Celebrar la existencia a través del ocio, hacer añicos ciertos estigmas ponzoñosos respecto al VIH y la sexualidad y concienciar a los ciudadanos sobre la necesidad de cuidar su salud. Bajo estas tres premisas vio la luz en 2018 el Vihsibles Festival, iniciativa a cargo del Comité Antisida de València, que el 14 de junio se dispone a ofrecer su segunda entrega en el Centre del Carme. “El año pasado decidimos dar un giro a nuestros proyectos divulgativos, pues siempre acababa viniendo gente que ya estaba vinculada a la causa. Deseábamos lanzar una propuesta más lúdica para atraer a públicos que no suelen acudir a las actividades del Comité Antisida o que incluso no conocen la entidad”, indica Pilar Devesa, organizadora del encuentro. Y así fue como se pusieron en marcha para organizar un evento “distendido y extravagante con el que llamar la atención y alcanzar a todas esas personas que quizás no han pensado todavía en hacerse una prueba de VIH”. Autocuidados y alegría de vivir al ritmo de los espectáculos más divertidos, canallas o transgresores del panorama nacional. Quedan terminantemente prohibidos los prejuicios, déjenoslos abandonados en consigna.
“Queremos demostrar que, seas quien seas y dea como sea tu situación vital, puedes venir a pasártelo bien”, señala la representante de la entidad. “Todo el mundo tiene derecho a divertirse”, resume tajante la Dj Miss Yuls, integrante del cartel del festival. No en vano, la jarana también puede agitar la mirada y transformar para siempre la forma en la que percibimos al otro (y también al yo en cuyo cuerpo vemos pasar los días). Junto a la creadora valenciana también habitarán el Centre del Carme el artista visual, cantante y performer Cachorro Lozano, quien actuará como maestro de ceremonias y ofrecerá una sesión de música electrónica; la artista y activista LGTBI, Cynthia de Cassette; o la banda Ladilla Rusa. Además, el dúo Las Coños- formado por Cris Chinchilla y la youtube Isa Duque (también conocida como La Psico Woman)- impartirán una charla en clave de humor titulada Empoderándonos desde nuestros cuerpos. También aquí hay espacio para la fotografía. En concreto, Luisa Llorca ha pasado las últimas semanas realizando instantáneas a un centenar de personalidades valencianas relacionadas con el mundo del arte, la política o el derecho que han querido compartir un mensaje de inclusión hacia las personas con VIH. Las imágenes resultantes se proyectarán en el claustro gótico del centro durante la jornada festivalera.
“Buscamos representar y dar visibilidad a distintos colectivos y a diferentes identidades de género y sexuales. La nuestra es una propuesta cultural variada, que apuesta por la diversidad, y que, además, hace hincapié en la salud. Además, queremos dar a conocer los procesos culturales que tienen lugar en determinados contextos identitarios”, apunta Devesa. Parece que la idea de unir en un mismo arroyo los cuidados y la diversión va calando entre los profesionales: “hemos recibido muchísimas felicitaciones por parte de entidades de otras ciudades, nos dicen que este es el camino a seguir porque lo que buscamos en crear simpatía con la gente real, con todas personas que a lo mejor un día pueden venir con un diagnóstico positivo a nuestra asociación”.
Ni culpas amordazantes, ni asfixias moralistas ni pecados que espiar. Aquí se juega en dos direcciones: por un lado, ofrece un ocio optimista y sin tabúes. Por el otro, anima a concienciarse sobre la situación personal de cada uno, a incorporar la prevención en nuestra vida sexual. En este sentido, el virus no es el eje central del festival sino que aparece en “de forma transversal en el trabajo de alguno de los artistas que participan”, resalta Devesa. (Y, por supuesto, los voluntarios del festival también repartirán folletos informativos y anticonceptivos a lo largo de la jornada).
Y ahora, un momento de atención: para el siguiente párrafo necesitaré que todos os pongáis que gorro de aprender conceptos médicos. ¿Listos? Ok, allá vamos. Esta edición del Vihsibles Festival lleva por lema ‘Indetectable es intransmisible’. No es que hayan agitado un bote de palabras y hayan escogido las primeras que cayeron al azar sino que buscan difundir a través de la cultura una de las grandes victorias en el tratamiento de la enfermedad. A ver, vayamos por partes: cuanto mayor es la carga viral de una persona con VIH, peor será su estado de salud. Sin embargo, los antirretrovirales que se comercializan actualmente logran reducir de manera significativa los niveles del virus, de modo que un afectado que siga correctamente su tratamiento puede disminuir su carga viral hasta hacerla indetectable. Vale, ya os podéis quitar el gorro. “Nuestra meta es que se deje de señalar a aquellos que ya están diagnosticados y tratados y empecemos a poner el foco en aquellos que quizás han contraído la enfermedad, todavía no lo saben y la están transmitiendo”, indica la representante del Comité Antisida.
