VALÈNCIA. Incomodidad. Esa es el sentimiento que, según reconocen diferentes cargos socialistas, impera actualmente en el PSPV desde que el pasado viernes la Fiscalía informara favorablemente a que el Tribunal Superior de Justicia de la Comunitat Valenciana (TSJCV) se declarase competente para imputar a la vicepresidenta del Consell, Mónica Oltra, por la gestión de la Conselleria que dirige en el caso de los abusos sexuales de su exmarido a una menor.
Un sentimiento que se incrementa especialmente cuando deben tomar partido sobre el procedimiento judicial o pronunciarse sobre la continuidad de la portavoz del Botànic II al frente de todos sus cargos. De hecho, la estrategia en el partido y la hoja de ruta que están siguiendo por el momento los diferentes representantes socialistas es ponerse de perfil o directamente desmarcarse.
El primero en hacerlo fue este lunes el propio president de la Generalitat, Ximo Puig, quien en un desayuno informativo en el Hotel Ritz de Madrid organizado por Forum Nueva Economía evitó responder las preguntas sobre si apartaría a la vicepresidenta en caso de que acabara siendo investigada: "En todo momento hemos respetado el planteamiento de la Justicia. Hay un proceso abierto y vamos a ver qué decide el TSJ. La vicepresidenta ha dado las explicaciones políticas oportunas y vamos a ser respetuosos con el trayecto de la Justicia", aseveró.