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la investigadora godellense ha logrado la beca 'erc starting grants' valorada en 1,5 millones

Verónica Lloréns: "El proyecto Regubiome ayudará a tratar el cáncer de colon"

16/09/2023 - 

VALÈNCIA. Verónica Lloréns Rico es una destacada investigadora godellense y miembro del Centro de Investigación Príncipe Felipe (CIPF) de València. Su proyecto de investigación ha sido dotado de la beca Starting Grants por el Consejo Europeo de Investigación (ERC), valorada en 1,5 millones de euros.

Hoy exploraremos la carrera de la doctora Lloréns, desde su trayectoria estudiantil hasta su papel como líder en investigaciones de la Biología de Sistemas en Interacciones Microbiota-Hospedador en el CIPF. Asimismo, la investigadora nos explica su estudio de la microbiota intestinal y la forma en que este puede impactar en el mundo científico y en la salud.

- ¿Quién es Verónica Llorens?

Soy una científica valenciana, de Godella, y ahora trabajo como jefa de mi propio grupo de investigación en el Centro de Investigación Príncipe Felipe de Valencia.

- ¿Y cómo has llegado hasta aquí?

Yo estudié la carrera de Biotecnología en la Universidad Politécnica de Valencia y una vez acabé la carrera me fui a hacer un máster en la Universidad Autónoma de Madrid un máster en Biofísica. Después del máster me fui a Barcelona, donde hice un doctorado en biomedicina y me especialicé en estudiar cómo una bacteria cambia de función para adaptarse a las condiciones de su entorno. Cuando acabé la tesis, me fui a Bélgica a hacer una estancia postdoctoral y estuve cinco años. Es allí donde me especialicé en el estudio del microbioma y como tenía una experiencia previa en estudiar la función de bacterias, me especialicé en estudiar las funciones de la microbiota intestinal. Después de cinco años obtuve un contrato Ramón y Cajal para venirme a Valencia a fundar mi propio grupo y me incorporé al príncipe Felipe.

- ¿Cuáles son los avances que habéis logrado hasta ahora?

Durante la tesis pudimos parar una bacteria que se llama Mycoplasma pneumoniae, que causa neumonía. Por primera vez pudimos realmente entender qué hace la bacteria para adaptarse a las condiciones que cambian en el pulmón. A veces pueden cambiar los nutrientes que tiene esta bacteria o si un paciente se toma antibióticos u otros medicamentos, esta bacteria va a intentar adaptarse para sobrevivir.

Después, cuando estuve en Bélgica, tuvimos un estudio bastante importante en COVID —porque nos pilló ahí la pandemia— en el que vimos que las bacterias que hay en la microbiota pulmonar pueden estar asociadas a que haya ingresos COVID más largos, porque al final estas bacterias pueden provocar infecciones secundarias. Pudimos ver cómo afectaban a la respuesta inmune, ya no solo al COVID, sino también a estas infecciones secundarias. Estudiamos qué bacterias había en los pulmones de pacientes COVID en estado crítico y cómo podían estar contribuyendo al problema de la respuesta inmune desregulada en estos pacientes.

- Cuéntanos un poco más sobre el proyecto REGUBIOME.

"Se trata de estudiar cómo las bacterias intestinales también se adaptan a su entorno".

El proyecto se trata de estudiar cómo las bacterias intestinales también se adaptan a su entorno. Nosotros sabemos que las bacterias intestinales son importantes por todas las funciones que hacen, es decir, nos ayudan a digerir alimentos, producen nutrientes esenciales como algunas vitaminas y además también están controlando un poco el sistema inmunológico. Entonces, estas bacterias realmente las solemos clasificar los científicos muchas veces como bacterias buenas o bacterias malas, según las funciones que hacen. Por ejemplo, solemos clasificar las bacterias productoras de butirato como buenas, porque el butirato es una molécula que tiene propiedades antiinflamatorias. ¿Qué pasa? Que si clasificamos las bacterias en buenas y malas, las buenas serán siempre buenas y las malas serán siempre malas. Pero nosotros si nos vamos al laboratorio, sabemos que esas bacterias, en función del entorno que tengan —de los nutrientes, de qué otras bacterias estén acompañándolas…— van a expresar unas funciones u otras. Entonces igual las buenas no son siempre buenas y las malas no son siempre malas.