Precisamente en esta línea surge la pieza de Carga Indetectable, “una canción sobre un tema muy poco tratado y que ejecuto desde una perspectiva divertida, muy pop art, pero, ante todo, respetuosa”. Así, a través de este tema, busca “informar, normalizar situaciones como hacerte una analítica y hacer que la gente pierda el miedo”. Además, busca contribuir a que aquellos que descubren que son seropositivos “puedan tomárselo con vitalidad”. Como apunta Cynthia de Cassette, esta composición se entronca en “un espectáculo basado en la diversión underground y transgresora”. La música, en su sentido más lúdico y travieso se erige en sí para abrir una conversación sobre la enfermedad “de una manera natural y fresca, pues es un asunto que nos afecta a todos”.
“Quiero que la gente se lo pase bien, curar las emociones para que mi público pueda vivir desde la felicidad”, sostiene Miss Yuls, respecto a su propuesta musical del Vihsibles Festival. “La música es algo universal y, además, mi trabajo está dirigido a todo tipo de públicos. Por eso creo que es esencial que Vihsibles Festival presente un espacio para la diversidad y la información”, añade. Por su parte, Víctor F. Clarés integrante del gamberro e iconoclasta grupo de electropop Ladilla Rusa, comenta que “parece mentira que sigamos cayendo en los mismos estigmas y que todavía haya tanta desinformación sobre el tema. Sigue haciendo falta mucha pedagogía”.
Durante décadas, parecía que la mayoría de aproximaciones culturales al VIH nacían desde el dolor y el miedo, desde posiciones tenebrosas que hablaban de exclusión, de pérdida y de desesperanza. Una visión que todavía se perpetúa, pues los cambios experimentados a nivel terapéutico desde los años 80, no se han visto reflejados lo suficiente en la cultura de masas, “la dinámica entre salud y enfermedad sigue viéndose desde el ámbito del miedo. No tenemos una cultura de afrontar la propia salud como un proceso de empoderamiento, como una herramienta para mejorar tu autoestima y la seguridad que tienes en ti mismo. Vemos las necesidades sanitarias como algo que es preferible no visibilizar”.
De hecho, el estigma del sida que se esparció las últimas décadas del siglo XX, sigue vagando como un fantasma por los pasillos de las convenciones sociales, “esas imágenes se han quedado grabadas en los imaginarios de la ciudadanía y en ocasiones siguen siendo repetidas de forma perjudicial por los medios de comunicación. Por ejemplo, se sigue vinculando la enfermedad con personas toxicómanas, mujeres que ejercen la prostitución…”. Frente a visiones culpabilizadoras, Devesa defiende, una vez más, el empoderamiento personal: “hay que dar recursos a la gente para que conozca qué puede hacer frente a determinadas adversidades de la vida cotidiana. Algunos jóvenes se creen que el VIH ya está prácticamente exterminado y, por ello, ni siquiera contemplan que puedan transmitirlo”.
En ese sentido, Vihsibles Festival lo apuesta todo al ocio con una convicción firme: es mucho más fácil concienciar a la gente mediante formatos lúdicos que a través de concienzudos e estudios de 243 páginas que probablemente nunca sean consultados más allá de los círculso especializados. “Creemos que el humor y la ironía son la mejor vía para poder lanzar mensajes importantes que vayan a calar en la población. La comicidad, a menudo, esconde reflexiones muy profundas”, apunta Víctor F. Clarés. No en vano, el integrante de Ladilla Rusa reivindica que este tipo de eventos que entremezclan información, ocio y celebración colectiva “no tienen nada de frívolo. De hecho, esa unión nos permite compartir y demostrar que estamos todos juntos pase lo que pase”. Una opinión que también comparte Cachorro Lozano, quien considera que la investigación académica, la divulgación y la concienciación “deben estar ligadas a algo lúdico, pues ese barniz permite llegar de forma más directa y efectiva a la gente. Además, también es una forma de quitarle hierro a esa lacra social que ha ido acompañando históricamente al VIH y demostrar que se puede vivir sin miedo”. Al fin y al cabo, con tanta perspectiva sombría inundado el futuro colectivo, reconforta saber que la alegría de estar vivos puede convertirse en un arma total, definitiva y revolucionaria.
Con la experiencia adquirida a lo largo de los años, el Deleste mantiene su apuesta por un formato alternativo a los macrofestivales. Así, se configura como "un lugar de encuentro donde disfrutar de la música sin prisas ni masificaciones y evitando el solapamiento de horarios"