VALÈNCIA. "No es que no sepamos a dónde vamos o no sabemos cómo hacerlo, sino que hay una tarea enorme que debemos tener muy cuidadosamente orquestada". Así se expresaba en la noche del miércoles Jim Hackett, consejero delegado de Ford, durante una conferencia telefónica con analistas financieros tras informar al mercado de los resultados de la firma, que arrojaron una caída del beneficio del 27% hasta los 3.793 millones de dólares en los nueve primeros meses del año.
Las ganancias atribuidas del fabricante de automóviles estadounidense cayeron -pero no tanto como el mercado preveía- debido al mal rendimiento que experimentó la empresa durante dicho periodo en Europa y China. Precisamente la firma del óvalo anunció la puesta en marcha de una unidad de negocio independiente para China como parte de la reorganización de los mercados de Asia Pacífico que la compañía está llevando a cabo.
Ford compartirá más detalles de su proceso de reestructuración en "las próximas semanas y meses", según su presidente ejecutivo, que destacó que dentro de sus últimas cuentas ya se perciben algunos síntomas positivos de las medidas implementadas como el margen Ebit de la compañía de casi el 9% en el último trimestre. "Estamos haciendo un gran progreso en la cartera de productos y no puedo enfatizar lo suficiente", reconocía Hackett.
Y la respuesta en el 'after hours' -mercado fuera de hora que tiene lugar tras el cierre regular de la sesión- no se hizo esperar: Ford se disparó con fuerza. Y, tal y como era de esperar, ayer en la jornada neoyorquina regular 'voló' en el parqué cerrando con una espectacular subida del 9,90% -la tercera mayor dentro del S&P 500 que engloba a medio millar de cotizadas y récord de subida desde agosto de 2011- para cerrar en los 8,99 dólares, apenas un centavo por debajo del máximo del día.
"El mercado ha valorado positivamente el mensaje del CEO de Ford, que parece que ha cogido el toro por los cuernos y que se reafirmara en mantener el beneficio por acción para este año entre los 1,30 y 1,50 dólares", apuntaban desde una mesa de intermediación consultada por este diario; mientras recordaban el fortísimo volumen de negociación de más de 86 millones de títulos que se movieron ayer, algo que no sucedía desde el pasado 26 de julio cuando se rozaron los 104 millones de contratación. Ese día el fabricante de automóviles cayó un 5,99% en bolsa tras presentar descenso de su beneficio semestral del 23%. Hackett no dudó en mostrar su decepción con unas cuentas que no eran aceptables para la compañía.
"Pero no hay que olvidar que Ford está inmerso en un fuerte plan de reestructuración valorado en más de 11.000 millones de dólares y eso requiere tener informado al mercado para tratar de enderezar el rumbo bajista que había tomado la automovilística en el parqué", añadían y no sin falta de razón. De hecho, la forma con sede en Dearborn (Michigan) solo ha logrado cerrar en positivo en 5 de las 19 sesiones celebradas este mes, lo que le ha restado un 2,7% de valor en bolsa en lo que va de octubre. Y que, obviamente, el balance podía haber sido mucho peor de no haberse dado el fuerte rebote de ayer.
Aún así las acciones de Ford se dejan en lo que va de año cerca de un tercio de su capitalización, concretamente un 28,02% -tomando el cierre de ayer-, lo que la ha llevado a descender hasta los 35.831 millones de dólares, al cambio 31.370 millones de euros. O lo que es lo mismo: a valer menos que Amadeus (31.718 millones) dentro del Ibex 35 y visitar niveles de diciembre de 2009, tal y como ya advirtió este diario hace un par de semanas.
Mientras tanto Ford matriculó 1,16 millones de unidades en toda Europa entre enero y septiembre de este año, un 2% menos que en el mismo periodo de 2017 y 585.171 unidades en el mercado chino (-30%). De ahí que Ford haya anunciado que se avecinan "decisiones duras" en el Viejo Continente con vistas a reducir costes y que revisaría "planta por planta" para dejar de invertir allá donde no fuera rentable, una decisión que podría repercutir en la producción, el empleo e incluso en el número de instalaciones, según alertan los sindicatos. No hay que olvidar que la factoría valenciana de Ford en Almussafes cuenta con 7.800 trabajadores repartidos en cuatro turnos que producen 1.800 vehículos diarios.
Conviene recordar que todo el 'revuelo' en Ford viene de finales de julio pasado, cuando anunció que planeaba recortar unos 25.500 millones de dólares en costes operativos para el año 2022 y gastar unos 11.000 millones en los próximos 3/5 años para reestructura su negocio global. Los analistas de Morgan Stanley no tardaron en sacar un informe advirtiendo que los despidos podrían afectar hasta el 12% de la plantilla (24.000 empleados).
Mientras tanto, las principales agencias internacionales de calificación han venido recortando el rating a largo plazo de Ford dejándola al borde del 'bono basura' o grado de especulación en el caso de Moody's; y dos escalones más arriba por parte de Standard & Poor's y Fitch.