Con este proyecto lo que queremos ver es cómo cambian las bacterias esas funciones en función de qué condiciones hay en un ecosistema que está siempre cambiando, como es el intestinal. Porque no comemos siempre lo mismo, a veces tenemos enfermedades y entonces no sabemos hasta qué punto todo eso impacta a las funciones de la microbiota.

¿A qué enfermedades pueden aplicarse los resultados que alcancéis?

El proyecto Regubiome ayudará a tratar el cáncer de colon o enfermedades de salud mental. Para ello, nos centramos en dos bacterias. Una se llama Fusobacterium nucleatum, que está asociada con este cáncer. Vamos a estudiar cómo esta bacteria expresa diferentes funciones dependiendo de si hay un tumor o no, porque muchas veces sabemos que esta bacteria está asociada a cáncer de colon, pero no sabemos si lo está causando, si realmente es una bacteria necesaria para que haya un cáncer de colon o si una vez hay un cáncer de colon esta bacteria se instala en el tumor porque le favorecen esas condiciones y puede ayudar a hacer que el tumor crezca o que responda peor a tratamientos. Es decir, o puede estar causándolo o puede llegar después para exacerbar el tumor. Esto es muy importante, ya no sólo a la hora de prevenir, sino también a la hora de tratar el cáncer de colon.

"Nos va a abrir muchas puertas en el campo de la medicina personalizada".

Y la segunda bacteria es la que vamos a estudiar es Lacticaseibacillus rhamnosus, que es la que se usa como probiótico. Y esta bacteria es muy interesante porque se usa muchas veces para tratar procesos de diarrea, pero hay varios estudios en animales que ha visto que pueden tener efectos beneficiosos para salud mental, por ejemplo, para pacientes con depresión o ansiedad. Esto se ha visto en animales pero cuando se ha ido a estudios en humanos se ha visto que en algunas personas parecía que funcionaba y en otras no. Entonces nuestra hipótesis de partida es: ¿Funciona en algunas personas porque esa bacteria está haciendo unas funciones diferentes que en otras? Entonces queremos ver cuáles son esas funciones beneficiosas que nos darían ese beneficio en salud mental y qué condiciones necesitamos para que la bacteria las realice. Esto nos va a abrir muchas puertas también en el campo de la medicina personalizada para hacer probióticos a medida.

- Ahora que tienes esta beca, ¿cómo planeas llevar a cabo tu investigación?

Vamos a trabajar en estas dos bacterias, las vamos a cultivar en el laboratorio, vamos a generar muchos mutantes y vamos a estudiar cómo cambian las funciones con esos mutantes. Después lo que haremos será ponerlas a cultivar con otras bacterias diferentes de la microbiota humana para ver cómo se comportan cuando sus compañeros de viaje, es decir, los compañeros en la microbiota son diferentes bacterias. Finalmente lo que haremos, una vez estudiemos cómo se relacionan esas bacterias con otros miembros de la microbiota, es irnos a modelos en los que vamos a estudiar cómo interactúan esas bacterias con el intestino. Vamos a usar algunos modelos de animales para entender qué hacen estas bacterias ya cuando están en un ecosistema muy complejo como es el intestino. Entonces vamos a ir de menos complejidad a más.

- ¿Y qué significa esto para tu carrera?

Para mi carrera es un inicio porque ya acabo de montar el laboratorio por todo lo alto. Es un dinero y es una confianza en el proyecto que hemos presentado y en lo que queremos hacer que nos da mucha energía y muchas ganas de ir con todo para sacar esta investigación adelante. Pensamos que a largo plazo puede tener un impacto en la salud de las personas.

