Se celebra la octava edición de este festival de un día, que desprende genuidad y desenfado
VALÈNCIA. Si eres rocker o te gusta el garaje, el viernes toca dormir bien y dejar de lado cualquier responsabilidad de lado. Toca dormir bien el viernes porque por octavo año consecutivo, Wáchina Wáchina pondrá a bailar a más de 250 peronas desde mediodía y hasta que el cuerpo aguante.
Se trata de un festival de rock ‘n’ roll y garage que programa conciertos en diferentes salas y que ha conseguido consolidarse como una de las citas imprescindibles para parroquianos habituales y extraños fascinados. Su genuidad y su manera campechana de hacer las cosas, ha ido haciendo un efecto llamada que se traduce en una parte importante del público, año tras año, viene de Zaragoza, Murcia y hasta Galicia. ¿Cuál es la fórmula secreta? “No traer tanto a grupos por su carácter comercial, que también, sino principalmente porque los hemos visto o nos han hablado de su directo y personalmente queremos que estén en València”, cuentan desde la organización. Y añaden: “Todo empezó porque nos apetecía traer un grupo a la ciudad y lo quisimos hacer de una manera especial. Ahora todos los años hacemos sold out o lo rozamos”
Y como uno de los elementos cruciales, la defensa de la música en directo en las salas de conciertos. Si bien esta edición está más centralizada en 16 Toneladas, la cita musical ha pasado también -otros años- por la sala Wah Wah o por El Loco, conformando un mapa de lugares a los que mucha gente les pierden la costumbre en una ciudad que se debate entre el meninfotisme o la sobredimensión de la oferta. Sea como fuere, este sábado las penas se quitan y se trabajará para que impere, como todos los años, el ambiente de baile y verbena rock’n’roll.
No todo está perdido para aquellos que tengan que quedarse en agosto en la ciudad. La banda de culto norteamericana liderada por Mac McCaughan actuará el 22 de agosto en la sala 16 Toneladas