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La obra nueva despierta en Russafa con la entrada en juego de los últimos solares

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VALÈNCIA. La necesidad de aumentar la oferta habitacional en València ha provocando la activación de suelo en zonas con alta demanda como es el barrio de Russafa. No es siempre es sencillo para el sector encontrar solares viables y con posibilidades de construcción, pero en los últimos meses sí se ha producido una dinamización de parcelas pendientes de ejecutar en este barrio, una de las zonas más de moda en el 'Cap i Casal'.

Así, solo en los últimos meses se están desarrollando dos proyectos en la calle Gibraltar: uno de ellos con las obras avanzadas y otro que empieza con las primeras excavaciones, consolidando esta calle, que limita con las vías de la estación de trenes València Nord, y en la que hasta hace unos años solo había unas pocas edificaciones levantadas, con el edificio de CSIF como protagonista. 

Pero, además, muy cerca, en la calle Buenos Aires también se ha retomado la construcción de un antiguo esqueleto que quedó parado con la crisis inmobiliario. Un proyectó que se frenó en 2008 y que ahora, diecisiete años después, tiene grúas trabajando para culminarlo. De igual modo, en la calle Cuba, las excavadoras trabajan sobre un solar en el número 11.

Proyectos que vendrán a completar uno de los barrios valencianos que mayor transformación ha sufrido en la última década tanto a nivel de servicios como de oferta de ocio. Una metamorfosis urbana que ha disparado la demanda por vivir en este enclave de València, reconvirtiendo muchos inmuebles en alojamiento turístico, aunque sin llegar a los niveles de otros puntos de la ciudad como El Carmen. En cualquier caso, la movilización de estas bolsas contribuye a aumentar la oferta habitacional en un mercado tensionado con precios medios, que ya están en los 3.500 euros por metro cuadrado.

Un factor que explica esta reactivación es el avance de las obras del Canal de Acceso, que prevé el soterramiento de todas las vías de acceso a las estaciones de València Nord y València Joaquín Sorolla, acabando con esa separación de la ciudad. Cierto es que todavía quedan años para que culmine esta 'megaobra', pero su arranque y la mejora futura de esta zona, próxima al Parque Central, ha provocado esta dinamización de suelo.

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Así, en la calle Gibraltar número 7, el Grupo Viraje ha diseñado para una cooperativa un edificio de 14 viviendas, de unos 80 metros cuadrados por inmueble. Con una arquitectura que mantiene la esencia clásica de las edificaciones del barrio, el complejo, ya en construcción, tendrá siete alturas y una planta ático, además de zonas comunitarias como una piscina. "El proyecto busca recuperar la ornamentación típica de Russafa", explica Jesús Herranz, socio administrador y arquitecto principal de este grupo valenciano, que cuenta con varias marcas tanto en la parte de diseño y estudio de arquitectura como con promotora propia.

Para ello, se han hecho estudios del color, ritmos y verticalidad del parque construido de la zona para mantener la homogeneidad y concordancia con el resto de trama urbana del barrio. Eso sí, introduciendo elementos de la construcción moderna como son sistemas industrializados a través de una fachada con prefabricados de hormigón para asegurar la calidad y la agilidad en los plazos. 

Fue hace unos meses cuando la compañía logró la licencia de obra y ya ha iniciado los trabajos de cimentación con vistas a culminar la promoción en año y medio. "Russafa es un barrio que está muy bien conectado y que lo estará más con el soterramiento de las vías. Es una zona muy céntrica y cuando acaben las obras, esta calle será una fachada más al barrio", comenta Herranz. 

  • Imagen del proyecto de Viraje.

Asimismo, a solo unos metros, concretamente en el número 21 de la misma vía, SFI Consulting última otro residencial de 40 viviendas distribuidas en seis plantas y un ático, todas ellas ya vendidas.

Además, hace unos años en esta misma vía, pero en el número 15, la compañía catalana Vae Homes ejecutó otro complejo compuesto por siete plantas y 30 viviendas. De esta forma, un barrio muy consolidado y donde quedan pocos suelos sin urbanizar. 

En paralelo, se han iniciado obras en un solar en la calle Cuba, 11 y se ha retomado un proyecto en la calle Buenos Aires, 24, parado desde la crisis inmobiliaria.

Por tanto, estos movimientos evidencian que la necesidad alojativa en València está llevando al mercado a movilizar suelos pendientes en zonas con demanda y que sean rentables para las compañías. Pero, también, reflejan la presión inmobiliaria existente en la mayoría de plazas de España, en donde existe un fuerte desequilibrio entre oferta y demanda que está inflando los precios al alza, expulsando a muchos vecinos de sus propias ciudades.

 

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