VALÈNCIA. La industrialización se abre paso poco a poco en el sector de la construcción como parte de la solución al problema de la vivienda, pero también por las ventajas que ofrece en cuanto a agilidad en los plazos, reducción de residuos y calidad en los acabados. Sin embargo, la financiación hipotecaria y la estandarización del proceso siguen siendo dos de las asignaturas pendientes que están provocando que esta transformación no acabe de despegar en España. Tanto es así que, mientras otros países europeos como Holanda o Finlandia tienen más del 80% de sus viviendas con algún sistema industrializado, en España apenas alcanza el 1%.
Estas fueron algunas de las conclusiones del foro Aprova Lab, impulsado por la Asociación de Promotores de Valencia (Aprova), elebrado este jueves en la sede del Colegio Territorial de Arquitectos de Valencia (CTAV). Una jornada en la que participaron José María Quirós, responsable de industrialización de Aedas Homes;
Juan Antonio Gómez-Pintado, CEO de Vía Ágora; Carlos Bandrés, director general de Grupo Lobe; Pepe Fenollosa, gerente de Butech (Porcelanosa Grupo) y Carlos Sanz, jefe de grupo en Proyme.
En concreto, la industrialización consiste en la producción de viviendas o una parte de ellas, como fachadas, cocinas o baños, en fábricas o naves, de forma que se mecaniza y controla todo el proceso, minimizando los errores y permitiendo mayores calidades que con la metodología tradicional, que es más artesanal. De esta forma, se consigue acortar los plazos de entrega y ahorrar costes. Por ello, poco a poco las empresas se están sumando, pero es cierto que todavía queda un largo camino por recorrer, dado que no todas las compañías disponen del pulmón necesario para construir sus propias plantas productivas y todavía existe poca oferta externa para subcontratar.
No obstante, el sector tiene claro que ese es el futuro y la verdadera revolución pasa por transitar hacia nuevos materiales como la madera e industrializar la construcción para equipararla con otros sectores como el de la automoción. ¿Los motivos? La necesidad de adaptarse a una normativa europea cada vez más exigente con las emisiones y la reducción de la huella de carbono, así como para resolver problemas del sector como la lenta producción de activos o la falta de mano de obra en el sector.
“La industrialización es el único camino para resolver el déficit habitacional en materia de oferta”, subrayó Gómez-Pintado. Y es que uno de los principales problemas de la obra nueva son los dilatados tiempos administrativo, que se reducen con la industrialiazación. "Para una promoción de 100 viviendas hemos conseguido un ahorro de ocho meses de plazo frente a una tradicional", expresó. Pero, además, el gerente de Butech (Porcelanosa Grupo), puntualizó que la estandarización del proceso de fabricación permite un mejor control de calidad. “Los componentes se producen en una fábrica bajo condiciones controladas, lo que reduce el riesgo de errores y aumenta la precisión en la producción, tanto en instalaciones como en acabados. Esto, a su vez, reduce los costos asociados con la corrección de errores y mejoras posteriores en el proyecto”, remarcó.

- Jornada industrialización -
- Foto: Aprova
Asimismo, los promotores destacaron que estas fórmulas hacen frente al problema de la mano de obra porque se ofrece un trabajo más cualificado y atractivo, a la vez que se favorece la incorporación de la mujer. "El problema es que la gente no quiere trabajar en la obra", remarcó Gómez-Pintado. Por tanto, los ponentes aseguraron que se generará "empleo especializado y de mayor calidad", lo que contribuirá a mejorar la productividad del sector. De hecho, este problema para encontrar perfiles profesionales es lo que impulsó a Aedas a apostar por la industrialización. En este sentido, Quirós incidió en que la capacidad de la construcción tradicional "irá a peor" porque muchos trabajadores están en edad de jubilación y no hay relevo generacional y, mientras tanto, se necesita seguir produciendo para atender una demanda residencial que no para de crecer. Algo que, a su juicio, se soluciona con la estandarización en fábricas.
Eso sí, "no se trata de destruir empleos, sino de transformarlos y cualificarlos", apostilló Carlos Sanz, jefe de grupo en Proyme, ya que "permite trasladar parte de la construcción a entornos industriales controlados, desarrollando soluciones innovadoras", enfatizó. De hecho, todos coincidieron en señalar que pese a que hace años los prefabricados estaban denostados, ahora la acogida del cliente final es positiva por las altas prestaciones de las soluciones que se lanzan ahora al mercado.
Sin embargo, también existen algunos hándicaps como es la financiación hipotecaria para poder acometer proyectos y que en el caso de la industrialización no está definida, así como la necesidad de crear más industria para aumentar el volumen de producción. En este sentido, se destacó el Perte que ultima el Gobierno para la innovación y modernización de la construcción industrializada, que permitirá generar todo un ecosistema con una empresa tractora y empresas auxiliares como es, por ejemplo, el caso de Ford Almussafes en la automoción valenciana. Asimismo, muchas administraciones públicas están primando en las contrataciones públicas el uso de estas fórmulas.
Ahora, bien, como puntualizó Bandrés, director general de Grupo Lobe, el urbanismo también debe cambiar y no ser tan rígido para incentivar estas nuevas viviendas. Para ello, las compañías han recurrido a varias metodologías, como el BIM, que permite gestionar todo el proceso de edificación de manera eficiente, optimizando la planificación, minimizando errores y reduciendo desperdicios. "Además, podemos mejorar la coordinación entre los equipos de trabajo y tener un control en tiempo real del avance de las obras, asegurando una ejecución más precisa y eficiente", reseñó. Mejoras necesarias en un momento de máxima tensión en el mercado por el desequilibrio entre oferta y demanda.
Con todo, los promotores lo tienen claro y el futuro paso por esta transformación del sector. "La industrialización es el camino para hacer el sector más rentable, sostenible y competitivo", remarcaron.