VALÈNCIA. El expresidente de la Generalitat Ximo Puig solicitó formalmente intervenir este jueves an la Comisión General de las Comunidades Autónomas del Senado para hablar sobre la amnistía en el debate propuesto por el PP. De esta manera, el líder de los socialistas valencianos daba un paso adelante para postularse como uno de los parlamentarios que, con toda probabilidad, defenderá la opción de explorar la mencionada amnistía como "herramienta para una mejor convivencia" con Cataluña, según explicaron fuentes de su entorno.
Aunque todavía no está confirmado que Puig vaya finalmente a tomar la palabra -debe tomar la decisión el grupo socialista-, el gesto del expresidente resulta interesante en su nuevo papel como jefe de oposición en la Comunitat Valenciana pero también como actor dentro del panorama político nacional.
Tras la derrota en las urnas el pasado 28 de mayo y la pérdida de la Generalitat, Puig decidió mantenerse como líder en el PSPV, acogerse al estatuto del expresidente y acceder a un puesto como senador territorial. La continuidad al frente de los socialistas valencianos y como diputado en Les Corts se explicó principalmente por el deseo de no producir un efecto de desmontaje o desbandada en las filas socialistas ante la pérdida de las instituciones, algo que según recuerdan veteranos dirigentes del partido sí se produjo con la derrota en las elecciones de 1995 cuando Joan Lerma era presidente. Una tesis que se vio apuntalada por la convocatoria exprés de Pedro Sánchez de las elecciones generales, lo que facilitó que se calmaran los aires de cambio en diversas federaciones socialistas, entre ellas, la valenciana.
En cuanto a su presencia en el Senado, el salto de Puig se consideró un deseo de pasar a cobrar cierto protagonismo en la política nacional y, especialmente, en la considerada cámara territorial con el objetivo de destacar como voz valenciana en asuntos que resulten importantes para la Comunitat Valenciana.
Ahora bien, Puig no parece que quiera quedarse ahí. Pocos dudan en el PSPV que el expresidente sea uno de los dirigentes más idóneos para elaborar y protagonizar un discurso en la Cámara Alta que pueda servir para allanar en cierta medida la aplicación de una amnistía para los dirigentes independentistas que solicitan ERC y Junts -como mínimo- para plantearse la investidura de Pedro Sánchez como presidente del Gobierno. En este sentido, durante sus años como presidente de la Generalitat, Puig se ha caracterizado, a través de un tono conciliador y federalista, por abrir vías de diálogo para superar el conflicto en Cataluña. Aunque los posicionamientos del expresidente tampoco se alinean en muchos casos con los de las formaciones independentistas, en la formación socialista se le ve como un interlocutor con mayor sensibilidad y conexión para defender estas cuestiones que otros de sus compañeros.