En todo este tiempo he podido ir reflexionando, viviendo y observando desde el punto de vista de alguien que espera, que está dando vida mientras está llena de vida. Y si dijera que la vida se ve de otra manera, mentiría, pero sí que es cierto que la vida cobra otra dimensión y se siente y se vive de manera diferente, única y especial, pero difícil de explicar.
Ser mamá es una actitud ante la vida que en ocasiones va cogida de la mano de la condición de ser mujer. Al final las mujeres somos iguales en todo el mundo cuando vamos a parir. Es un momento donde todas estamos al mismo nivel y donde todas estamos capacitadas para amamantar, cargar con nuestros bebes y enfrentarnos al parto, las diferencias las marcan los sistemas y países donde vivimos , no nuestra naturaleza de ser mujer.
Cuando entras en este universo de las mujeres embarazadas, se abre que nunca hubiera imaginado antes. Es sorprendente la infinidad de grupos y de espacios que te enseñan a hacer lo que se supone que debería ser algo natural e instintivo. Dar el pecho, portear, crianza con apego, colecho etc, etc,etc. En los meses que estoy embarazada en España estoy impresionada de la cantidad de movimientos que luchan e intentan recuperar la esencia de poder ser mamá de manera natural.
Intuyo que desde hace unos años se ha desnaturalizado este proceso natural y por ello nuestro sistema está plagado de biberones, carritos de bebé, él no apego por si se acostumbra al calor materno, los chupetes... y un modelo de parto impuesto por los protocolos de actuación de los propios hospitales que han hecho que poco a poco la mujer vaya reivindicando de nuevo el proceso natural de una de las experiencias más naturales a las que se enfrenta el ser humano.
Un embarazo, dos países
He tenido la oportunidad de vivir mi embarazo en dos sistemas, países, continentes (Kenia y España) y es inevitable que compare las dos etapas que he vivido en mi embarazo. Hasta los cinco meses de gestación estuve en Kenia donde el embarazo se entiende de una manera mucho más natural y donde las mujeres son madres en las edades biológicas que corresponde. Aunque también es cierto que me voy dando cuenta que el nivel económico y la posición social donde uno vive marca el embarazo más o menos desnaturalizado.
Por ello no voy a caer en afirmaciones categóricas ni en generalizar porque en África no todas las mujeres paren en casa, de manera natural y sin partos medicalizados. Para nada. Hay de todo, según el país, la ciudad y las posibilidades que uno tenga. Las mujeres africanas con vidas acordes a nuestro sistema, entienden el embarazo como se puede entender aquí; y las mujeres de las tribus, las mujeres que viven en entornos menos desarrollados entienden el embarazo de manera más básica, natural y sencilla. Algo que al final me hace plantearme si la manera de entender la maternidad va acorde a un determinado nivel ecónomico y de desarrollo. De momento creo que sí.