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tribuna libre / OPINIÓN

La violación de los poderes del estado

Foto: KIKE TABERNER
1/06/2020 - 

VALÈNCIA. En todos estos días encuadrados en fases diferentes con regiones, provincias, o unidades territoriales distintas, lo único que queda claro y preciso en mi ánimo es el cabildeo político que tenemos en nuestro país. He defendido hasta la saciedad la preponderancia de la gestión sobre la ideología, la prioridad de una resolución eficaz de los problemas que nos ocupan sobre la demagogia y la interesada verborrea política, la prudencia de no gastar más de lo necesario y sobre todo minimizar el endeudamiento público en aras a facilitar la vida de las generaciones futuras. Sin embargo, en todos los campos vitales conocidos es el chalaneo el que campa por sus anchas y a nuestros compatriotas parece que les importa más tomar el sol que protegernos de su estulticia. 

Mucho aplauso para luego pasárnoslo por la entrepierna y acudir en avalancha a tomar copas o a la playa. Mucho prócer del país que incapaz de sumar busca, histérico, apoyos hasta en el infierno. Mucho dirigente empeñado en ser el problema, en lugar de buscar soluciones sin atropellar los otros poderes del Estado. Hoy en nombre de la “higiene democrática”, Montesquieu es sistemáticamente ultrajado, violado y humillado no pudiendo el pobre barón ni siquiera llamar al teléfono de la violencia de género. Decía el ingenuo Charles Louis, que “no hay libertad, si la potestad de juzgar no está separada de la potestad legislativa y de la ejecutiva. Si estuviese unido a la potestad legislativa, el poder sobre la vida y la libertad de los ciudadanos sería arbitrario; debido a que el juez sería el legislador. Si se uniera a la potestad ejecutiva, el juez podría tener la fuerza de un opresor”. 

Foto: EDUARDO MANZANA

No es el momento de que el poder legislativo le ponga palos en las ruedas al poder ejecutivo, o que éste aprovechando la pandemia le cuele goles al primero legislando otras materias vía decreto. Sé que son incapaces de juntarse y pensar en los 7 millones de parados (de momento), de que este modelo económico está en crisis y que puede pasar a quiebra si nos empeñamos. Que no quedará bienestar si no miramos en que se va cada euro. Sé que es preciso asegurar y asegurarnos que no hay gasto suntuario inútil, que será imprescindible que no haya ninguna persona en la administración que sobre, que no aporte; que se acabaron los funcionarios para los que esta pandemia ha supuesto unas vacaciones pagadas. 

Toda la clase política con sus innumerables satélites, chupópteros de heces, harían bien en analizar sus gastos para administrarse / administrarnos mejor; los recursos no son de ellos, son escasos y de todos. La aritmética domina y las deudas hay que honrarlas.

La factura por pagar va a ser muy dura, ni siquiera con un “plan Marshall", será menos feroz; pero la alternativa es peor. 

Habrá que sostener a los damnificados por supuesto, pero habrá que ser creativos, dar contenido a esas vidas, encauzar a nuevas habilidades, animar a emprendedores aprovechando las enseñanzas de las carencias detectadas. Y todo ello, por favor, de forma temporal y evitando crear una clase abocada al clientelismo político. Las subvenciones a costo perdido no producen, no aportan; restan. 

Los sectarios se jactan de objetivos y pacificadores tachando a lo ajeno de demagógico y de extremo, cuando tanto monta, monta tanto.

Foto: KIKE TABERNER

Gastemos en productos nuestros, viajemos por nuestro hermoso país, cambiemos el “quédense en casa” por un “consumamos lo nuestro” para que la maquinaria funcione; nos jugamos nuestro futuro y sobre todo el de las generaciones venideras. Reconozcamos de una vez que estamos en manos de la caridad europea, porque este país no tiene ahorros, ni es constante en la disciplina. No hay caja de resistencia, no hay hucha, no hay nada. Estamos a merced de lo que quieran darnos y de endeudar a nuestros nietos. Si alguien piensa que es gratis y que no nos vamos a enterar, la bofetada va a ser apocalíptica; la disciplina de Europa va a venir y afortunadamente nos va a encorsetar. 

La crisis del 2008 puede quedar en mera antesala del Armagedón, mientras tanto solo vemos las caras de los políticos, sus caras de jugadores de póker donde las manos somos nosotros. Pintan bastos y siguen empeñados en no enterarse y en no decírnoslo. 

No es el momento de analizar responsabilidades en caliente, pero sí de afear su conducta. Ya llegará el momento, las hemerotecas están para consultarlas y recordar palabras, frases y actitudes.

Fernando de Mergelina es abogado

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