VALÈNCIA. La salud del comercio local de València muestra una realidad desigual. Mientras zonas céntricas como Ciutat Vella y l'Eixample registran un crecimiento constante de negocios en los últimos años, otros barrios más periféricos como Poblats Marítims, Pobles del Nord o Benicalap han visto como se ha reducido su tejido comercial en los últimos tiempos. Además, en cuanto al perfil de comercio que baja la persiana en València, lo copan principalmente las pequeñas tiendas de ropa en el centro de la ciudad por la presión del precio del suelo.

Según datos de un estudio elaborado por ESIC que fue presentado este martes en el Ayuntamiento de València, el comercio minorista de la capital, aunque ha crecido un 6,3% en términos generales, no tiene una distribución homogénea y en algunos de sus distritos se ha reducido notablemente la red comercial entre 2021 y 2024.

El estudio, que analiza la situación del comercio en 19 distritos de València, divide en cuatro grandes categorías los barrios de la ciudad. Respecto a l’Eixample, Ciutat Vella y Quatre Carreres, el estudio concluye que se trata de zonas de alto crecimiento que se consolidan como áreas clave para el comercio. De hecho, Ciutat Vella registra un aumento de comercios constante desde 2021 con más de un 5% acumulado hasta el pasado año, cuando creció un 2,25%.

Una situación similar se ve en l’Eixample, que también rozó el 5% de crecimiento en 2022 y 2024. Ambos barrios por su ubicación, son tradicionalmente zonas comerciales por excelencia. Por otro lado, el caso de Quatre Carreres, con un aumento de más del 6,7% en 2024 se dibuja como una zona prometedora.

Zonas "en recuperación"

Barrios como Patraix, Benicalap o l’Olivereta son considerados ‘zonas en recuperación’ puesto que tras perder un porcentaje considerable de comercios, están mostrando signos de repunte. De hecho, Benicalap registró una caída de más del 6% en su tejido comercial en 2023. No obstante, presenta signos de recuperación, lo que coloca a esta zona como un barrio con potencial.

La otra cara de la moneda se encuentra en zonas periféricas como los Pobles del Nord, Pobles de l’Oest y Pobles del Sud. Según el estudio, el comercio en estos barrios tiene un “comportamiento errático” que requiere de políticas específicas que estimulen su tejido comercial. 

Pero la tendencia más negativa se observa en Poblats Marítims, este distrito presenta una “desaceleración significativa” y en 2022 registró una caída de más del 4%. El estudio considera que esta zona enfrenta retos importantes, con una tendencia negativa acumulada que requiere intervención.

Perfil de los comercios que bajan la persiana

En cuanto al perfil de los negocios que cierran sus puertas en la ciudad, el estudio detalla que los cierres se producen principalmente en el distrito de Ciutat Vella (que copa el 17,7 % del total), seguido por los de l'Eixample (14,7 %), Jesús (14 %), Quatre Carreres (13,6%), Benicalap (6.8%), Camins al Grau (6,4 %) y Poblats Marítims (6%). Distritos como Ciutat Vella, Jesús, L’Eixample y Quatre Carreres reúnen una alta densidad de establecimientos comerciales, pero también concentran un número significativo de cierres. Esta paradoja revela que incluso las zonas más activas comercialmente no están libres de vulnerabilidades. Entre las posibles causas destacan el incremento de los alquileres en áreas céntricas y la creciente presión de la competencia digital.

Respecto al tipo de actividad, gran parte de los comercios que bajan la persiana se dedicaban a la venta de prendas de vestir (14,34% de los cierres) seguido de las tiendas de muebles y artículos de uso doméstico (9,81%) Este resultado puede atribuirse a varios factores, según el estudio, entre ellos, la transformación en los hábitos de consumo, como el auge del comercio electrónico, y las dificultades para competir en precio y oferta con grandes cadenas y plataformas digitales.

Encarecimiento del suelo

Si se observan los factores económicos, entre 2021 y 2023, los distritos de València han experimentado un incremento generalizado en el precio del metro cuadrado, especialmente en zonas céntricas como Ciutat Vella (+42,7%) y L’Eixample (+42,6%). Este encarecimiento del suelo comercial ha supuesto una carga adicional para los pequeños comercios, que ya enfrentan un contexto económico exigente.

Aunque en paralelo se han registrado ligeros crecimientos poblacionales en algunos distritos —destacando Ciutat Vella (+4,5%) y Quatre Carreres (+3,1%)—, otros como Jesús o Poblats Marítims presentan un estancamiento demográfico, que limita el potencial de consumo local. El estudio señala que aunque no se puede afirmar con rotundidad que el encarecimiento del suelo provoque cierres, sí podría estar contribuyendo progresivamente a dificultar la supervivencia del comercio minorista en zonas tensionadas por la demanda inmobiliaria.

Adaptar las estrategias

En definitiva, el futuro del comercio en València -según concluye el citado estudio- pasa por entender sus múltiples velocidades y adaptar las estrategias a las necesidades de cada barrio. Mientras el centro y la fachada marítima consolidan su apuesta por productos no alimentarios como textil o souvenirs y formatos híbridos, las zonas periféricas reclaman infraestructuras y apoyo institucional para reactivar su tejido comercial. A esto se suman tendencias que ya marcan el presente del sector: la consolidación del canal online, el auge de la sostenibilidad y la necesidad de conectar con un consumidor cada vez más diverso.

"El estudio servirá como herramienta de trabajo para seguir implementando nuevas medidas y líneas de colaboración con el comercio minorista de la ciudad que nos permitan fortalecer su actividad y presencia en todos los barrios y distritos", afirmó el concejal de Mercados y Comercios, Santiago Ballester, en la presentación. Todo ello exige una mirada territorial, segmentada y dinámica que garantice la viabilidad del pequeño comercio.