VILLALONGA. Toda gran historia merece ser contada, y más cuando ese relato habla de fracaso y de éxito, de crisis y de oportunidades y, por encima de todo, habla de amor, ese que logra ganar las adversidades y lleva a ver la luz cuando solo hay oscuridad. Ese amor que un día juntó a dos jóvenes —emprendedores—, Antonio Juan y Victoria Fernández, que sin saberlo pondrían los cimientos de una de las empresas más importantes de España: Vicky Foods. Lo hicieron al instalarse en los años 50 en Villalonga y abrir una panificadora en esta localidad de La Safor.
Esa historia que llega hasta nuestros días está recogida en el libro Una Dulce Historia, escrita por Rafael Juan, consejero delegado del grupo internacional de alimentación y distribución Vicky Foods. Un libro que narra la historia de sus padres pero, sobre todo, la de esta empresa familiar que con sus éxitos y sus fracasos se ha convertido en un gigante del sector alimentario. “Mi madre no se creía que su historia fuera tan interesante como para contarla; nunca se prodigaba en contar nada, siempre pensaba en la empresa y la producción”, comenta Rafa Juan, quién tomó la iniciativa en plena pandemia de enfrentarse a un folio en blanco. Lo hizo, como ha recalcado en la presentación, con la ayuda de Pedro Martínez, CEO de Agilyza Consulting.
A través de los dieciséis capítulos que conforman el libro, lanzado bajo el sello PROFIT Editorial, Rafael Juan cuenta en primera persona la historia de Vicky Foods. Lo hace para retratar la historia de amor de sus padres pero también para contar la trayectoria de la empresa familiar, desde sus orígenes como Dulcesol hasta la actualidad, ya como Vicky Foods. Una historia que habla de innovación e internacionalización, pilares fundamentales de una empresa, pero también de la figura del líder y cómo afrontar las crisis.