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análisis

¿Vuelve la Reserva Federal americana al modo “tipos más altos durante más tiempo”?

17/05/2024 - 

La Reserva Federal americana mantuvo los tipos sin cambios en su reunión de abril en el rango 5,25%-5,50%, tal y como se esperaba. Anunció además que a partir de junio la reducción de su balance se hará de manera más lenta, pasando de drenar liquidez a un ritmo de 95.000 dólares al mes hasta los 60.000. Ante los recientes repuntes de inflación, Powell descartó un próximo movimiento al alza de tipos de interés, pero claramente el discurso ha cambiado respecto a meses anteriores, pues el escenario base ya no es el de próxima bajada de tipos, sino el de cuanto menos, mantenerlos estables en los niveles actuales hasta que la inflación se sitúe de manera continuada cerca del 2%. Posteriormente hicieron alusión también a la fortaleza del mercado laboral (todavía cerca de mínimos históricos), que estaría dando tiempo a la Fed a frenar la demanda lo suficiente como para llevar la inflación al objetivo del 2%, gracias al actual nivel restrictivo de tipos. Lo cierto es que el dato del mes de abril significó el 27º mes consecutivo con una tasa de paro inferior al 4%.

Existe actualmente un debate entre los que piensan que estamos ante un repunte de la inflación en EEUU de corta duración y los que pronostican un cambio de tendencia más importante en los niveles de precios. Los primeros defienden que la Fed seguirá con la misma hoja de ruta prevista, es decir tres bajadas de tipos en 2024, pero que, ante este repunte temporal de la inflación, se retrasarían las primeras bajadas hasta septiembre. Entre otros motivos, argumentan que el repunte que estamos viendo en los tipos de largo plazo provocará un endurecimiento de las condiciones financieras que a su vez hará que disminuya el consumo, enfriando por tanto los niveles de precios. En este sentido, hay que tener en cuenta que en el último mes los tipos a largo en Estados Unidos se han situado en la banda 4,50-4,75%, cuando a finales de 2023 se encontraban por debajo del 4%.

Por otro lado, están los que pronostican un cambio de tendencia más importante, fijándose por ejemplo en los datos de ISM precios pagados, en máximos desde junio de 2022 (suele actuar como indicador adelantado de la inflación), y por tanto esto repercutiría en las futuras bajadas de tipos, tanto en su profundidad como en el momento de hacerlo. Actualmente el discurso de la Fed se está yendo hacia este lado. Powell descartó en la última reunión que el próximo movimiento fuese de subida de tipos, por lo que parece que volvemos al modo “tipos más altos durante más tiempo” con el que finalizábamos el año pasado. El mercado descuenta actualmente a través de la curva de swaps dos bajadas de tipos en 2024 que podrían empezar en el mes de septiembre. Importante será sin duda el dato de IPC de Estados Unidos que conoceremos mañana, donde se espera una caída de inflación de una décima a nivel general (hasta el 3,4%) y de dos décimas a nivel subyacente (hasta el 3,6%).

En la Eurozona, la inflación continúa con su tendencia a la baja, claramente por debajo del 3%, dando capacidad de maniobra al Banco Central Europeo para realizar su esperado primer movimiento de tipos en el mes de junio. El dato adelantado de IPC del mes de abril volvió a repetir en el 2,4% (recordamos que el objetivo del BCE es del 2%), mientras que a nivel subyacente registró un incremento del 2,7%, que compara con el 2,9% del mes anterior y con el 3,1% de febrero. En cuanto a crecimiento económico, el PIB europeo creció dos décimas por encima de lo que se esperaba, hasta el 0,4%, mostrando por cuarto mes consecutivo un crecimiento positivo, aunque muy modesto. De hecho, los datos publicados por las dos principales economías europeas, Alemania y Francia, siguen sin ser buenos, y esto sin duda es una de las principales causas que va a llevar al banco central a bajar tipos próximamente. En concreto Alemania lleva ya 12 meses en situación de recesión, siendo su dato actual de crecimiento de PIB de -0,2%.