- ¿En qué consiste exactamente la beca ERC Starting Grants?

La beca son 1'5 millones de euros que se dan a investigadores jóvenes que están montando sus laboratorios porque para pedir la beca tienen que pasar entre dos y siete años desde tu fecha de defensa del doctorado. Es decir, no son para investigadores senior, son para investigadores jóvenes. Ese millón y medio vamos a invertirlos en cinco años y nos va a permitir desde contratar personal, tanto personal investigador en formación como doctores ya formados, como comprar equipos de última generación y desarrollar toda la investigación. Entonces durante cinco años vamos a poder tener estos fondos.

-¿Cómo has llegado a conseguirla?  

"Hay una serie de fracasos previos, como en cualquier éxito".

Hay una serie de fracasos previos, como en cualquier éxito yo creo. El proyecto que presentaba era un proyecto que yo llevaba ya unos años dándole vueltas y cuando estaba casi al final de mi etapa postdoctoral en Bélgica, yo ya empezaba a buscar plazas para liderar mi propia investigación, para formar mi propio grupo, no solo en España sino por toda Europa porque es un trabajo difícil de conseguir. Y recuerdo que cuando empecé a hacer entrevistas en diferentes sitios, hice una entrevista en concreto en el Instituto Pasteur, en París, y allí realmente cuando expliqué mi proyecto durante la entrevista me hicieron muchas preguntas y me sacaron muchas pegas y realmente vi que era un proyecto que podía interesar, porque había un interés general, pero que había que madurarlo mucho. A las diferentes entrevistas en las que al final no me cogieron, me sirvieron mucho para que el proyecto madurara, para encontrar los puntos débiles del proyecto y mejorarlos. Y por eso una vez me concedieron el contrato Ramón y Cajal para venir aquí a Valencia, aunque tuve dos meses para presentar la convocatoria, ya tenía un proyecto bastante maduro. Se trató de plasmarlo sobre el papel. Además tuve mucha ayuda del equipo de apoyo a la investigación de aquí del centro, que me ayudaron a prepararla tanto en la fase de escribir el proyecto como para preparar la entrevista.

- ¿Cómo crees que este tipo de apoyo financiero ayuda a la investigación en general?

Te da mucha libertad. Es decir, son unas ayudas que tienen mucho prestigio y por la cantidad de dinero que te permiten arriesgar y al final puede que no salga bien pero, en muchos casos, el poder arriesgar va a permitir que si realmente descubres algo, sea un salto importante y sea un avance científico importante. Esa libertad y ese poder arriesgar no te lo dan otras ayudas que te dan menos dinero y tienes que ir a algo seguro. Aparte, el reconocimiento. Son unas ayudas que son conocidas a nivel de toda Europa y son muy difíciles de conseguir, por lo que estamos muy contentos en ese sentido.

Foto: KIKE TABERNER

- ¿Tienes algún proyecto en mente?

Todavía tenemos que empezar pero si todo sale bien a mi lo que me gustaría es ir un paso más allá. Es decir, ahora vamos a intentar entender cómo funcionan estas bacterias. Una vez lo entendamos, queremos ir a estrategias para poder controlar la función en el intestino directamente y ahí es cuando entra la estrategia de medicina personalizada. Podremos controlar las funciones que hace una bacteria en el intestino y ese sería el siguiente paso que queremos dar. Una vez entendamos podremos modificar.

- Finalmente, además de contar con avances como tu investigación ¿cómo podemos individualmente aportar cada uno de nosotros a estos avances?

Muchas veces necesitamos de voluntarios que nos donen muestras para investigación, ya no solo en nuestro proyecto, en el que habrá una parte en el que necesitemos recoger muestras de donantes, sino también hay muchos otros estudios clínicos donde realmente se necesita la participación ciudadana para poder avanzar. Creo que individualmente es lo máximo que se puede hacer.

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