido por autopista y tranvía. No es ésta una afirmación caprichosa: si el director del organismo que gestiona la promoción turística de Valencia (Valencia Turismo Convention Boureau, VTCB), José Salinas, es al mismo tiempo director del Palacio de Congresos, La alcaldesa y José Salinases lógico pensar que éste redirigirá la organización de eventos que le llegaran vía VTCB hacia el Palacio de Congresos y no al centro de eventos de Feria Valencia, su más directo competidor...

De hecho y según han señalado fuentes empresariales a este diario, Salinas ya habría desechado con anterioridad la realización en Valencia de determinados eventos porque su ejecución exigía una superficie superior a la que ofrecen las actuales instalaciones del Palacio de Congresos.

Sin embargo, uno de los factores más sorprendentes en este desgraciado culebrón de infraestructuras y gasto público es el hecho de que Rita Barberá es responsable política simultánemamente de los dos organismos que se disputan la realización de eventos de gran envergadura, es decir, del Patronato de la Feria de Muestras y del Palacio de Congresos.

Y si bien este último presenta unas cuentas más o menos saneadas gracias a la gestión de Salinas -al césar lo que es del césar-, la Feria de Muestras ofrece por su parte un rosario de desequilibrios económicos y financieros como resultado del coste -y endeudamiento correspondiente- de la mastodóntica ampliación acometida en los albores de la crisis con la aquiescencia de la presidenta de su patronato (y todavía no se ha puesto negro sobre blanco la intensa actividad desarrollada por la alcaldesa para impedir que el recinto ferial fuera entonces trasladado a una ubicuación geográfica más racional desde todos los puntos de vista).

Imagen virtual del Palacio de Congresos y su ampliación

En todo caso, no debería olvidar Rita Barberá que la enorme deuda e intereses aparejados que arrastra Feria Valencia a causa de la ampliación por ella aprobada, está siendo ahora abonada con fondos procedentes de la Generalitat, es decir, del conjunto de los contribuyentes de la Comunidad Valenciana, debido a la imposibilidad material de la Feria de hacer frente a sus compromisos de pago. La potenciación del Palacio de Congresos no va a ayudar a resolver esta situación sino más bien a todo lo contrario.

Seamos coherentes. Es a los intereses generales de los valencianos y no a otros a los que Barberá debe prestar atención. Y si ella no lo hace, la Generalitat y las organizaciones empresariales deberán recordar a la alcaldesa cuál es la vía del sentido común y cuáles sus obligaciones. Otra cosa es que exista alguien en esos u otros ámbitos capaz de poner el cascabel a semejante felino cuando no lo hubo con ocasion de otros grandes despropósitos municipales, tal cual fue la construcción del nonnato nuevo estadio Mestalla otra vez dentro del anillo urbano de la ciudad.

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