Valencia Plaza

EN LA FRONTERA

Una pequeña disidencia

  • Foto: EP/ROBER SOLSONA

Benidorm se ha consolidado como una capital importante del turismo lgtbiq en una trayectoria que viene de años y que ha reafirmado el Benidorm Fest. El alcalde popular Vicente Pérez, también presidente de la Diputación, encantado de la vida con la capitalidad gay y el eurofestival gay que proporcionan un tono liberal y cosmopolita, más allá del turismo británico de low cost (no todo) y el tambaleante turismo del Imserso. Benidorm, capital de la libertad. Y del desenfreno. Muy bien.

El centroderecha no tiene reparo alguno con la estética queer de Nebulosa, ni tiene reparos con Zorra, la canción de los ondarenses María Bas y Mark Dasousa (con look de novio de Barbie) porque ello revierte en la publicidad positiva para la también capital turística de la Comunitat, al margen de la polvareda que ha desatado la canción entre un sector del feminismo; provocando incluso la dimisión de la delegada de Igualdad de RTVE, la periodista Monserrat Boix. Como no tengo opinión al respecto, me abstengo. Sí que conviene que matizar que casi todo está inventado: desde Walk on the wilde side de Lou Reed, un himno a la disidencia, al Me gusta ser una zorra de Las Vulpes que escuchamos con cierto regocijo los veinteañeros ácratas y modernos de la época.

En este contexto el presidente de la Generalitat Carlos Mazón, con el respaldo incondicional de la consellera de Igualdad, Susana Camarero, han tenido la feliz idea de lanzar otra marca, turística, para reforzar lo de Benidorm: "Orgull de Comunitat". Bien. Hay mil estudios que demuestran que las personas lgtbiq tienen más poder adquisitivo que la media de turistas: no suelen tener hijos y muchos disfrutan de trabajos cualificados. Vox no comparte la marca y así lo ha expresado el vicepresidente del Consell Vicente Barreda, también conseller de Cultura: en su criterio se está comprando "el marco ideológico de la izquierda". Amén. Lo significativo del asunto, que es a lo que voy, es que Barreda se ha expresado con la boca pequeña, lo mismo que la presidenta de Les Corts, Llanos Massó, o el conseller de Agricultura, José Luis Agurirre.

No es motivo de ruptura del pacto de Gobierno que mantienen con el PP, argumentan los ultramontanos: progresan adecuadamente, pueden pensar algunos: se liman la homofobia como quien se lima las uñas. Se saltan el manual de instrucciones (férreo) por la simple razón de que no van a perder sus puestos, su estatus, más sus sueldones y el de sus asesores, por unas batallitas tintadas con los colores del arco iris. Le han cogido el gusto. Ya les ha dejado el president ejecutar una purga de "rojos" en el Instituto Valenciano de Cultura y en el Consorcio de Museos, y en varias plazas más. Siempre le quedará a don Barreda algún alcalde o regidor talibán que brame contra la diversidad sexual/emocional. Algún tonto útil que hable por Él.

Ahora lanza Barreda la idea de un festival de la Canción Española en València que promocione canciones con sentido, como las de antes, y que promocione de paso el español como lengua del Imperio. Mazón, a cuadros, según nos cuenta Ximo Aguart en este mismo periódico. Si amanece y ves que estoy desnuda....cúbreme, cúbreme, cúbreme...

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