VALÈNCIA. La innovación tiene que estar al servicio de la sostenibilidad y ambas deben ser rentables para el viticultor, que compruebe los beneficios de apostar por ellas. Esa fue una de las principales conclusiones del Desayuno Innovación y Sostenibilidad en el Viñedo Valenciano, organizado por Valencia Plaza y Suterra, celebrado en el Casino Cirsa Valencia. «La innovación es una obligación, porque sin innovación no hay sostenibilidad y sin sosteniblidad no hay futuro, pero hay que hacer económicamente más sostenible y viable esa transformación. Para ello son clave las ayudas y el apoyo de las administraciones, porque el agricultor no puede asumir todo el coste», afirmó Salvador Majón, presidente de la D.O. Valencia y La Semana Vitivinícola.
Precisamente ese apoyo de la administración es una de las bazas con las que cuentan los viticultores en estos momentos para impulsar esa transformación. La Conselleria de Agricultura, Desarrollo Rural, Emergencia Climática y Transición Ecológica acaba de lanzar unas ayudas para la implantación de tecnologías de confusión sexual para el control de plagas en el viñedo. Unas técnicas que permiten una reducción del uso de insecticidas y cumple con el sistema de gestión integrada de plagas contemplado en el Real Decreto 1311/2012, de uso sostenible de fitosanitarios, así como con la normativa sobre agricultura ecológica. «Estas ayudas son una oportunidad única para el sector, porque pueden animar a muchos viticultores a subirse al tren de la sostenibilidad y la innovación, que está pasando por delante y el sector no puede permitirse dejarlo pasar. En Suterra somos pioneros en el desarrollo de estas técnicas, las hemos adaptado a la casuística de cada viticultor para que todos puedan acceder a ellas, somos la única empresa con la gama completa de confusión sexual para el viñedo valenciano y que además de ser una herramienta clave para una Gestión Integrada de Plagas, porque son compatibles con todas las otras opciones, ayudan a producir un vino de mejor calidad e impulsan procesos de mejora en las bodegas», apuntó Cristina Alfaro, General Manager Suterra EMEA.
En el mismo sentido se pronunció Vicent Badía, técnico SSV de la Conselleria de Agricultura, desarrollo rural, emergencia climática y transición ecológica, quien destacó la buena acogida que está teniendo la convocatoria de ayudas para implantar técnicas de confusión sexual en el viñedo valenciano y explicó la apuesta por la sostenibilidad en la gestión integral de plagas que se está haciendo desde la Conselleria, destacando el éxito de las técnicas de confusión sexual para el control del ‘cucat’ en los campos de arroz de L’Albufera, un proyecto que se inició hace más de treinta años, cuando se declaró Parque Natural L’Albufera, donde el Gobierno valenciano, la Universitat Politécnica de València y Suterra iniciaron una colaboración destinada a buscar las mejores soluciones biológicas y sostenibles, utilizando feromonas y estrategias de confusión sexual a finales de los ochenta. «Pero es necesario apostar firmemente por la formación del agricultor, acompañarles, para que entienda las ventajas y el valor añadido que la aporta la innovación y la sostenibilidad», señaló. Una opinión que fue compartida por todos los asistentes al desayuno organizado por Valencia Plaza y Suterra.
Junto con Salvador Majón, Vicent Badía y Cristina Alfaro, también participaron en el desayuno representantes del sector vitivinícola de la Comunitat Valenciana como Jorge Caus, enólogo de Cooperativa La Viña; Tony Santonja, director técnico de Bodegas Bocopa; y Jorge Srougi, subdirector comercial de Coviñas. Todos ellos resaltaron como el modelo cooperativo que predomina en el sector es un aliciente para impulsar la sostenibilidad, porque son dos conceptos que van unidos, «las cooperativas tenemos una ventaja estratégica que debemos aprovechar para tirar del carro de la sostenibilidad», afirmó Jorge Caus. Una declaración a la que se sumó Jorge Srougi quien añadió que «tiene que partir de nosotros, porque si no nos lo impondrán y acabará repercutiendo sobre las espaldas del agricultor y no podemos permitirlo».
Estas tres bodegas han puesto en marcha diferentes proyectos para impulsar la sostenibilidad entre sus agricultores. Bocopa, por ejemplo, ha fomentado la implantación de técnicas de confusión sexual subvencionando la mitad del coste a sus socios y poseen la ISO en gestión de calidad y gestión medioambiental y ha desarrollado programas para potenciar el cultivo ecológico. «Cuando los agricultores ven que funcionan y comprueban las ventajas, la innovación se impone», aseguró Tony Santonja.
También Coviñas está implantando las técnicas de confusión sexual, ha creado un vino de bobal viejo para mantener estos cultivos y que el agricultor entienda el valor del viñedo viejo y ha apostado por el cultivo ecológico. Por su parte, Cooperativa La Viña ha trabajado con la Universidad de Valencia en un sistema matrices para analizar la uva y mejorar la manera de cultivar, así como ha implantado técnicas de cultivo innovadoras y experimentales y también fomenta la agricultura ecológica.
Y todo ese esfuerzo que se realiza, tanto en innovación como en sostenibilidad, debe transmitirse al consumidor, que sepa que hay detrás de cada botella de vino que consume. Porque ante una sensibilidad cada vez mayor por estos temas, los asistentes al desayuno aseguraron que hay que ser proactivos y saber contar las acciones que se están realizando y trasladar el valor añadido de los productos del viñedo valenciano. «La Comunitat Valenciana es pionera en campañas de control biotecnológico, pero ahora no puede quedarse atrás. El viñedo valenciano tiene que dar un paso al frente apostando por la innovación y la sostenibilidad. Y que ambas sean viables económicamente para que aporten valor al sector», concluyó Cristina Alfaro.
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