VALÈNCIA. La ciudad de València contaba en el arranque de 2025 con más de 180.600 residentes mayores de 64 años, una cifra que ha crecido más de un 15% en tan solo una década y que representa al 21,4% de la población empadronada en la capital valenciana. Este incremento provoca que quienes están en edad de jubilación ya supongan al menos uno de cada cuatro vecinos censados en una quincena de barrios, como Vara de Quart o el Pla del Remei, mientras que en casi sesenta de ellos las personas de 65 años en adelante son al menos uno de cada cinco habitantes.
Así se desprende del último informe monográfico sobre los residentes mayores de 64 años publicado esta semana por la Oficina de Estadística del Ayuntamiento de València, en el que se evidencia cómo en los últimos diez años los residentes de mayor edad han aumentado su peso sobre el total de vecinos en más de cincuenta barrios. En los datos se observa además que el envejecimiento de la población se acentúa tanto en áreas de renta alta como de bajos ingresos, así como en zonas céntricas y otras más alejadas del núcleo de la ciudad. No obstante, sí es posible encontrar algunos patrones en determinados casos.
Como es evidente, el progresivo descenso de la natalidad y el boom de nacimientos que se produjo entre los años 50 y 70 del siglo pasado son algunos de los factores que explicarían este escenario transversal, que se ve reforzado además por el incremento de la esperanza de vida. Aun así, el peso porcentual de los habitantes de 65 o más años podría crecer todavía más en las próximas décadas, conforme esa generación de habitantes nacidos hace ahora en torno a medio siglo alcance paulatinamente la edad de jubilación.
A la hora de analizar cómo se distribuye la población de mayor edad por los barrios y distritos de València, resulta evidente que las pedanías concentran a grandes porcentajes de ellos, como sucede por ejemplo en El Palmar (Poblats del Sud), donde un 27,5% de la población empadronada supera los 64 años de edad, una realidad que también se replica de forma similar en Carpesa y Mauella (Poblats del Nord). En estas áreas quienes están en edad de jubilación siempre han tenido un peso muy relevante sobre el total de vecinos, aunque en algunos casos, como precisamente El Palmar, se observa ahora un progresivo rejuvenecimiento, ya que en 2015 el porcentaje de mayores de 64 años superaba el 31%.
Un recorrido totalmente inverso se aprecia no obstante en otras áreas más modernas de la capital valenciana, como es el caso de Campanar, donde en 2005 solo un 12% de los residentes tenía 65 años o más y ahora, dos décadas después, ese porcentaje se ha elevado de forma drástica hasta superar el 30%. De hecho, este barrio ya se ha convertido en el que presenta una mayor proporción de personas en edad de jubilación sobre el total de sus habitantes, a la vez que en otras áreas colindantes, como Les Tendetes (Campanar) o La Petxina (Extramurs) los habitantes de más edad representan ahora más del 20% del censo.
Esta situación se replica, aunque con menor intensidad, en distintos puntos de la ciudad, como sucede en distritos como Algirós, Patraix, Quatre Carreres, Jesús o Benimaclet. Uno de los casos más evidentes es el de La Carrasca (Algirós), donde hace dos décadas solo el 9,4% de los residentes eran mayores de 64 años y ahora, en cambio, ese porcentaje supera el 26%. Ello evidencia de forma muy clara cómo, si bien a principios de siglo las áreas más envejecidas estaban muy localizadas en el caso histórico de València y algunas pedanías, con el paso de los años el envejecimiento se ha ido extendiendo a muchas otras coordenadas.
De hecho, los barrios más céntricos y simbólicos de Ciutat Vella son algunos de los que experimentan en la actualidad un proceso inverso: la población de más edad, en lugar de ganar relevancia, está perdiendo peso en relación al total de habitantes. Este fenómeno se puede ver en El Pilar, El Mercat o La Seu, donde hace varias décadas la población más longeva suponía entre más del 21% de todos los residentes y ahora, en cambio, no alcanza en ningún caso el 20%. Ello podría estar relacionado con el saldo negativo entre las entradas y partidas de residentes de València que experimenta este distrito en los últimos años, que lejos de perder población, y coincidiendo con la llegada de otro tipo habitante procedente del extranjero y de perfil alto, ha superado en vecinos a Benimaclet.
Al mismo tiempo, otros puntos de la ciudad, como Massarrojos, también se han rejuvenecido. Hace varias décadas, en este barrio pedáneo de los Poblats del Nord el19% de sus vecinos tenía 65 o más años, pero después de un importante proceso de desarrollo urbanístico que ha dejado distintas urbanizaciones y viviendas en la zona, de sus más de 2.500 habitantes ya solo el 16,8% están en edad de jubilación. Una tendencia similar puede observarse en otras demarcaciones por las que se expande ahora València, como Faitanar, en el límite sur, donde las personas de mayor edad han pasado en dos décadas del 18,2% al 9% del total.
Más de 27.000 personas superan los 84 años de edad
Por otro lado, más de 27.000 vecinos de la ciudad de València tienen 85 o más años, una cifra que representa a poco más del 3% del censo total. No obstante, en algunos barrios, como en Mauella (Poblats del Nord), el peso de estos residentes se eleva hasta suponer más del 8% del total de habitantes. De nuevo, esta es una situación que se replica con mayor frecuencia en las pedanías, como se observa en El Palmar (Poblats del Sud), donde otro 5% de los empadronados superan esa edad.
En otras zonas más próximas al centro, como La Saïdia, las personas residentes mayores de 84 años, más de 530, son también el 5% de la población. Un porcentaje que se ronda igualmente en Jaume Roig (El Pla del Real), El Pla del Remei (l’Eixample), Trinitat (La Saïdia) o Gran Via (l’Eixample).