VALÈNCIA. El futuro del emblemático edificio de los Docks en La Marina de València se mantiene en punto muerto a expensas del informe de evaluación de Patrimonio que el Ayuntamiento de València sigue esperando. A las puertas de finalizar el año, el consistorio todavía no cuenta con este informe que debe elaborar el departamento de patrimonio del consistorio y que tanto la alcaldesa María José Catalá como la concejala de Innovación, Paula Llobet, calificaron de imprescindible para poder avanzar en el proceso para elegir el futuro inquilino de este enclave.

La alcaldesa ya advirtió en junio de que el Ayuntamiento estaba “a expensas” de este informe para decidir el modelo definitivo de intervención sobre el edificio. Un par de meses más tarde, en agosto, la concejala de Innovación y Captación de Inversiones, Paula Llobet, recordó -en su entrevista en Valencia Plaza- que este documento era necesario para "saber cuál es el nivel de protección y qué tipo de proyectos se pueden desarrollar”, con el objetivo de “dar seguridad jurídica” a los inversores que se han interesado por este espacio.

De hecho, Llobet aseguró que para el Ayuntamiento este informe era un paso previo "clave" antes de sacar a concurso el espacio, puesto que la intención del gobierno local sería sacar a licitación la concesión de este espacio para que las distintas ofertas que el consistorio asegura que ha recibido puedan competir. "Queremos es que las reglas del juego estén claras para que cuando se vaya a hacer la inversión no nos encontremos con ningún problema por el camino”, declaró entonces la concejala.

Según ha avanzado el gobierno local, el proyecto que eventualmente se adjudique para ocupar Los Docks deberá combinar una serie de requisitos clave definidos por el Ayuntamiento: priorizar la innovación, la tecnología, la cultura y la participación ciudadana. Llobet aseguró que uno de los requisitos claver será que el edificio permanezca "abierto a la ciudadanía". Cabe recordar que un informe de la Abogacía del Estado de 2022 señaló que los edificios que la Autoridad Porturaria cedió al Ayuntamiento deben destinarse a "fines de utilidad pública o interés social". La Abogacía argumentó entonces que para que los edificios cumplan con el fin para el que fueron cedidos, es preciso que su destino permita "un uso abierto y común por parte de la ciudadanía". Por ello, el consistorio pretende que el nuevo destino de los Docks cumpla esta premisa.

El edificio de los Docks acumula años cerrados y sin uso, convertido en uno de los edificios más simbólicos —y a la vez más desaprovechados— de La Marina. Desde que se descartaron antiguos intentos de reconversión y el espacio quedó sin actividad, distintas corporaciones municipales han tratado de encontrarle un destino estable, pero el inmueble ha ido encadenando propuestas frustradas y cambios de criterio lo que ha derivado en un prolongado período de inactividad que agrava su deterioro.

A lo largo de los últimos años se han propuesto diversos proyectos para los Docks. Bajo la administración de Joan Ribó, se convocó un concurso para instalar un centro de procesamiento de datos, con espacios mixtos como oficinas, restauración y auditorio. No obstante, este plan fue paralizado por Catalá, que cuestionó su idoneidad en un edificio protegido y optó por descartar definitivamente la idea del ‘data center’, que finalmente se instalará en el polígono de Vara de Quart. El complejo de los Docks tiene una edificabilidad potencial de hasta 25.000 metros cuadrados distribuidos en cinco plantas y se encuentra en un enclave privilegiado de la ciudad.