Sin palomitas

Vino, vino, vino, más vino, por favor

Hoy es viernes de pantalla grande, apagar las luces y encender los sueños, esos que alimentan cuerpo y alma

| 26/11/2021 | 4 min, 31 seg

Hablamos de cine, cine, cine y más cine por favor, que en la primera o en la última fila esto va de amor. Al séptimo arte, los vinos que son artistas y la cocina, ese lugar donde nunca encontramos aristas. Con un puñadito de películas que giran en torno al comer y al beber, y que además están de buen ver. Con platos como protagonistas de celuloide, que son estrellas por sí mismos. Clásicos de banquetes que ojalá en la realidad. De ratoncillos pintados con trazo firme que se quedan como imprescindible filme. Viajes a ese Oriente que nos pierde siempre, siempre y que, esperamos, pronto volverá a ser tangible. Historias de mujeres valientes que bailotean sin florituras al son de las frituras. Las que son capaces de convertir el cacao en joyería. O aquellos que hacen de la oscuridad virtud en forma de receta terrible, sí, pero sin acritud, que esa es nuestra actitud. Porque aquí se viene a por buenos momentos dejando a un lado el líquido elemento. 

Y empezamos dando un tiento al Amontillado Arribota (Herederos de Torres Burgos para The Wine Bang). Pedro ximénez de Montilla que se sitúa con contención dispuesto aponer toda su atención en el menú que vendrá. Afilado y casi misterioso, tiene sus frutos secos con montañitas salerosas y tan gustosas. Envolvente y muy cortés, nos cede el mejor sitio en esa mesa única, la de ‘El Festín de Babette’. Y se deja beber con la sopa de tortuga, por supuesto. 

El Domaine Charlopin Tissier Bourgogne Aligoté 2017 (Domaine Charlopin Tissier) se muestra cariñoso de cítricos ligeros y enteros. Tímido al conocernos se va soltando y nos lleva de paseo por pueblines franceses y sus tiendas que huelen a regalo. Y aunque es de origen humilde, nada tiene que envidiar al más rico del lugar. Porque está muy rico tal cual, con su pedregal. Y mira con ojos de joven niñez la preciosa ‘Ratatouille’ mientras nos sirve un plato del famoso pisto francés. 

Nos vamos a lugares lejanos con el sake Dewazakura Oukanama (Dewazakura Sake Brewery Co.). Ginjo Premium pulido al 50% que enseña melocotones suaves y flores en ramo de todos los colores y tamaños. Cuerpo de guapo y carita de serio que nos hace temblar con tan solo un gesto. Porque es elegancia entre esos amargores, que no es que no amarguen, es que son pura alegría viendo ‘Comer, beber, amar’ con un pollo al vapor con hongos negros.

Nos disfrazamos de unicornio rosa para cruzar charcos entre las nubes con el Viña Tondonia 2009 (Bodegas López de Heredia Viña Tondonia) en la maleta. Fémina cosa seria que con la madurez se pone cada vez más bella. Astro rutilante, que nunca es fugaz, porque necesita su tiempo. Complejidad al servicio de la formalidad. Y se rebela diciendo que quiere ser especial en esos fogones de campo, observando y haciendo unos ‘Tomates verdes fritos’. 

Entre jefazas y algún caníbal

Con el Domaine de la Pinte Arbois Chardonnay 2018 (Domaine de la Pinte) volvemos a país galo, al más palaciego. Lanzamos la vista al cielo para bajar a esos jardines con texturas de locura. Encendemos unas brasas y le damos al ahumado. Escribimos largos textos con tizas que nunca se agotan y que cuentan historias de suelos con profundidad infinita. Tan bonita que la llevaremos ante la más jefa, ‘La cocinera del presidente’ y su repollo relleno de salmón de Escocia y zanahorias del Valle del Loira.

De domaine en domaine y tiro, porque nos toca el Domaine Chamonard Morgon Le Clos de Lys 2009 (Domaine Chamonard). Caminata sin fin entre pinos que nos llevan a lo más alto manteniendo los pies en el suelo. Con raíces firmes que se agarran a una maleza que resulta ser rebuenita. Especias que caen como rocío, a su libre albedrío. Albricias que son caricias que terminan en sonrisas al darle al botón de encendido, porque nos hará pasar un ratito estupendo con ‘Julie y Julia’ y un boeuf bourguignon a fuego lento.

En Italia nos recibe el Tenuta Perano Chianti Classico 2015 (Frescobaldi). Sangiovese con mezcla de compañeras de la zona que crecen entre ramitas de romero y capullines brillantes y vibrantes. Verbena de fruta muy negra y pimienta revoltosa. Bálsamos de rebotica nada borrica y romería que avanza como oveja con buen fin, a pesar de la apariencia. La que nos sumergirá en ‘El silencio de los corderos’ y su receta de hígado con habas.

Alcanzamos el dulce final con El Viejo Fudre (Bodegas Dimobe). Malagueño grande de acidez y capaz de dar todo su sentido a los azucarados de cada uno de sus frutos. Pasas, dátiles y orejones que se convierten en tentaciones con ese fondo cítrico que pone cada cosa en su sitio. Dilación exacta de chuchillo afilado y un café para una tarde de domingo después del almuerzo. En la tele ‘Chocolat’ y delante alguna trufa. Y así nos despedimos hasta prontito, bombones, que se os quiere a montones. 

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