PEKÍN (EFECOM). Tras la caída del comercio internacional de China y de las manufacturas a causa del frenazo provocado por las medidas para evitar la propagación del coronavirus, hoy le tocó el turno a la producción industrial, que cayó un 13,5 % interanual en enero y febrero, un dato inédito desde 1990.
La Oficina Nacional de Estadística (ONE) del país asiático informó hoy de que, en los dos primeros meses del año, la producción industrial registró su primer y peor descenso en 30 años.
La cifra está muy por debajo de las previsiones de los analistas, quienes apuntaban a un crecimiento de en torno al 1,5 % en este período, aunque las diferencias entre los pronósticos de unos y de otros varían fuertemente.
El dato es todavía más chocante respecto al de diciembre, cuando la producción industrial (que mide la actividad de grandes empresas con una facturación anual de al menos 20 millones de yuanes) aumentó un 6,9 % interanual.
Sin embargo, esta vez -indican desde la consultora británica Capital Economics- los números "han sido mucho más débiles de lo previsto y apuntan a una recesión más profunda que durante la crisis financiera mundial" de 2008.
La producción manufacturera se redujo un 15,7 % en el mismo período, por el 6,5 % que cayó la producción del sector minero. En cuanto a las ventas minoristas, cayeron un 20,5 % interanual, según la ONE.
El organismo ofreció hoy también el dato de inversión de activos fijos de China, que se hundió un 24,5 % respecto al mismo periodo del año pasado.
No son las primeras cifras que adelantan un frenazo económico: la industria manufacturera registró en febrero su peor dato desde que comenzó la serie histórica oficial, en 2005, al desplomarse su indicador de referencia, el índice gerente de compras (PMI), 14,3 puntos hasta los 35,7.
En noviembre de 2008, cuando el mundo se enfrentaba a la crisis financiera, la lectura de ese indicador era de 38,8 puntos.
Las cifras del comercio internacional de China también formaron parte de la carnicería y, en los dos primeros meses del año, cedió un 9,6 % interanual.
La Bolsa de Hong Kong tampoco se ha librado de la quema y aunque empezó el año por encima de los 25.000 puntos, hoy se situó al cierre levemente por encima de los 23.000.
Sin embargo, el Gobierno chino insiste en la robustez de su economía y cree que el impacto será temporal y limitado.
El futuro es algo menos halagüeño a ojos del analista de la consultora británica Capital Economics, Julian Evans-Pritchard: "Es probable que los datos de marzo sean peores".
Todo esto porque, a su juicio, aunque "la actividad económica ha empezado a recuperarse (en China) en las últimas semanas", "la caída de febrero se ha diluido en los datos al hacer la media con enero, donde todavía no se había notado la mayor parte de la interrupción" productiva y de consumo.
"Mientras que las condiciones a nivel nacional deberían mejorar poco a poco en los próximos meses", admite el analista en un informe enviado a sus abonados, "la creciente interrupción mundial derivada del coronavirus retrasará el ritmo de recuperación".
"El aumento del paro del 5,2 al 6,2 % tendrá peso sobre el gasto de los consumidores incluso con la progresiva desaparición de las interrupciones creadas por el virus", agrega Evans-Pritchard.
En la consultora Oxford Economics tampoco son optimistas: "Tras el desplome del primer trimestre, prevemos una recuperación del PIB entre los tres siguientes trimestres (...). Pero esta recuperación se verá constreñida por una debilidad prolongada de la demanda doméstica y, en especial, por una economía mundial tambaleante dado el aumento de brotes por todas partes".
"Esto apunta -augura esta fuente- a un crecimiento de China durante 2020 muy magro en su conjunto".