VALÈNCIA. Hoy hace 5 años que, en las selvas y bosques de África ecuatorial que recrea Bioparc Valencia, Nalani se ponía de parto a la vista del público. La preciosa Virunga nacía dentro de un importante programa europeo de conservación ex situ (EEP) de esta especie, en el que participan los Bioparc, tanto de Valencia como de Fuengirola. La implicación de los Bioparc ha dado grandes alegrías en los últimos años, con los nacimientos de tres machos en Valencia, Ebo, Pepe y Félix; y un macho en Fuengirola, Ekan. Todos ellos son motivo de esperanza para el Gorila occidental de costa (Gorilla gorilla gorilla), catalogado en “peligro crítico” de extinción por la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (IUCN).
La caza furtiva, la fragmentación de los ecosistemas, la destrucción de los hábitats y la inseguridad reinante en los países africanos son las principales causas del descenso de las poblaciones de gorilas. Ahora hay que sumar la pandemia de la COVID-19, una nueva amenaza por su limitada capacidad de defensa ante un virus y por el impacto del descenso del turismo hacia los países donde habitan, lo que supone también menos ingresos destinados a su protección. La conservación de la biodiversidad hace necesario integrar actuaciones ex situ e in situ, desarrolladas en sus hábitats de origen. El compromiso de Bioparc integra ambas estrategias y en este último caso lo hace a través de Fundación Bioparc. Con lo que respecta a los gorilas, participa en el Proyecto Ebo (Ebo Forest Research Project) que trabaja para preservar un pequeño y valioso bosque de Camerún donde habita un grupo de gorilas que se encuentran en serio riesgo de desaparecer.
La pequeña gorila Virunga hoy ha celebrado su 5º cumpleaños rodeada de su familia formada por su padre Mambie y las otras hembras Ali, madre de Ebo y Félix, y Fossey con su cría Pepe. Virunga recibió su nombre como homenaje a una mujer que trabajó para estudiar y proteger a estos grandes primates, Dian Fossey.
La emblemática y luchadora conservacionista desarrolló su trabajo en las montañas Virunga, hoy convertidas en un santuario para los gorilas. Su historia nos recuerda que la salvación de esta especie y la preservación de la naturaleza está en nuestras manos, por lo que es necesario un cambio de actitud y un firme compromiso de todos con la protección del planeta.