VALÈNCIA. El Grupo Municipal Vox vota en contra y tumba la ordenanza de la Zona de Bajas Emisiones del Ayuntamiento de València. Los de Abascal han decidido oponerse a la ordenanza presentada por el concejal de Movilidad, Jesús Carbonell (PP), por defensa a sus "principios". En la explicación de la intención de su voto, el protavoz de Vox, José Gosálbez, ha manifestado que "claro que la calidad del aire es importante, pero ¿cuánto vale la libertad de los habitantes y de los que nos visitan?¿Qué precio tiene?".
El portavoz de Vox ha manifestado su oposición al considerar que "se trata de una imposición derivada de las políticas climáticas impulsadas desde Bruselas y el Gobierno de Pedro Sánchez”. Una posición que el propio Carbonell le ha recriminado por haber votado "hasta cinco veces a favor en las comisiones".
Los cuatro concejales de Vox, junto con los siete ediles del PSPV y los nueve de Compromís han votado contra la modificación de la ordenanza, que únicamente ha contado con los votos favorables de los trece ediles del Partido Popular.
La normativa municipal para regular la ZBE ha llegado a esta sesión plenaria por despacho extraordinario, fuera del orden del día planteado inicialmente, y tras haber sido aprobada el pasado 21 de octubre en la Comisión de Patrimonio del consistorio con el sí de todo el equipo de gobierno. Esa unidad se ha roto en el pleno de este martes al desmarcarse Vox.
Esta ordenanza iba a afectar, desde la entrada en vigor prevista hasta el 31 de diciembre de 2026 únicamente a los vehículos matriculados fuera de la provincia de Valencia con etiqueta A (sin etiqueta): los de gasolina matriculados antes de 2001 y los diésel matriculados antes de 2006. La restricción a la circulación del tráfico que planteaba no afectaba a los conductores de la ciudad de València hasta enero de 2028.
Vox "no apoyará más la aplicación de ZBE"
Gosálbez ha afirmado que su formación ha intentado minimizar los efectos de las ZBE allí donde gobierna junto al Partido Popular, pero ha advertido que “no es suficiente y que Vox no apoyará más la aplicación de estas zonas en los ayuntamientos”. A lo que ha añadido que “no vamos a ser cómplices de una estafa a los vecinos. En Vox nos negamos a aprobar cualquier norma que perjudique a los españoles y mucho menos si deriva de la Agenda 2030”.
Los dos grupos de la oposición han criticado siempre la Zona de Bajas Emisiones planteada por el equipo de Catalá, por ser "de mínimos" y entender que no busca reducir la contaminación y mejorar la calidad del aire sino "solo cumplir el trámite" para su puesta en marcha.
En sus intervenciones, tanto el PSPV a través de su edil María Pérez, como Compromís por parte de Giuseppe Grezzi han ofrecido a Carbonell sentarse a negociar una Zona de Bajas Emisiones "de verdad". "Se han equivocado de compañeros de viaje", le ha recriminado Grezzi a Carbonell. "Tiene usted unos días para renegociar la propuesta de ZBE y evitar que este Ayuntamiento pierda 115 millones de euros", ha apostillado el portavoz del PSPV, Borja Sanjuán. Un ofrecimiento al que Carbonell ha contestado con un escueto: "No".
Previamente a la votación, en su intervención, Carbonell ha intentado apelar a la "responsabilidad" de la oposición pidiendo su abstención para evitar perder estos millonarios fondos, ha dicho. Y ha ofrecido en último momento ampliar el área geográfica de la Zona de Bajas Emisiones a toda la ciudad, pero sin aceptar el resto de peticiones de la oposición.
En ese momento del pleno, se ha planteado la posibilidad de realizar un receso de dos minutos para abordar esa idea, pero no se ha hecho y se ha pasado la votación con la que la ordenanza no ha prosperado.
Desde el PSPV afean que "el ego del concejal de movilidad y de Catalá puede costarle 115 millones de euros a esta ciudad y, si eso ocurre, si por no aprobar una zona de bajas emisiones los valencianos y valencianas pierden ese dinero, debería dimitir el concejal de movilidad de inmediato". En la misma línea, la portavoz de Compromís per València, Papi Robles, también ha pedido la dimisión del concejal de Movilidad si finalmente no consigue aprobar la ZBE. "Pactar con negacionistas le ha salido muy caro a València por culpa de María José Catalá. El ridículo de su gobierno no solo perjudica la imagen de la ciudad, sino también la salud de todos los valencianos y valencianas, además de las arcas del Ayuntamiento", ha dicho Robles.