Explica que prevé publicar más libros ante la falta de estudios reglados de esta disciplina
VALÈNCIA (EP). El autor valenciano Vicent Peris acaba de publicar Fotografiar lo invisible, un libro que pretende divulgar el arte interdisciplinar de la astrofotografía para todo tipo de lectores de manera inteligible, mezclando el triple enfoque estético, científico y filosófico de la fotografía documental de objetos celestes, que "pertenece al arte y al conocimiento del siglo XXI".
El fotógrafo ha explicado a Europa Press que el objetivo de su primer libro es crear una base, y después irá publicando más libros que suplan la falta de estudios reglados de astrofotografía, para crear una estructura de conocimientos "que aborde al menos los aspectos filosóficos, estéticos y de procesamiento de imagen".
Vicent Peris Baixauli (València 1980) es cofundador de la Escuela Documentalista de Astrofotografía (DSA, en inglés); trabaja desde hace más de una década en el Observatorio Astronómico de la Universitat de València (OAUV), y la NASA ha seleccionado varias de sus imágenes para la web Astronomy Picture Of the Day (APOD).
Algunas fotos pueden llevar meses de trabajo o años, si se aspira a plasmar detalles nunca captados hasta entonces, y es tan importante el proceso de captación de la imagen como el procesamiento posterior -uno de los softwares españoles principales es PixInsight, creado por Juan Conejero y en el que Peris colabora-.
"Los astrofotógrafos somos fotógrafos ciegos porque fotografiamos aquello que no podemos ver", asevera el fotógrafo para justificar el título de la obra, cuyo subtítulo es La estética de la astrofotografía. El arte naturalista en el siglo XXI.
También defiende una base filosófica en su trabajo, porque las ideas se materializan en una obra de arte, y añade que la astrofotografía mezcla astronomía teórica y observacional, cosmología, fotografía, pintura, música, matemáticas, procesamiento de imagen, estética del arte y filosofía del método científico: "Nos recuerda que necesitamos recuperar el conocimiento sin parcelaciones".
Y añade otro valor de la fotografía astronómica, para recordar al ser humano una perspectiva olvidada: "No somos meros espectadores de la naturaleza, sino una pequeña y descentralizada parte".
El texto empieza introduciendo a esta disciplina y a sus autores; después teoriza sobre la herencia que la astrofotografía recibe de los últimos 200 años de la pintura y la fotografía; y acaba con un epílogo que quiere "sorprender e inspirar, haciendo trascender los conceptos del libro hacia otros aspectos fundamentales" de la vida.
Peris explica que casi no hay astrofotógrafos que puedan vivir de este trabajo en España ni en el extranjero, por la falta de apoyo institucional, que es imprescindible porque el instrumental específico es muy caro por su alto nivel tecnológico, y todo eso "supone una grave obstáculo al talento".
También lamenta que ni las instituciones artísticas ni las científicas en general valoran esta disciplina: "Los astrofotógrafos somos fotógrafos en tierra de nadie".
Concreta que muy pocas entidades artísticas saben valorar su estética y su mensaje, porque el arte "no es capaz de valorar esta disciplina sin una estética definida pero que ofrece innovaciones y respuestas necesarias" para el espíritu.
Tampoco se siente valorado por los científicos: "Piensan que nos dedicamos a jugar con los telescopios, por lo que el trabajo artístico es un mero complemento", y lo justifica afirmando que ni siquiera las imágenes del telescopio 'Hubble' van firmadas por los autores, sino por las instituciones que les financian.
