escapadas hedonistas

Vamos a comernos -y bebernos- Gran Canaria

Porque esta isla es pura sabrosura

| 17/05/2019 | 8 min, 40 seg

Nos vamos. Muy lejos o muy cerca según se vea. Es España sí, pero está allí a poca distancia del continente africano. Y ¿qué os decimos siempre? Que primero hay que conocer lo de dentro, para poder abrirse a lo de fuera. Dicho lo cual, ponemos rumbo al archipiélago en medio del Atlántico. Nos vamos a la tercera isla mayor -en dimensión- de las Islas Canarias, Gran Canaria.

No esperes leer un reportaje de playas, sol y mar. Gran Canaria es mucho, muchísimo más. De hecho, en estas líneas no vamos casi ni a acercarnos al océano, porque a lo que hemos venido, es a degustar la rica gastronomía de la isla. Porque precisamente, las Canarias en general son un territorio lejano, pero rico en costumbres, ingredientes y en forma de ver la vida. Despójate de cualquier estrés peninsular -recuerda, una hora menos en Canarias- y prepárate a disfrutar de lo lindo.

¿Qué diantres nos pasa a los españoles que no viajamos a las Canarias?

Curiosamente, lo meses de verano en Canarias, es cuando allí se da temporada baja. El mundo al revés, pensarás. Pues no. Y es que estas islas viven del turismo extranjero. ¿Qué diantres nos pasa a los españoles que no viajamos a las Canarias? Tenemos que empezar a remediarlo.

Papas con mojo, ropa vieja canaria, gofio, cherne, sancocho, potaje de berros... Todo eso y mucho más, son los platos típicos de Gran Canaria. Y aquí la gastronomía busca ser uno de los mayores alicientes para coger un avión y presentarse en el archipiélago, dejando de lado la excusa de playas y sol todo el año.

De hecho, son muchos los restaurantes repartidos en diferentes coordenadas de la isla, en los que puedes probar toda clase de exquisiteces. Cerca de la capital, Las Palmas de Gran Canaria, encontrarás Bodega de la Avenida, un restaurante con cinco años de vida, en el que el chef Álex Santana, lleva a lo más alto la materia prima local, utilizándola en platos modernos.

No muy lejos de allí, te darás cuenta de que la moda de los mercados gastronómicos ha llegado también a Gran Canaria. De hecho, el Mercado del Puerto, ha sido el primero en todo el archipiélago en añadir puestos gastronómicos a los de abastos de toda la vida. Aquí han apostado por una competencia sana. 

Es decir, no dejan que si ya hay un puesto japonés, abra otro bajo el mismo techo, al igual que los puestos de degustación nunca pueden superar a los de abastos. Así se aseguran que cada uno tenga su espacio y que juntos contribuyan a engrandecer el mercado. No faltan sabores canarios, escandinavos, mexicanos, gallegos y hasta japoneses, eso sí, estos últimos por ejemplo, fusionados con lo local, como lo hacen en sus nigiris de maguro de atún con chorizo del municipio de Teror.

Si optas por adentrarte en el centro de la isla, disfrutarás de paisajes inimaginables. Si te acercas al mirador del Pico de las Nieves, estarás en uno de los puntos más altos de la isla, desde el que se divisa el Roque Nublo y si el mar de nubes y el tiempo lo permiten, el Teide a lo lejos. Una media hora de coche separa este paraíso natural de Tejeda, uno de los pueblos más bonitos de Gran Canaria. Allí puedes hacer una parada en el restaurante Cueva de la Tea, donde probar platos como el potaje de berros, saquitos de morcilla de Teror, carne de cabra en salsa o la típica ropa vieja canaria.

Deja hueco para el postre y acércate a la Dulcería Nublo, donde Rosa María Medina y Juan Antonio Quintana, han creado un oasis del dulce canario. Son expertos en mazapanes, polvorones o bienmesabe, que elaboran con almendra de Tejeda y que aquí se comen durante todo el año.

Otro de los imperdibles y más si eres un aguacate lover, es el pueblecito y puerto de Mogán. Allí se producen tantos y tan buenos, que cada año celebran una Feria del Mango y el Aguacate. Para probarlo en todo su esplendor, reserva en Casa Enrique, un restaurante familiar que cuenta con huerta propia y que pone grandes dosis de amor en todo lo que hacen. Y no me tachéis de cursi, pero es que Alejandro y María José, propietarios del lugar, son como para llevárselos a casa. Si quieres que el menú sea perfecto, prueba sus papas arrugadas con mojo verde de aguacate, la albacora -una especie de atún blanco- al mojo rojo guisado y la mousse de mango de su finca.  

