VALÈNCIA. Una llamada con una amiga, un café, escribir, dibujar… contarse a uno mismo una historia puede ayudar a transformarla, contarla a los demás puede ser un paso clave para comprenderla. Leer también sana -de alguna manera- las heridas, y construye las pautas sobre las que podemos trabajar sobre una historia, comprendiéndola desde un lenguaje universal en el que uno se puede ver reflejado.
La artista valenciana Sofia Zaragoza se expone a escribir su propia percepción sobre la culpa, el duelo y las heridas a través de su cómic La ventana que se abrió al cerrar la puerta, un relato en el que expone su proceso de duelo personal y con el que pretende esquematizar de alguna manera sus claves para superarlo. El cómic, que se siente como un abrazo, transforma a un idioma universal las claves del autocuidado a través de varios capítulos como: Atreverse a mirar la herida, La culpa y el perdón o Conocerme a mi misma, entre otros, concluyendo el relato a través de El amor, donde todos los conceptos convergen.