Situación muy diferente en ambos lados del atlántico en cuanto a la presentación de resultados de las compañías, hecho que está reflejando las dos realidades económicas que se están viviendo en Europa y Estados Unidos, y que posiblemente lleven a ambos bancos centrales a ejecutar políticas monetarias muy diferentes. En Estados Unidos, con el 90% de los resultados publicados por parte de las 500 compañías del S&P 500, más del 75% superaron estimaciones de beneficio por acción (BPA), con un crecimiento tanto en beneficios como en ingresos cercano al 5%. En Europa por su parte, ya han presentado las tres cuartas partes de las empresas que forman parte del STOXX 600. Aunque más de la mitad superaron estimaciones, el crecimiento medio de beneficios presentado es negativo (-7%), con unos ingresos que también van a la baja (-3%).

El faro de los mercados

Una vez más en lo que llevamos de 2024, la semana cerró con un tono positivo en los mercados de renta variable. Las subidas fueron desde el +1,5% del Nasdaq y del S&P 500 hasta el +3,30% del Euro Stoxx 50, pasando por el +2,12% del Ibex 35. En un entorno de cierta calma, las referencias macro fueron mínimas durante los últimos 7 días, lo que centró la atención de los inversores fueron los datos empresariales (siguen siendo buenos) y especialmente al creciente optimismo respecto a las futuras bajadas de tipos de interés por parte de los bancos centrales. Por lo que se refiere al último punto, hay que señalar que las palabras de los miembros de la Fed en los últimos días siguen siendo contrarias a una bajada en el corto plazo, sin ir más lejos Michelle Bowman, Gobernadora de la Fed, dijo que no cree que sea apropiado bajar los tipos en 2024.

Ese momento de impasse que fue la semana pasada, dejó unos mercados con muy pocos cambios en la renta fija, con variaciones mínimas y exentas de volatilidad. Así, el Treasury estadounidense a 10 años cerraba en el 4,5%, el Bund alemán en el 2,5% y el Bono español en el 3,3%, que fue el activo que más varió, un +0,05% desde el +3,25%.

En los activos alternativos vimos dos movimientos bien diferenciados, por un lado, el oro volvía a la senda de las subidas y se anotaba un alza semanal del +2,8%, las compras por parte de algunos bancos centrales y esa cierta euforia en cuanto a las futuras bajadas de los tipos de interés animaron la cotización del metal precioso. Por el contrario, el Brent vivió una semana muy tranquila con una volatilidad razonable que le llevo a cerrar prácticamente al mismo nivel que la semana previa en la zona de los 83dólares/barril.

De entre los escasos datos macroeconómicos que conocimos, destacamos que China sigue con esa tendencia de mínimas mejoras: i) el dato del PMI de servicios que se situaba en el nivel estimado de 52,5 en zona de expansión, ii) tanto las importaciones como las exportaciones superaban las expectativas de los expertos, iii) el IPC repuntaba desde niveles cercanos al cero pero por el contrario, el PPI no alcanzaba las previsiones y caía un -2,5%, y iv) la peor referencia semanal fueron los nuevos préstamos que se contrajeron en abril, muy por encima de lo que estaba esperando el mercado, indicando que la confianza en la economía china sigue estando lejos de zona optimismo.

En las próximas sesiones tendremos muchos datos importantes y que podrían producir movimientos de cierta magnitud en los mercados. Conoceremos el PIB, la producción industrial y el IPC en la Zona Euro. En China se publicará la tasa de desempleo (5,2% estimada) y la producción industrial. Por su parte, en Estados Unidos la batería de datos será muy considerable destacando, i) IPC y el índice de Precios de la producción (PPI), ii) las ventas minoristas, iii) producción industrial, iv) estimación del PIB del segundo trimestre de la Fed de Atlanta y v) datos de la Fed de Filadelfia de empleo, confianza del consumidor e índice manufacturero.

Por último, hay que destacar que hoy se conocerá el informe mensual de la OPEP previo a la próxima reunión del organismo que tendrá lugar el próximo 1 de junio. El fin de semana hemos conocido las palabras del ministro iraní de energía en las que afirmaba que habían cumplido con sus recortes de producción pero que no están por la labor de aumentarlos. Es importante para poder anticipar la evolución futura de la inflación el cómo se comporte el precio del crudo, ya que hasta julio el precio actual comparará contra un rango de entre los 73 dólares/barril y los 78 dólares/barril del año 2023, esto significa que los precios actuales de 83 dólares/barril supondrán una presión adicional a los niveles globales de inflación.

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