Mucho comer, pero ¿beber? Si bien recordaréis, a las Canarias no llegó la filoxera, lo que hizo que allí sigan dándose muchas variedades de uvas desaparecidas en la Península cultivadas en pie franco. Y los vinos Canarios son diferentes. No olvidemos sus suelos volcánicos y su cercanía al mar, cualidades que imprimen cierto carácter en todo lo que se produce en Canarias. Y si hablamos de vinazos de la D.O.P. Gran Canaria, necesariamente tenemos que hacerlo de los de la bodega Bentayga, expertos en vinos de altura, dada la orografía en la que cultivan sus vides. La bodega se asienta en el Parque Rural del Nublo, reserva de la Biosfera y muy probablemente, a partir del año que viene, Patrimonio de la Humanidad. La excursión que supone llegar hasta allí, por una carretera estrecha desprovista de quitamiedos, puede que te haga pensártelo dos veces, pero una vez superado el bache, llegar allí y tomarte uno de sus vinos a más de 1200 metros de altura sobre el nivel del mar, habrá valido la pena. De hecho, hasta la sala de barricas está excavada en la propia roca de la montaña.

También Gran Canaria es un paraíso para los cafeteros. ¿Café? ¿Aquí? ¿De verdad? Sí. En el valle de Agaete, entre árboles frutales de naranjos, mangos, aguacates o papayas, crecen más de 4000 árboles de café en la Finca la Laja, siendo éste el único lugar donde se cultiva café en Europa, gracias a las condiciones de clima tropical que se dan en el valle. Y el lugar no puede ser más idílico. Aún así, la producción no supera las tres toneladas, que curiosamente, se venden de forma íntegra en la misma finca. “No me hace falta exportar mi café por el mundo. Con todo lo que se llevan los extranjeros, ya lo hacen ellos”, afirma Víctor Lugo Jorge, alma máter del proyecto. También aquí se asienta la bodega Los Berrazales. Y no te lo pierdas, el mismísimo Stephen Hawking, estuvo por allí visitándolas. Así que tú no puedes ser menos.

También en Gran Canaria se produce el ron Arehucas, casa fundada en 1884 y la más importante superviviente del boom del ron que sufrió la isla en un momento, en el que llegó a haber más de 80 bodegas. Hoy elaboran seis rones, entre los que están joyitas como el Reserva Especial 12 y 18 años o el Capitán Kidd, con nada menos que 30 años de barrica. ¡Se bebe solo! También han apostado por los ron miel, cremas y licores como el de plátano o bienmesabe.

Nos hemos guardado la joya de la corona para el final. Y es que en la Playa del Inglés, muy cerquita de las Dunas de Maspalomas, en el hotel boutique de lujo Bohemia Suites & Spa, está la coctelería Atelier, donde un jovencísimo Raimondo Palomba ha revolucionado el mundo de los tragos. Y no solo lo decimos nosotros, porque su reducto de creatividad está dentro del top 10 de los 'Best hotel Bar' de Europa en los 'The Spirited Awards 2018'. Las creaciones de Palomba se presentan en un 'Diario de un bartender', donde en cada página se presenta un cóctel que apela directamente a las emociones de la conciencia colectiva, a las vivencias y experiencias. Lo curioso de todo, es que cada cóctel se presenta acompañado de un pequeño maridaje. Si quieres apostar por sabores propios de las Canarias, prueba su Mary Picón a base de vodka Chopin potato al comino, zumo natural de tomate canario, picante tradicional, limón y sal negra volcánica entre otros ingredientes o un Guacamore con mezcal, aguacate, licor de jalapeño y aire de cilantro, entre otros.

Será cuestión ahora de descansar un poquito, ¿no? Hoteles hay muchos en la isla, pero pocos como el Salobre Hotel Resort & Serenity. Su propio nombre lo indica, aquí se va a disfrutar de la serenidad, porque este hotel es un refugio hecho de pequeños detalles. Desde el lugar donde se encuentra y el paisaje árido que lo rodea, la naturaleza que fluye a sus anchas por el hotel, sin olvidarnos de su gastronomía y la zona wellness con el aloe canario como leit motiv. Conviene perderse. Y ya no es que convenga, es que lo harás. Porque el hotel está formado por varios edificios a distintos niveles que convierten el momento de buscar tu habitación en toda una expedición. Pero por el camino te irás topando con piscinas a distintos niveles, palmerales y demás alicientes. Así que ni tan mal. 

No te pierdas su espectacular piscina inifity con vistas al océano, las camas balinesas desde las que cada día celebran la despedida del sol en su sunset bar o la piscina 'secreta' en el punto más recóndito del hotel.

Y lo último pero no menos importante, ¿cómo llego yo hasta allí? Las combinaciones aéreas desde Valencia a menudo son complicadas. Algunos días a la semana hay vuelos directos con alguna low cost, pero si quieres asegurarte llegar de una pieza, desde Madrid, Iberia Express conecta la isla con 47 frecuencias semanales, que se incrementan a unas 51 en verano.

¡Nos vemos en las islas, muyayos!

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