VALÈNCIA. El Ayuntamiento de València ya ha realizado un primer análisis mediante el que identifica las áreas de la ciudad en situación de saturación turística de acuerdo con la nueva normativa que prepara, llamada a regular tanto la implantación de pisos turísticos como las aperturas hoteleras. De hecho, es en el borrador de estas nuevas normas, al que ha accedido Valencia Plaza, donde se detalla que cuatro distritos y diecinueve barrios, entre los que figuran Campanar, el Cabanyal, el Botànic o el Grau, superarían de forma preliminar el umbral que los cataloga como turísticamente saturados.
Tal y como se explica en el documento, una zona se considera en situación de saturación turística cuando el número de plazas disponibles en hoteles, apartamentos y viviendas de uso turístico supera al 8% de sus habitantes empadronados. Una descripción que se corresponde con el primero de los cinco filtros planteados por la concejalía de Urbanismo para la obtención de nuevas licencias, y que no se aplicarán a Ciutat Vella al contar con su propia ordenación específica, aunque allí también se sobrepasa dicho porcentaje.
Así pues, el borrador de la normativa señala que las áreas de Poblats Marítims, Camins al Grau y Poblats de l’Oest rebasarían el umbral del 8% y, por lo tanto, de confirmarse este extremo, el Ayuntamiento no concederá en estas zonas más licencias a hoteles o viviendas de uso turístico. Según los datos del consistorio, que toma las cifras de población del padrón municipal y recoge el número de plazas turísticas en base a la información de su Servicio de Licencias, donde por tanto no se incluiría a los pisos ilegales, en el primero de estos distritos las plazas de uso turístico supondrían una cantidad equivalente a cerca del 12% de sus habitantes.
De este modo, la concesión de licencias para nuevos establecimientos turísticos, ya sean hoteles o apartamentos, quedaría paralizada en primera instancia en todos los barrios de Poblats Marítims, como son el Grau, el Cabanyal, Malvarrosa, Beteró y Natzaret. Una situación que se produciría también en el distrito de Camins al Grau, donde el porcentaje de plazas turísticas sería igual al 11,5% de los habitantes empadronados, y de Poblats de l'Oest, una zona donde se supera el 9,4%. Mientras, l’Eixample se quedaría muy cerca de alcanzar esa barrera, con más de un 7%.
Aun así, la inadmisión de nuevas licencias turísticas también afectará a aquellos barrios donde se supere el umbral del 8% sin importar si su distrito alcanza o no ese porcentaje, por lo que la medida impactaría de igual modo, y según el análisis adjuntado por el Ayuntamiento de València al borrador de la nueva normativa, al barrio de El Pla del Remei (l’Eixample). Allí, las plazas turísticas disponibles llegarían al 15,6% de su población censada, mientras que los otros dos barrios del distrito, como son Russafa (6,4%) y Gran Via (3,3%), se situarían por debajo de la barrera del 8%.
De igual manera, dos barrios del distrito de Extramurs, como son El Botànic y la Roqueta, se encontrarían en la misma situación, al alcanzar el número de plazas en hoteles, apartamentos y pisos turísticos el 15% de los habitantes censados en el primer caso y casi el 18% en el segundo. A su vez, en el barrio de Campanar el porcentaje rebasaría por poco ese umbral, con un 8,8%, mientras que al otro lado del antiguo cauce del río Turia, en Morvedre (La Saïdia), se llega al 10,8%.
Una realidad que vuelve a evidenciar cómo las zonas turísticamente saturadas se ubican por un lado en las áreas más céntricas de la ciudad, y por otro en los barrios más próximos a la playa y a la Ciudad de las Artes y las Ciencias. No obstante, existen algunos casos llamativos, como sucede con La Fonteta de Sant Lluis (Quatre Carreres), donde el número de plazas equivale al 11,2% de la población empadronada en ese barrio, o incluso con Beniferri, cuyo porcentaje es el segundo más elevado de la ciudad, con un 44%.
Al mismo tiempo, y al margen ya del alcance de la nueva normativa, es más que reseñable que el consistorio identifique que las plazas turísticas que se ofertan en el barrio de Sant Francesc (Ciutat Vella), que comprende buena parte de las manzanas situadas entre la calle Colón y la calle San Vicente Mártir, de un lado; y las calles Xàtiva y de la Paz, del otro; sean iguales al 62,8% de la población del barrio, el registro más alto con diferencia de toda València. Tras él, se observan datos muy elevados en La Seu y El Mercat (Ciutat Vella), en ambos casos por encima del 37%; Penya-roja (Camins al Grau), con un 27,8%; o El Saler (Poblats del Sud), con un 16,4%.
Zonas turísticamente saturadas
Según el borrador de la nueva normativa, en las zonas turísticamente saturadas no se admitirá la implantación de nuevos establecimientos de alojamiento turístico, ya sean hoteles, apartamentos o pisos, en parcelas calificadas para uso residencial. Al mismo tiempo, y en caso de que alguno o varios de estos negocios turísticos cesara su actividad, tampoco se permitiría su reapertura si el nivel de saturación no se rebaja.
No obstante, el nuevo conjunto de normas contempla una excepción a la paralización de las licencias de uso turístico, pero solo para aquellos hoteles considerados “de calidad” que tengan una clasificación de cinco o más estrellas, y siempre y cuando el número de plazas turísticas no supere nunca al 20% de la población censada en el barrio o distrito.
A su vez, el borrador especifica que en las áreas que no sean catalogadas como saturadas por la actividad turística “se controlará” que no se sobrepase “el nivel máximo de saturación” que marca el total de plazas turísticas, así como el resto de medidas orientadas a limitar la proliferación de pisos y apartamentos. En este sentido, y como ya se anunció en su momento, se establece que el número de estos últimos alojamientos no podrá superar el 2% del total de viviendas residenciales de cada barrio, ni tampoco el 5% en una misma manzana o el 15% del total de bajos de una única manzana.
Por último, el consistorio asegura que los datos utilizados para determinar el estado de la saturación de barrios y distritos serán revisados “a medida que se vayan dando las oportunas licencias”, por lo que se adaptará la regulación “a los valores obtenidos en cada momento”. Así, el borrador de la nueva normativa contempla que cada año se incluya “un nuevo plano indicativo de la situación de la saturación turística” de todas las áreas de València.