El mercado inmobiliario en Valencia está en un momento de transformación, con desafíos significativos entre los que cabe destacar la escasez de suelo urbano y el encarecimiento de la vivienda.  Sin embargo, el momento actual también presenta oportunidades para innovar y colaborar estrechamente con las administraciones públicas en la creación de soluciones público-privadas más ágiles que faciliten el acceso a la vivienda e impulsen una planificación urbana más ambiciosa y eficiente. 

Esto se ha hecho especialmente relevante ante el déficit habitacional registrado a nivel nacional, con una demanda anual de viviendas que excede con creces la construcción de éstas, lo que incide directamente en el aumento de los precios y dificulta el acceso a la vivienda. Según nuestro II Informe ‘El viaje del comprador en España’ con datos de la Comunitat Valenciana, el 55% de los valencianos se plantea acceder a una vivienda en alquiler asequible o con algún tipo de subvención pública, lo que refleja una clara necesidad de fomentar soluciones habitacionales que fomenten oportunidades de acceso más equitativo.

El impacto de la Dana en la región también ha influido de manera considerable en el mercado inmobiliario local, alterando las prioridades de los compradores a la hora de buscar viviendas en zonas menos expuestas a riesgos ambientales, lo que conlleva un ajuste al alza en las localizaciones consideradas más seguras. 

En este contexto, el papel de las promotoras no puede limitarse a construir viviendas. Tenemos que construir ciudad. Y eso implica asumir una responsabilidad social clara: contribuir a que los nuevos desarrollos respondan a las necesidades reales de los ciudadanos, a que sean accesibles, sostenibles y estén pensados para el largo plazo. Viviendas que integren eficiencia energética, zonas comunes que fomenten la convivencia y espacios que fomenten las nuevas formas de vivir, todo ello bajo el prisma de un desarrollo urbano consciente del contexto actual.  

Conscientes de la dinámica actual, en Culmia apostamos firmemente por el desarrollo de viviendas asequibles en el territorio, y también en la Comunitat Valenciana. Recientemente, hemos sido adjudicatarios de dos lotes del plan de vivienda de alquiler asequible de la Entitat Valenciana d’hHabitatge i sSòl (EVHA), perteneciente a la Generalitat Valenciana, para desarrollar un total de 221 viviendas en Valencia y Benidorm. Se prevé que estas promociones, que contemplan una inversión de 25,8 millones de euros, estén entregadas a finales de 2027.

La colaboración con las administraciones es, en este punto, fundamental. La buena noticia es que cada vez más se están impulsando proyectos de vivienda asequible en régimen de alquiler y/o compra, en los que el sector privado puede aportar no solo financiación y ejecución, sino también conocimiento y visión a largo plazo para garantizar que la vivienda vuelva a ser un derecho real y no un privilegio.

Más allá de la vivienda asequible, el desarrollo de proyectos de obra nueva en ubicaciones estratégicas de la región responde también a la creciente demanda de espacios que incorporen criterios de sostenibilidad, eficiencia energética, funcionalidad y confort. En los últimos años, se ha detectado un cambio en la mentalidad del comprador, que además de buscar una vivienda amplia o bien situada, busca también espacios más flexibles, comunidades más conectadas y servicios comunes que aporten valor añadido. 

La presencia de Culmia en la región ha ido ganando protagonismo con proyectos que combinan sostenibilidad, diseño y calidad de vida. Contamos con numerosos desarrollos residenciales, entre los que cabe mencionar Maestral Rocafort; con 64 viviendas que se suman a las otras 36 entregadas en Rocafort, y en Valencia con Quatre Carreres, con 220 viviendas; Patraix, con 80 viviendas, y Moreras, con 64 viviendas. Sumado a esto, contamos también con presencia en Denia y Alicante. 

Valencia representa uno de los mercados inmobiliarios más activos del territorio español y tiene ante sí una oportunidad clave para posicionarse como referente en vivienda de obra nueva, pero también en materia de vivienda asequible. Para ello, es fundamental que el sector inmobiliario, junto con las administraciones públicas, trabaje en soluciones que promuevan un desarrollo equilibrado y sostenible, garantizando el acceso a la vivienda para todos los segmentos de la población.